viernes, 4 de diciembre de 2015

ATILA VERSUS GUERRA

Atila, el sanguinario rey de los Hunos, tiene un lugar importante en la Historia, no sólo por sus conquistas y hazañas militares. Quizás, su lugar en ella, es más recordado por la frase que se le atribuye; si es cierta o no, es irrelevante. El guerrero que llegó desde más allá del cauce del rio Danubio dijo: " Por donde pisa mi caballo, no vuelve a crecer la hierba."
Alfonso Guerra, el veterano político andaluz, en otros tiempos, quizás, el personaje más influyente de España, será recordado, no sólo por su actuación en el llamado caso del " Mystere"; lo será, por la frase que se hizo famosa, y que pronunció... ¡¡¡Qué más da!!!
Dijo el político sevillano: "El día que nos vayamos, a éste país no lo va a reconocer ni la madre que lo parió".
Si seguís leyendo comprenderéis el nexo de unión entre ambos personajes.
Desde el día en que se anunció la convocatoria de Elecciones Generales, e incluso desde tiempos anteriores, nuestra clase política se ha lanzado en tromba sobre los ciudadanos para explicarnos lo que van y lo que no van a hacer, si logran montarse en el "caballo" del Poder, vulgarmente denominado " El machito".
Tras escucharles, leerles y verles, he intentado hacer una composición de cómo quedaría España si sus propuestas se llevaran a la práctica.
Aquí entran en acción nuestros dos personajes, quienes serían los capitanes de los dos grandes equipos en los que se podría dividir la clase política española.
Los liderados por Atila, representaran el papel del caballo del Huno. Arrasar todo lo arrasable. Que por donde ellos pasen no vuelva a "crecer la hierba". Todo lo construido, tras años de Historia y Tradición, debe ser lanzado a la hoguera. Nada de la labor realizada por generaciones anteriores, y la actual, sirve para nada. No sólo consideran que es inútil; creen que es dañino para todos nosotros y por lo tanto debe ser eliminado de raíz.
Los actuales valores morales, religiosos, e incluso políticos, opinan que son deleznables e impropios de una sociedad libre.
Es en este concepto, la Libertad, donde los cascos del "caballo" golpean con más fuerza; el "jinete" obligará al equino a que entierre con sus pezuñas cualquier brizna de Libertad.
¿Su objetivo final? dejar la fértil tierra de la vieja "piel de toro" convertida en un baldío.
Quienes se encuentran alineados en el equipo de Alfonso Guerra, son personas más finas y elegantes, y nos ofrecen dejar España en una situación que "no la reconocerá ni la madre que la parió".
¿Qué harán para lograrlo?; cambios de todo tipo. Unos cambios que dejarán a la vieja Hispania, muy cerca de ser el Paraíso. Viviremos en un mundo feliz, donde ríos de leche y miel correrán por pueblos y ciudades.
El paro, será un concepto desconocido. La pobreza, algo de otros tiempos y de otros lugares de la Tierra que no han tenido la suerte de contar entre sus habitantes con nuestros próceres.
La palabra desigualdad, será borrada del diccionario de la RAE por no ser algo que ocurra en nuestro País.
Todos los deseos del ciudadano serán satisfechos; sean los que sean.
El Ministerio de Hacienda desaparecerá, porque nadie pagará impuestos, y todo se conseguirá con el " Maná" que nos llueva del cielo.
Cuando cada mañana nos levantemos, y miremos por la ventana de nuestras lujosas viviendas, porque todos viviremos en pisos de lujo, podremos silbar la melodía de la banda sonora de la película " La vida es bella", que será adaptada para ser el nuevo Himno Nacional.
Y...¡¡¡Colorín, colorado; este cuento, se ha acabado!!!
El día 21 de diciembre, sólo unos pocos vivirán en ese País de ensueño. Cinco millones de hombres y mujeres, continuarán en la ignominiosa "cola de paro". Millones de pensionistas, continuara mal viviendo con las magras pensiones que mes a mes llegan a sus bolsillos. Miles de jóvenes, como años atrás hicieron sus abuelos, deberán dejar sus lares para buscar el sustento que su nación les niega. En las frías noches de invierno seguiremos contemplando el bochornoso espectáculo de hombres y mujeres durmiendo bajo el endeble techo de unos cartones, a la espera que un voluntario de la Cruz Roja les dé un vaso de caldo caliente, que les ayude a sobrellevar una noche más su cruel forma de vida.

"El Jardín del Edén", sólo existe en la Biblia. 

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