sábado, 4 de abril de 2020

USOS Y COSTUMBRES

En estos tiempos que corren, y en los venideros, muchos de los hábitos sociales que nos rodean se verán alterados; y, en un futuro, cambiarán. Muchos llevamos días, muchos días, sin realizar ese gesto tan habitual de estrechar la mano a alguien en señal de saludo. Un gesto que, es probable se deje de realizar durante mucho tiempo; y que a buen seguro cuando las relaciones personales vuelvan a su cauce sea diferente.
Como si de una extraña coincidencia se tratara me he topado con un ensayo de Ortega y Gasset, en el que se refiere a los usos y costumbres sociales que a todos nos rodean.
Uno de los aspectos que trata es, el del saludo.Acto que, a decir del autor, ha sido poco tratado por los sociólogos, a pesar de la gran importancia que en toda sociedad tiene.
El saludo toma muchas y diversas formas en las diferentes culturas; tanto en sus expresiones habladas como en los gestos que le acompañan.
El Tuareg realiza un saludo que dura más de media hora, y se realiza desde una distancia superior a los cien metros. Ello es así, porque con esa forma de comenzar la relación social, se pone de manifiesto que las intenciones del visitante son de paz.
En otras culturas, el saludo se acompaña con el gesto de ir con los brazos abiertos, como símbolo de que ninguno de los individuos porta armas con las que producir un mal al otro.
Las palabras que acompañan al gesto también toman variantes según las culturas. Los "Basutos" saludan a su jefe diciendo "Salud, salvaje bestia". El árabe dirá : La paz sea contigo" , el griego usaba la expresión "Te deseo alegría" y el romano  decía "Salve" es decir "que tengas salud" de donde ha derivado el vocablo saludar.
En nuestro mundo, el saludo más habitual es el denominado "apretón de manos"; gesto que va acompañado de una breve oscilación de las manos arriba y abajo.
El camino que se ha seguido en las diferentes sociedades que nos precedieron el saludo, hasta llegar hasta el actual "apretón de manos", según lo expone el autor madrileño, no deja de ser curioso.
Por su parte Spencer considera nuestro actual "apretón de manos" como un residuo de una acción ceremonial mucho más antigua. Él lo deriva de la siguiente manera. 
El hombre primitivo, cuando vencía al enemigo le mataba. Quedando su cuerpo extendido a los pies del vencedor. El primitivo se refina, y en vez de matar a su enemigo le hace su esclavo. Este, reconoce su inferioridad tendiéndose en el suelo, ante el vencedor, imitando lo que serían un cadáver. Con el tiempo el saludo del esclavo evoluciona. Primero, se pone a cuatro patas; después de rodillas, las manos con las palmas de las manos juntas, puestas entre las manos de su señor en señal de entrega. De este acto surge la expresión que aún pervive de "me pongo en tus manos".
Con el tiempo el saludo deja de tener el valor de vencido a vencedor; y pasa a ser de inferior a superior; lo que todos conocemos como "besamanos".Pero, los tiempos se democratizan y el superior de manera sincera o ficticia, se resiste a esa señal de inferioridad reconocida. Y ¿qué ocurre entonces? El inferior toma la mano del superior y la sube hasta sus labios; pero, el superior no quiere y la retira. El inferior insiste, y aquel la vuelve a retirar. Y de esta "lucha" surge el actual "apretón de mano" en el que se producen esos movimientos de manos arriba y abajo. Unas veces más corto, otras veces, más prolongado e intenso en la oscilación, según la efusividad de los que se saludan.
Si es cierta o no esta interpretación evolutiva del saludo, a criterio de Spencer, no lo sé; pero, sí resulta ingeniosa, y quizás no esté demasiado  alejada de la realidad.
Es probable que en nuestra cultura el saludo hecho con el "apretón de manos" haya cubierto su última etapa. Y, nuevas maneras de salutación nazcan. Quizás, el contacto físico como saludo, se reduzca. Tanto en los apretones de manos; como en ese otro más personal y cercano que es el ósculo
Quizás, dentro de un siglo, surja un nuevo Spencer que explique las razones por las que surgió en la cultura occidental, esa nueva manera de saludo de "chocar los codos"; que sustituirá a nuestro actual Chocar esos cinco".

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