Alguien me ha preguntado hoy, y no es la primera vez que me
ocurre, ¿por qué no entras en política?. A quien me ha interrogado, le he
respondido, lo que siempre respondo cuando se me ha hecho esa pregunta: eso, es
imposible.
Mi interlocutor no se ha dado por satisfecho con mi escueta
respuesta, y me ha pedido que le concrete las razones de tal imposibilidad.
No me ha quedado más remedio que recoger el guante y entrar en el
juego.
Las razones por las que yo no puedo entrar en Política, mi querido
amigo, son las siguientes. Y se las he enumerado.
1.- Mientras sean los partidos políticos quienes acumulen el poder
y la facultad de imponer a los españoles quienes son los candidatos: no
entraré.
2.- Mientras la actual Ley Electoral sea tan antidemocrática como
injusta; en la que un hombre no es un voto, si no que su voluntad está sometida
a un extraño caballero holandés llamado D'Hont: no entraré.
3.- Mientras se prostituya la voluntad de los votantes, vendiéndola
al mejor postor; mientras el ciudadano sea un mero espectador, indefenso ante
la manipulación de su voluntad: no entraré
4.- Mientras España no sea una circunscripción única, en la que
todos los votos de los ciudadanos estén afectados por el coeficiente de
ponderación uno: no entraré.
Muchas más cosas tenía en mente; pero, quería dar por concluida la
cuestión, y pensé que con esas pinceladas la curiosidad de mi interlocutor
quedaría satisfecha.
Sin embargo, no me iba a ser tan fácil como yo pensaba zafarme del
molesto interrogatorio. Mi contertulio no estaba dispuesto a soltar la
"presa" con tanta facilidad.
En tono de crítica hacia mis razones, me inquirió: "si tan
mal te parece el sistema actual, ¿qué propondrías tú?".
Había encontrado, por fin, mi puerta de salida. Rápidamente, le
contesté:
- " Cambiaria todo eso"
La puerta que iba a ser mi punto de fuga, resultó ser más estrecha
de lo que yo pensaba.
Mi amigo volvió al "ataque", y llevándome,
dialécticamente, "contra las cuerdas" me dijo.
- Si estuviera en tu mano ¿qué sistema implantarías?
Aquello sí que era un torpedo contra la "línea de
flotación". Había descuidado yo ese flanco y por él me "atacó".
Llegado a ese punto de nuestro "combate", no era
cuestión de amilanarse y salir corriendo. Había que armarse de valor, y tirar
para adelante. De manera rápida e improvisada, tuve que armar un pequeño
discurso para contentar a mi interlocutor.
Mi sistema político y electoral sería el siguiente:
1.- Todos los ciudadanos podrán ser aspirantes a la Presidencia
del Gobierno, estén o no incluidos en la lista de un partido.
2.- Los partidos políticos estarán obligados, por Ley, a celebrar
elecciones primarias, en las que los militantes, mediante voto secreto,
elegirán a los que integrarán la lista electoral.
3.- Existirá una sola circunscripción electoral, que será España.
4.- Los escaños en el Parlamento se asignarán según el porcentaje
de votos conseguidos.
5.- El partido, o lista electoral, que obtenga el mayor número de
escaños, o lo que es lo mismo mayor porcentaje de votos, será el encargado de
formar gobierno. Gobierno que no podrá ser revocado, si no por razones de
gravedad extrema, y con el apoyo del 75% de los diputados.
6.- Las leyes propuestas al parlamento por el partido más votado,
solo podrán ser rechazadas, si cuentan con el respaldo del 75 % de los miembros
del parlamento; con la excepción de la Ley de Presupuestos que, para ser
rechazada, deberá contar con 85 % de los diputados en contra.
7.- El Senado desaparecerá como Cámara de representación popular.
8.- Los parlamentarios perderán su aforamiento, fuera de
cuestiones surgidas dentro del Hemiciclo. Las ocurridas dentro del ámbito
parlamentario, serán dirimidas por la mesa del Congreso.
Como ya estaba con los engranajes engrasados y el
"motor" se encontraba a la temperatura justa, decidí continuar la
marcha y apretar el acelerador.
9.- Los partidos políticos o agrupaciones de electores, no
percibirán aportaciones del erario público; debiendo sufragar sus gastos, de
todo tipo, con las aportaciones de sus afiliados, militantes o simpatizantes,
sujetos a la Ley de Financiación Electoral que deberá ser aprobada.
10.- Cada partido o agrupación de electores, nombrará una Junta de
Responsabilidad Patrimonial que responderá, a título personal, de las
obligaciones económicas que contraiga el partido o la agrupación.
11.- Por Ley Orgánica, se impondrá la independencia del Poder
Judicial, sin que ni el poder Ejecutivo ni el Legislativo puedan interferir en
sus órganos de decisión, ni en la elección de sus miembros.
Llegados a este punto mi interlocutor, levantó la mano, y cortando
mí discurso dijo:
- Vale, vale; me has convencido.
- Es imposible que tú entres en política.
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