miércoles, 9 de diciembre de 2015

UN DIA EN EL MUSEO

El largo puente de la Constitución y la Inmaculada me ha permitido hacer algunas escapadas por lugares cercanos a mi residencia. De todas ellas, la más significativa ha sido la que realizamos mi esposa y yo al " Museo de Arte Romano de Mérida".
No ha sido una visita más a un museo. Al terminar de recorrer sus salas y admirar lo que en ellas se expone, varias fueron las conclusiones que extraje de la cita.
La primera, que se ha conseguido la realización de una magnífica obra, en la que se puede apreciar el rigor y la profesionalidad de quienes han intervenido en ella.
La segunda reflexión que me produjo fue económica. Las arcas de la Administración Pública no quebraron por el hecho de que la entrada fuera gratuita. Algo de lo que deberían tomar ejemplo otras Entidades.
Gran cantidad de público acudía, al mismo tiempo que nosotros, a contemplar lo que en su interior se ofrece. Entre ese público, destacaban familias jóvenes, completas, con sus hijos pequeños. Las visitas a este tipo de Museos suelen resultar tediosa para los no iniciados, y lugar propicio para que los más pequeños se aburran y terminen correteando por las salas.
Lejos de ello, pude contemplar cómo padres, madres y abuelos se esforzaban en explicar a los niños qué representaban aquellas estatuas, descabezadas en su mayoría. Cada uno de los improvisados guías familiares acudía a un personaje de actualidad para hacer comprensible a los pequeños quienes eran los emperadores y grandes mandatarios del Imperio Romano que ante ellos tenían.
En una sociedad como la española en la que la Historia y la Cultura, no ocupan un lugar destacado dentro de las enseñanzas que se imparten; ver a estas familias interesando a los niños en la Historia y en la Cultura, insufla un soplo de esperanza y me lleva a pensar que, quizás, no todo está perdido.
Conocer nuestra Historia como grupo social, desde que se tiene constancia de ello, es la mejor forma de combatir la actual ola de individualismo localista que nos invade. Ser conocedores de nuestros orígenes comunes nos ayuda a desmontar la ingente cantidad de falacias que sobre ellos se vuelcan.
Quienes, interesadamente, usan la "navaja de afeitar" para cortar la Historia, por donde a ellos les conviene, para conseguir sus espurios fines; pueden y deben ser combatidos con la Verdad.  
La tercera cuestión que me surgió, nació de la propia exposición. Muchas de las estatuas, bustos, o efigies que se muestran al público, aparecen decapitadas. Algo curioso que me hizo pensar el por qué de ello. Tras diversa especulaciones compartidas con mi mujer, llegamos a la conclusión (conclusión personal y sin ningún rigor histórico) de que las figuras eran decapitadas, cuando algunos de los personajes poderosos a quienes representaban caían en desgracia.
Supongo que creían, erróneamente, que destruyendo la cabeza en mármol del personaje en cuestión, la Historia se borraba. Algo que el propio "Museo de Arte Romano de Mérida" desmiente.
Quienes han formado parte de la Historia de los Pueblos, nunca dejan de pertenecer a ella; y, antes o después, reaparecen. Tardarán cien, mil, dos mil años; pero, al final, afloran tomando la forma de estatua, busto, escrito, mosaico o moneda. No es posible eliminar hasta el último vestigio de alguien poderoso que formó parte de un pueblo.
Vino a mi memoria el reciente interés que existe por eliminar los vestigios de una parte de la Historia reciente de España. Esbocé una sonrisa, al tiempo que contemplaba el esqueleto de un supuesto romano que dentro de una urna de cristal se exhibía; pensé que es una gran pérdida de tiempo y de dinero querer suprimir lo que realmente existió. Los restos de esa presencia en nuestra Historia reciente; antes o después, serán expuestos en algún museo aunque hayan tenido que pasar, cien, mil, o dos mil años.
El último de los pensamientos que me sugirió la interesante visita, fue uno propiamente semántico. Cuando nos referimos a los "romanos" que habitaron en Hispania cómo a: los "romanos", no somos todo lo rigurosos que deberíamos.
Después de siglos de permanencia sobre la vieja " Piel de Toro", quienes habitaban la Hispania, no eran "romanos"; ya, eran " Hispanos". Al igual que son franceses, alemanes o suizos, los descendientes de los españoles que marcharon a buscar una vida mejor a Francia, Alemania o Suiza.        
Quienes tengáis la oportunidad de visitar el "Museo de Arte Romano de Mérida", no perdáis la ocasión de hacerlos.
Para aquellos que habiten en lugares lejanos y nos les sea posible, pueden realizar una visita virtual, mediante un video que he preparado pinchando aquí.


No hay comentarios:

Publicar un comentario