martes, 29 de diciembre de 2015

CIUDADANOS


Antes que nada, pedir disculpas por incumplir mi palabra de no escribir nada hasta el año próximo; pero, mi carácter se ha impuesto a mi voluntad.
El culpable de este arrebato ha sido un partido político (sí, lo siento; pero, es la verdad) del que se esperaba más. tanto en las urnas como en su actividad diaria en Parlamentos autonómicos y Ayuntamientos. El partido en cuestión no es otro que Ciudadanos.
Al igual que Podemos, irrumpió con fuerza en el panorama político español, pues insuflaba un aire de frescura y juventud. Los resultados en las urnas fueron a todas luces decepcionantes, por mucho que lo quieran adornar de éxito, como hacen todos.
¿Qué ha ocurrido para semejante "pinchazo"? Para responder a esta pregunta es preciso recurrir al diccionario de expresiones castizas. Frases como:
- Ni chicha, ni limoná.
- Eres como el perro del hortelano.
- Nada y guardar la ropa.
Son frases que tienen en común el ser usadas para indicar ambigüedad, indefinición, o inseguridad.
Durante la reciente campaña electoral, se han definido como un partido de "Centro", algo, que ya denota ambigüedad, indefinición, o inseguridad.
Decir, en España, que se es de centro, es estar abocado al fracaso, por la sencilla razón de que muchos de nosotros no entendemos que significa, de verdad, esa ubicación en el mundo de las ideas políticas.
Desde la restauración de la Democracia en España (muchos dicen la llegada de la Democracia, algo que no es cierto, pues en España ha habido Democracia mucho antes de 1977) ninguno de los Partidos Políticos que se han definido de " Centro" han tenida una vida larga.
Unión de Centro Democrático; Centro Democrático y Social, y otros del mismo corte, tuvieron una existencia efímera.
Volviendo a las expresiones populares, los españoles usamos algunas para definir que nos gustan las posiciones concretas. Frases como:
- Al pan, pan; y al vino, vino.
- El agua, clara; y el chocolate espeso.
Delimitan nuestro carácter.
Durante la campaña electoral se pudo apreciar que el partido liderado por el señor Rivera, "cobardeaba en tablas", otra expresión para definir que, a la hora de la verdad, se echaba para atrás.
Todo esto fue percibido por los ciudadanos a la hora de votar, que prefirieron " lo malo conocido, a lo bueno por conocer" y se quedaron con el PP.
Durante la campaña dijeron a "bombo y platillo" (hoy me apoyo en las frases) que permitirían gobernar a la "lista" más votada. Sin embargo, han manifestado de manera contundente que votarán, no, a la candidatura más votada.
El detonante que me ha llevado a coger "la pluma" y escribir, ha sido la noticia de su voto en contra para desbloquear los presupuestos municipales del Ayuntamiento de Cáceres. Al tiempo que el PSOE que, en un acto de coherencia y responsabilidad, se han abstenido permitiendo desbloquear la situación que impedía el desarrollo normal de la actividad municipal, los concejales, o el concejal, de Ciudadanos (que no sé los que tienen), han ejercido eso que se está convirtiendo en una costumbre, y que no es otra cosa que la ambigüedad, la indefinición o la inseguridad.
Ser la "china" en el zapato; obstruir por obstruir; querer ser "Goliat" siendo "David" (y aquí no se reproduce el hecho bíblico), tiene una corta vida, y en política, la acorta aún más.
Si por esas cosas de la vida, en España hubiera que repetir las Elecciones Generales; me juego " un real de alpiste" a que el batacazo del partido nacido en Cataluña, sería monumental.
¿Por qué?; porque:
- "Han enseñado la patita".
- "Se les ha visto el plumero".
El lenguaje popular español tiene un diccionario, mucho más completo que el de la RAE o el de María Moliner, del que tomar las palabras para exteriorizar sus pensamientos

martes, 22 de diciembre de 2015

LOS "ISMOS"

Cuando, a finales de los años 60, un anciano profesor de sociología comenzó la clase diciendo:
- " Hoy, hablaremos de los "Ismos".
Los treinta y cinco jovenzuelos que estábamos en el aula, nos miramos con cara de perplejidad. Porque no entendíamos qué demonios pintaban los "istmos" en una clase se sociología.
Acostumbrado a los movimientos y runrunes del aula, propios de unos muchachos hormonalmente alborotados, prosiguió sin hacernos caso.
Tardamos unos minutos en darnos cuenta de que el Hermano Pedro, no pronunciaba la "t". Eso significaba que no estaba hablando de un accidente geográfico; por lo que comenzamos a prestarle atención.
Los "Ismos" de los que hablaba eran movimientos políticos y sociales que existían en el Mundo.
Nos habló durante algunos días, de los "Ismos" más importantes de nuestro entorno social: Cristian-ismo; Catolic-ismo, Comun-ismo, Capital-ismo, Social-ismo... etc.   
Cincuenta y cinco años después, vuelve a mi memoria aquella clase del Hermano Pedro, al ver y escuchar el uso que cada cual hace de muchos de esos "Ismos".
Como en todos los órdenes de la vida cada uno de nosotros establecemos dos categorías entre esos "ismos": los buenos y los malos. En demasiadas ocasiones, sin saber por qué razón asignamos a cada cual el rango de bueno o malo.
Tiempo ha, que uno de los "Ismos" que más veces es clasificado entre los malos es el de " Capitalismo".
Llamar a alguien "capitalista" es intentar infringirle una ofensa mayor que cualquier otra.
Pero, como casi siempre sucede, cuando el uso de un término se "populariza", pocos saben lo que en realidad significa, y nos dejamos llevar por tópicos y atributos, debidamente tergiversados, para que el término tenga todos ingredientes para ser odiado.
Pero, quienes utilizan el término con fines ofensivos ¿saben realmente qué es un capitalista?
Es probable que su primera respuesta sea algo como:
- " El que explota a los trabajadores"
Respuesta que es, ciertamente, errónea.
Dentro del mundo económico, dos son los factores que intervienen en el proceso productivo: el trabajo y el capital. El uno no puede subsistir sin el otro. De nada sirve el capital sin la mano de obra, y la mano de obra no puede realizar actividad productiva sin recursos financieros que la dinamicen.
En un "quit pro quo" ambas parten se integran en la empresa para, con un esfuerzo común, recibir las contraprestaciones pactadas: los unos en forma de salario, los otros en forma de rendimientos.
Como toda obra del Hombre, es imperfecta; pero, la situación actual del sistema, en los llamados países desarrollados, es aceptablemente buena.
Desde su aparición como sistema económico de producción, allá por el final del siglo XVIII, mucho han cambiado las cosas. El Trabajador se encuentra en una situación que nada tiene que ver con la existente en los inicios de la llamada Revolución Industrial.
Una cuestión que no siempre tienen clara aquellos que denostan al "capitalista" es identificarle. ¿Quién es capitalista?
Es claro que a esta pregunta la respuesta no surge con tanta facilidad. ¿Dónde comienza una persona a ser capitalista "despreciable"? Esa es la frontera que nadie sabe trazar. Quien es propietario de un piso, que es un capital, que ha pagado con años de esfuerzo ¿es capitalista? Quien tiene un local comercial, que es un capital, dónde vende frutas y verduras ¿es capitalista?
Tras concluir el Hermano Pedro sus clases en las que nos explicó los "ismos" más importantes de nuestra sociedad, nos dijo, como corolario a todo ello, que los "Ismos" son las armas arrojadizas de la nueva Sociedad.
No llevan, en su interior, ni pólvora, ni metralla; sin embargo, los daños que producen son inmensamente mayores que los de un proyectil.
Un proyectil, impacta sobre una sola persona; un "Ismo" impacta sobre un colectivo completo.

Aquellas clases del Hermano Pedro, a quien nuestra malvada juventud apodaba " el tecla", están hoy más vigentes que nunca, y me ha producido gran satisfacción el recordarlas.   

miércoles, 16 de diciembre de 2015

Alzheimer

El Hombre, a medida que su edad aumenta, sabe que, antes o después, el deterioro físico irá haciendo mella en él. Es algo que tenemos asumido la mayoría y lo aceptamos como algo que forma parte de nosotros mismos y que es ineludible.
Sin embargo, de forma paralela a esa aceptación del daño que nos produce el paso del tiempo, sentimos un temor irrefrenable a que ese quebranto se manifieste en nuestras capacidades cognitivas.
La sola mención de la palabra "Alzehimer" nos provoca un frio que recorre todo el cuerpo.
Los científicos trabajan sin descanso para intentar prevenir, o al menos amortiguar, los efectos trágicos de la enfermedad.
De sentir ese miedo, yo tampoco me he librado; pensar, que todos mis recuerdos desaparezcan; imaginar, que no pueda recordar la cara de mis hijos o de mi esposa, me aterra.
Ese miedo a perder mi propia esencia como individuo me llevó buscar una solución alternativa para luchar contra el mal.
No sabía cómo abordar tan peliaguda cuestión, cuando llegue el momento, si es que llega, más allá de los remedios tradicionales, de momento, poco efectivos.
El estribillo de la sintonía de un programa cultural, hace años, decía:
- "Todo, todo, todo está en los libros"
Esta verdad irrefutable, en mi caso, se hizo realidad.
Por azar cayó en mis manos, creo que a través de mi hijo, el libro de Julia Navarro titulado " Dime quien soy".
A la conclusión de su lectura, un rayo de luz iluminó mi obscurecida mente, y me señaló el camino que debía seguir para solucionar la duda que llevaba tiempo atenazándome.
Encontré la salida perfecta para hacer imborrable lo que la mente borrara de mi memoria: escribir mi vida. Trasladar al papel todo lo que aún permanece fresco en mis recuerdos. Desde mi más tierna infancia hasta el momento actual.
A ello me puse, y tras dos años de trabajo ha visto la luz el libro de mi vida.
Salvo para quienes forman parte directa de ella, nada de interés aporta; poco o nada de especial me ha ocurrido que pueda despertar el interés de nadie.
Sin embargo, el libro ha logrado algo muy importante para mí: sacar de mi cerebro los recuerdos de mi vida. Ya, ninguna enfermedad me los podrá arrebatar. Si mis neuronas se atrofian y no pueden reproducir en mi mente lo vivido; tomará su lugar un modesto libro.
Si mi cerebro es incapaz de sacar de su interior mi vida: mi vida llegará a mi interior desde fuera.
Si conservara la facultad de la lectura, podré volver a recordar lo que fui, aunque no me identifique: podré leer la aventura de mi vida, en forma de la biografía de "otro".
Si hasta la facultad de leer me fuera negada, me queda la esperanza de que algún alma caritativa lea para mí las venturas y desventuras del protagonista de una extraña obra que alguien ha encontrado en una de las estanterías de mi biblioteca.
Podré reír, o llorar, con las peripecias del "protagonista" de la obra, sin saber que soy yo mismo quien sufre o ríe, en las páginas de ese libro.
Espero que la madre naturaleza evite que yo, o alguien, tengamos que acudir a mi biblioteca para leer o leerme mi vida.
Al margen de la finalidad principal del libro, mientras lo escribía, hice un descubrimiento, que aunque cierto, no había reparado en él. Este fue el darme cuenta de lo poco que sabemos de nuestros seres queridos más cercanos.
Los hijos conocemos poco de la vida de nuestros padres. Por diversas razones no hemos intercambiado demasiado hechos de nuestro vivir cotidiano. El trabajo, las obligaciones, y causas miles, han provocado ese desconocimiento.
Con el libro, que he regalado a mis hijos y hermanos, intento suplir esa carencia, y que ellos conozcan de primera mano lo que he vivido y lo que he sentido a lo largo de mi existencia.
Os recomiendo que lo hagáis. Perder el miedo a la página en blanco. No hay que guardar ninguna regla ortográfica ni gramatical. Bucear en vuestra memoria e ir extrayendo con avidez todo el jugo posible de vuestras cabezas. Sin orden, sin ritmo, sin nada. Añadiendo las fotos más significativas que reflejen algunos de los momentos que narráis. Vosotros en estado puro. Tiempo habrá para ordenar, si es que os apetece hacerlo.
No se trata de escribir una biografía. Se trata de salvar vuestros recuerdos y plantarle cara al terrible enemigo que es el Alzehimer.      


martes, 15 de diciembre de 2015

LAS RAZONES

Alguien me ha preguntado hoy, y no es la primera vez que me ocurre, ¿por qué no entras en política?. A quien me ha interrogado, le he respondido, lo que siempre respondo cuando se me ha hecho esa pregunta: eso, es imposible.
Mi interlocutor no se ha dado por satisfecho con mi escueta respuesta, y me ha pedido que le concrete las razones de tal imposibilidad.
No me ha quedado más remedio que recoger el guante y entrar en el juego.
Las razones por las que yo no puedo entrar en Política, mi querido amigo, son las siguientes. Y se las he enumerado.
1.- Mientras sean los partidos políticos quienes acumulen el poder y la facultad de imponer a los españoles quienes son los candidatos: no entraré.
2.- Mientras la actual Ley Electoral sea tan antidemocrática como injusta; en la que un hombre no es un voto, si no que su voluntad está sometida a un extraño caballero holandés llamado D'Hont: no entraré.
3.- Mientras se prostituya la voluntad de los votantes, vendiéndola al mejor postor; mientras el ciudadano sea un mero espectador, indefenso ante la manipulación de su voluntad: no entraré
4.- Mientras España no sea una circunscripción única, en la que todos los votos de los ciudadanos estén afectados por el coeficiente de ponderación uno: no entraré.
Muchas más cosas tenía en mente; pero, quería dar por concluida la cuestión, y pensé que con esas pinceladas la curiosidad de mi interlocutor quedaría satisfecha.
Sin embargo, no me iba a ser tan fácil como yo pensaba zafarme del molesto interrogatorio. Mi contertulio no estaba dispuesto a soltar la "presa" con tanta facilidad.
En tono de crítica hacia mis razones, me inquirió: "si tan mal te parece el sistema actual, ¿qué propondrías tú?".
Había encontrado, por fin, mi puerta de salida. Rápidamente, le contesté:
- " Cambiaria todo eso"
La puerta que iba a ser mi punto de fuga, resultó ser más estrecha de lo que yo pensaba.
Mi amigo volvió al "ataque", y llevándome, dialécticamente, "contra las cuerdas" me dijo.
- Si estuviera en tu mano ¿qué sistema implantarías?
Aquello sí que era un torpedo contra la "línea de flotación". Había descuidado yo ese flanco y por él me "atacó".
Llegado a ese punto de nuestro "combate", no era cuestión de amilanarse y salir corriendo. Había que armarse de valor, y tirar para adelante. De manera rápida e improvisada, tuve que armar un pequeño discurso para contentar a mi interlocutor.  
Mi sistema político y electoral sería el siguiente:
1.- Todos los ciudadanos podrán ser aspirantes a la Presidencia del Gobierno, estén o no incluidos en la lista de un partido.
2.- Los partidos políticos estarán obligados, por Ley, a celebrar elecciones primarias, en las que los militantes, mediante voto secreto, elegirán a los que integrarán la lista electoral.
3.- Existirá una sola circunscripción electoral, que será España.
4.- Los escaños en el Parlamento se asignarán según el porcentaje de votos conseguidos.
5.- El partido, o lista electoral, que obtenga el mayor número de escaños, o lo que es lo mismo mayor porcentaje de votos, será el encargado de formar gobierno. Gobierno que no podrá ser revocado, si no por razones de gravedad extrema, y con el apoyo del 75% de los diputados.
6.- Las leyes propuestas al parlamento por el partido más votado, solo podrán ser rechazadas, si cuentan con el respaldo del 75 % de los miembros del parlamento; con la excepción de la Ley de Presupuestos que, para ser rechazada, deberá contar con 85 % de los diputados en contra.
7.- El Senado desaparecerá como Cámara de representación popular.
8.- Los parlamentarios perderán su aforamiento, fuera de cuestiones surgidas dentro del Hemiciclo. Las ocurridas dentro del ámbito parlamentario, serán dirimidas por la mesa del Congreso.   
Como ya estaba con los engranajes engrasados y el "motor" se encontraba a la temperatura justa, decidí continuar la marcha y apretar el acelerador.
9.- Los partidos políticos o agrupaciones de electores, no percibirán aportaciones del erario público; debiendo sufragar sus gastos, de todo tipo, con las aportaciones de sus afiliados, militantes o simpatizantes, sujetos a la Ley de Financiación Electoral que deberá ser aprobada.
10.- Cada partido o agrupación de electores, nombrará una Junta de Responsabilidad Patrimonial que responderá, a título personal, de las obligaciones económicas que contraiga el partido o la agrupación.
11.- Por Ley Orgánica, se impondrá la independencia del Poder Judicial, sin que ni el poder Ejecutivo ni el Legislativo puedan interferir en sus órganos de decisión, ni en la elección de sus miembros.

Llegados a este punto mi interlocutor, levantó la mano, y cortando mí discurso dijo:
- Vale, vale; me has convencido.
- Es imposible que tú entres en política.

Con tanto hablar, mi boca se había secado; por lo que decidimos pedir un par de cañas y pensar dónde comeríamos el sábado siguiente.

lunes, 14 de diciembre de 2015

PARIS VERSUS KABUL



Con una diferencia, casi exacta, de treinta días, dos actos terroristas han sacudido a Francia y a España. El del país vecino tuvo lugar en su capital: París. Allí varios atentados dejaron, al menos, ciento treinta muertos.
Un mes después, en las lejanas tierras de Afganistan, España, sufrió un atentado, cuyo objetivo fue la representación española en la ciudad de Kabul, en el que han muerto, de momento, cuatro personas, dos de ellas agentes del Cuerpo Nacional de Policía.
Las reacciones que se produjeron en Francia fueron emocionantes, no estando demasiado lejos las reacciones de solidaridad que se produjeron en España.
Slogans de todo tipo cruzaron la geografia española encabezados por un contundente " Yo soy París"  Los balcones se engalanaron con banderas francesas que lucían un crespón negro, y en las redes sociales miles de fotografias de perfiles de usuarios se cubrieron con los colores de la bandera francesa.
Treinta días después, cuando el mismo hecho sacude a ciudadanos españoles, nadie es Kabul. Nadie pone velas por centenares en ningún rincón de España. Nadie ha recubierto su perfil de las redes sociales con los colores de la bandera española. Nadie ha colgado de los balcones banderas españolas con crespones negros en señal de duelo y respeto por los muertos en un vil atentado.
Cada cual puede sacar sus propias conclusiones.
D.E.P

domingo, 13 de diciembre de 2015

PARIS

Tras horas y horas de reuniones y conversaciones, a todos los niveles, ha concluido la Cumbre de Paris sobre el Cambio Climático.
De las reacciones y declaraciones, de unos y otros, se concluye que ha sido todo un éxito, y que todos los países van a cumplir lo pactado y firmado en dicha Cumbre.
Todo parece indicar que la Ciudad de la Luz ha ejercido, una vez más, de perfecta anfitriona, y ha logrado lo que ninguna otra había conseguido antes.
Frente a los sonoros fracasos de las anteriores Cumbres sobre el Cambio Climático; París, ha triunfado, como sólo Ella sabe hacerlo: a lo grande.
Lo que parecía imposible, la capital francesa lo ha logrado. ¿Quizás ha sido la Tour Eiffel? O por el contrario el mérito es del Museo del Louvre. Supongo que ha sido la ciudad en su conjunto quien lo ha logrado.
Los grandes mandatarios y signatarios del acuerdo, descansan ya de las agotadoras jornadas vividas; unos en sus aviones; los más afortunados en sus propias camas.
Este humilde escribidor, en la tranquilidad del amanecer, reflexiona sobre lo ocurrido, y comienza a sacar conclusiones poco alentadoras para el éxito final de tan buenos propósitos.
Mientras Obama descansa a bordo del "Air Force One", no consigue conciliar el sueño. No es por el ruido del avión, perfectamente insonorizado, su vigilia la provoca el Senado de su país.
Cuando los motores del avión presidencial se paren, el presidente debe comenzar a reunirse con los líderes del Senado para explicarles lo que ha firmado y recabar los apoyos necesarios para que su rúbrica tenga valor y vincule a los Estados Unidos.
No es tarea fácil convencer a los representantes del Senado, que no votan en "collera", de las bondades del acuerdo. Hay muchísimo dinero en juego, y los Norteamericanos para los asuntos del dólar, son muy suyos.
¿Qué ocurrirá si sus señorías del Senado rechazan el acuerdo por dañar gravemente los intereses económicos de los Estados Unidos? La respuesta es clara: un problema para el Clima.
En dirección a Oriente, vuelan los presidentes de China y la India. A estos ilustres pasajeros, a diferencia de al Sr. Obama, la vigilia no les afecta. Saben, desde el comienzo, que nada de lo firmado será aplicado en sus países.
El lector se preguntará, por qué estoy tan seguro de ello. Intentaré explicarme.
Durante el año 2015, la economía de China ha sufrido una importante ralentización que ha obligado al gobierno del país a devaluar en, al menos, dos ocasiones la moneda del país, el Yuan, para compensar la pérdida de mercados, y poder mantener el ritmo de su producción industrial.
No es previsible que la segunda economía mundial, y el país más contaminante del planeta, reduzca, de manera voluntaria, su producción industrial para mitigar la emisión de gases contaminantes. Resultado: otro problema.
La India, ha entrado, no hace mucho, en la lista de los llamados, en términos económicos, " Países Emergentes". Usando un símil aeronáutico ha cogido velocidad de crucero. No es tampoco previsible, que una vez que el País, ha logrado tomar altura económica, reduzca la potencia de sus motores y reduzca su velocidad de crucero. Conclusión: más problemas aún.
Las poblaciones de Estados Unidos (350 millones de habitantes), China (1.250 millones de habitantes) y la India (1.100 millones de habitantes), suman, en conjunto, aproximadamente, el 40% de la población mundial.
Si estos tres países incumplen sus compromisos ¿qué harán el resto de países? La respuesta a la pregunta, al igual que la manzana de Newton, cae por su propio peso.

Ojalá me equivoque; pero, no sería extraño que dentro de un tiempo veamos a la "Mona Lisa" llorar en el Museo del Louvre. 

miércoles, 9 de diciembre de 2015

UN DIA EN EL MUSEO

El largo puente de la Constitución y la Inmaculada me ha permitido hacer algunas escapadas por lugares cercanos a mi residencia. De todas ellas, la más significativa ha sido la que realizamos mi esposa y yo al " Museo de Arte Romano de Mérida".
No ha sido una visita más a un museo. Al terminar de recorrer sus salas y admirar lo que en ellas se expone, varias fueron las conclusiones que extraje de la cita.
La primera, que se ha conseguido la realización de una magnífica obra, en la que se puede apreciar el rigor y la profesionalidad de quienes han intervenido en ella.
La segunda reflexión que me produjo fue económica. Las arcas de la Administración Pública no quebraron por el hecho de que la entrada fuera gratuita. Algo de lo que deberían tomar ejemplo otras Entidades.
Gran cantidad de público acudía, al mismo tiempo que nosotros, a contemplar lo que en su interior se ofrece. Entre ese público, destacaban familias jóvenes, completas, con sus hijos pequeños. Las visitas a este tipo de Museos suelen resultar tediosa para los no iniciados, y lugar propicio para que los más pequeños se aburran y terminen correteando por las salas.
Lejos de ello, pude contemplar cómo padres, madres y abuelos se esforzaban en explicar a los niños qué representaban aquellas estatuas, descabezadas en su mayoría. Cada uno de los improvisados guías familiares acudía a un personaje de actualidad para hacer comprensible a los pequeños quienes eran los emperadores y grandes mandatarios del Imperio Romano que ante ellos tenían.
En una sociedad como la española en la que la Historia y la Cultura, no ocupan un lugar destacado dentro de las enseñanzas que se imparten; ver a estas familias interesando a los niños en la Historia y en la Cultura, insufla un soplo de esperanza y me lleva a pensar que, quizás, no todo está perdido.
Conocer nuestra Historia como grupo social, desde que se tiene constancia de ello, es la mejor forma de combatir la actual ola de individualismo localista que nos invade. Ser conocedores de nuestros orígenes comunes nos ayuda a desmontar la ingente cantidad de falacias que sobre ellos se vuelcan.
Quienes, interesadamente, usan la "navaja de afeitar" para cortar la Historia, por donde a ellos les conviene, para conseguir sus espurios fines; pueden y deben ser combatidos con la Verdad.  
La tercera cuestión que me surgió, nació de la propia exposición. Muchas de las estatuas, bustos, o efigies que se muestran al público, aparecen decapitadas. Algo curioso que me hizo pensar el por qué de ello. Tras diversa especulaciones compartidas con mi mujer, llegamos a la conclusión (conclusión personal y sin ningún rigor histórico) de que las figuras eran decapitadas, cuando algunos de los personajes poderosos a quienes representaban caían en desgracia.
Supongo que creían, erróneamente, que destruyendo la cabeza en mármol del personaje en cuestión, la Historia se borraba. Algo que el propio "Museo de Arte Romano de Mérida" desmiente.
Quienes han formado parte de la Historia de los Pueblos, nunca dejan de pertenecer a ella; y, antes o después, reaparecen. Tardarán cien, mil, dos mil años; pero, al final, afloran tomando la forma de estatua, busto, escrito, mosaico o moneda. No es posible eliminar hasta el último vestigio de alguien poderoso que formó parte de un pueblo.
Vino a mi memoria el reciente interés que existe por eliminar los vestigios de una parte de la Historia reciente de España. Esbocé una sonrisa, al tiempo que contemplaba el esqueleto de un supuesto romano que dentro de una urna de cristal se exhibía; pensé que es una gran pérdida de tiempo y de dinero querer suprimir lo que realmente existió. Los restos de esa presencia en nuestra Historia reciente; antes o después, serán expuestos en algún museo aunque hayan tenido que pasar, cien, mil, o dos mil años.
El último de los pensamientos que me sugirió la interesante visita, fue uno propiamente semántico. Cuando nos referimos a los "romanos" que habitaron en Hispania cómo a: los "romanos", no somos todo lo rigurosos que deberíamos.
Después de siglos de permanencia sobre la vieja " Piel de Toro", quienes habitaban la Hispania, no eran "romanos"; ya, eran " Hispanos". Al igual que son franceses, alemanes o suizos, los descendientes de los españoles que marcharon a buscar una vida mejor a Francia, Alemania o Suiza.        
Quienes tengáis la oportunidad de visitar el "Museo de Arte Romano de Mérida", no perdáis la ocasión de hacerlos.
Para aquellos que habiten en lugares lejanos y nos les sea posible, pueden realizar una visita virtual, mediante un video que he preparado pinchando aquí.


lunes, 7 de diciembre de 2015

EL CAMBIO CLIMÁTICO

En estos días en que sobre Madrid "gobierna" una "boina" de humo, y que ha concluido en Paris la Cumbre sobre " El Cambio Climático", todos se hacen lenguas, sobre lo que debemos y no debemos hacer para frenar el deterioro del Planeta Tierra y sus nefastas consecuencias.
Los máximos mandatarios de todo el Orbe, han hablado, discutido, propuesto, durante horas y horas sobre las medidas que se deben tomar para evitar mayores males.
- Disminuir las emisiones de CO2.
- Evitar que la temperatura del planeta aumente más de dos grados.
Etc...etc.
No sé, exactamente, cuántas Cumbres de estas se han celebrado; pero, todas han tenido un denominador común: el fracaso de las anteriores.
Tras miles de horas de conversaciones, propuestas, objetivos marcados; nada, o casi nada, se ha conseguido.
Es por ello que en la próxima Cumbre se debería analizar la situación y buscar las razones por las cuales nada funciona.
De poco sirve poner a los "alumnos" (los Estados) deberes, si el "profesor" (la Cumbre) sabe de antemano que no se van a cumplir.
Apretones de mano, fotos de familia, sonrisas a raudales; pero, mientras se aprietan las manos y sonríen, en sus cabezas se produce un soliloquio muy alejado de la teatralización que se lleva a efecto.
Este humilde opinador, tiene sus propias teorías sobre las causas que impiden que se avance, de forma real y eficaz, en el objetivo de atajar el problema.  
Varias son, en mi opinión, las razones.
1.- El desarrollo y el crecimiento económico son objetivos a los que ningún país renuncia, sea cual sea el ideario político de sus gobernantes. Ese desarrollo y crecimiento económico, es, esencialmente, contaminante.
El triangulo que forman: producción, consumo, desecho, está unido en sus vértices con una argamasa, casi, imposible de romper.
2.- Los habitantes del Planeta, tampoco estamos dispuestos a renunciar a ninguna de las comodidades alcanzadas, en aras a preservar el Medio Ambiente.
De puertas para afuera, todos hablamos de lo mal que está el Medio Ambiente y repetimos en cada ocasión que tenemos, el nuevo término acuñado: "Sostenible".
Nunca he entendido bien qué significa, en términos medioambientales, tal palabra; tampoco tengo claro cómo se puede medir esa sostenibilidad; y, mucho menos comprendo cómo se consigue esa sostenibilidad. Si una fabrica, emite una cantidad de 100 partículas de Co2, ¿quiere decir que otra fábrica debe dejar de emitir 100 partículas de Co2? Parece lógico; sin embargo, ¿por qué una debe suplir los daños que otra provoca?; no lo considero justo. Quien debe reducir la contaminación es quien la aviva. Y aquí nos encontramos con el nudo gordiano de la cuestión.
La puesta en práctica de estas reducciones en las emisiones de gases contaminantes, sólo puede conseguirse por dos caminos:
            a) Costosísimas inversiones en elementos estructurales que reduzcan la contaminación.
            b) Disminución de las capacidades productivas para conseguir el objetivo.
Ambas soluciones son perfectamente viables. De eso no hay duda. Sin embargo, pocos, o ninguno, están dispuestos a soportar esos costes de producción añadidos. Ambos remedios suponen graves quebrantos en las cuestas de resultados de las empresas, y obligan a la reducción de puestos de trabajo por pérdidas de ingresos. No abundan en el Planeta quienes estén dispuestos, a medio y corto plazo, a asumir semejante coste.
3.- Sería prolijo detallar, uno a uno, todos los elementos que dificultan la consecución del objetivo propuesto. Como corolario a todo lo dicho pondré sobre la "mesa", quizás, el mayor de todos los inconvenientes: el dinero y el poder; que aunque parezcan dos cosas diferentes su simbiosis es perfecta e indisoluble.
Quienes almacenan, producen, y comercializan las principales fuentes de energías contaminantes, nunca renunciarán a sus ingentes beneficios, por un quítame allá un poco de Co2.
Salvando las diferencias, el problema del "Cambio Climático" es comparable al problema de las guerras.  
Cientos de conferencias y reuniones por la Paz. Millones de horas dedicadas a hablar de Paz. Sin embargo, nadie ha dedicado ni un solo minuto, a tratar la eliminación de las armas de guerra de todo tipo. Un negocio que cada día, produce pingües beneficios a los países que las producen y venden.
Por lo tanto: ¿Qué hacer? En mi opinión sólo tenemos un camino: aceptar que nuestra especie desaparecerá; lo mismo que lo han hecho millones de especies que poblaron la Tierra en tiempos remotísimos. No es algo tan trágico. Quizás, cuando el " Homo ¿Sapiems?" se autodestruya, la sabia Naturaleza alumbre una nueva especie que sea, realmente, " Sapiems".
Sobre este asunto, si queréis, podéis disfrutar de un video que habla de este tema, pinchando aqui.
El documental tiene un poco de todo: verdades, exageraciones, tópicos; pero, en conjunto está bastante bien.  

       

sábado, 5 de diciembre de 2015

DOBLE CERO

Una de mis aficiones, es charlar y discutir, con mis amigos, durante horas, de lo divino y de lo humano.
Cuando no hay por medio impedimentos que tomen la forma de hijos o nietos, nos gusta sentarnos teniendo enfrente unas cervezas, y algún refresco "Zero", y darle a la "húmeda" todo lo que podemos.
Ayer fue uno de esos días.
Sin embargo, el día de ayer tuvo un desenlace no previsto: descubrí que Dios existe. Sí, es cierto, puse fin a la gran polémica que ha guiado al Hombre a través de los siglos. ¿Cómo llegué a tan extraordinaria conclusión? Veréis, o mejor dicho, leeréis.
En un momento de la noche, nuestra tertulia se encontraba dividida en dos. Por un lado las mujeres, nada que ver con la discriminación, y por otro mi amigo y yo, que en ese momento analizábamos el gravísimo y trascendental asunto de la eliminación del Real Madrid.
Aunque nuestro tema era apasionante, no lo era tanto como para que mis oídos no percibieran una expresión dicha por una de las féminas. La palabra en cuestión, que en un primer momento no entendí, era: " Doble cero".
Interrumpí el análisis de la metedura de pata madrileña, y quise que me aclararan qué palabra era aquella que había escuchado y qué significado tenía.
Pronto me sacaron de dudas. "Doble cero" no era el grado de ningún espía del CNI; "Doble cero" es la denominación que tiene una de las múltiples sillitas de seguridad que se instalan en los coches para transporta a los niños más pequeños. Me explicaron cómo eran las mencionadas sillitas, y los elementos de seguridad de los que están dotados; así como los rigurosos controles a los que son sometidas para que estén debidamente homologadas. Porque, no sirve cualquiera. Una sillita de niño no homologada, acarrea serias sanciones para el despiadado conductor.
Fue en ese momento cuando la Luz llegó hasta mí.
Miré a mi amigo, que a la sazón ya ha superado con creces la sesentena, y le espeté: " Dios, existe".
La cara de sorpresa de mi amigo y contertulio, fue la que os imagináis; su pregunta, inmediata, fue:
- ¿Por qué dices eso? Me replicó.
- Tú y yo, somos la prueba irrefutable de ello.
No entendió mi amigo, por qué nosotros éramos la prueba irrefutable de la existencia de Dios; razón por la que me vi obligado a explicárselo.
Ambos, le dije, hemos recorrido España, en nuestra infancia, de norte a sur, de este a oeste, subidos en un "Seiscientos" sin sillita " Doble cero", y estamos aquí, más de sesenta años después.
Nuestros "irresponsables" padres, nos han expuesto al terrible peligro de la carretera, sin sillitas "Doble cero", primero, y sin cinturón de seguridad después.
Se han permitido jugar con nuestras vidas, al dejarnos montar en bicicleta sin casco protector; deslizarnos por las cuestas, subidos en aquellos artilugios hechos de madera y ruedas de patines de acero sin el consabido casco, sin coderas, sin rodilleras, ni espinilleras.
Nos han consentido comer altramuces, vulgo " chochos", bañados en unas aguas que se cambiaban cada cuatro meses. Ingerir, ayudados de un alfiler, el cuerpo, carnoso y sabroso, de unos caracoles, vulgo "bígaros" y rechupetear su concha para que nada quedara dentro; todo ello, si haber sometido los alimentos a los reglamentarios procesos de esterilización, pasteurización y uperización.
Pero, la prueba definitiva y concluyente de la existencia de Dios, se producía, año tras año, en las ferias de nuestro pueblo.
Si hemos sobrevivido a los camarones, los cangrejos, a las rodajas de coco sumergidas en unos baldes de aguas a punto de putrefacción. Si las bacterias que pululaban por los vasos en los que tomábamos las granizadas de limón, no han podido con nosotros; ¿qué más pruebas necesitas de la existencia de un Ser Supremo que guarda de nosotros?
Convencido mi amigo de la certeza de mi descubrimiento, pagamos la cuenta y nos retiramos a nuestros aposentos.

¡¡¡ Éramos unos hombres nuevos!!!  

viernes, 4 de diciembre de 2015

LA LUCHA

La vida no siempre es fácil, quienes allá por los años 50 vivíamos en Extremadura pudimos sentir en nuestras propias carnes, la dureza que suponía sobrevivir en una tierra que lo negaba todo. Campos que vedaban sus frutos, si no era a cambio de un supremo esfuerzo de hombres y mujeres; esfuerzo, que era soportado por todos los que formaban la familia.
Las rudas manos de hombres y mujeres, se unían, con las aún no curtidas de los niños, para lograr estrujar la tierra y sacarle el fruto que les permitiera subsistir.
Ese tesón de nuestros antepasados, son los cimientos que hoy sostienen el edificio de nuestro bienestar; un bienestar, que hoy no sólo disfrutamos si no que exigimos.
Nuestros abuelos no tuvieron a quien exigir, salvo a sus propios cuerpos, un bienestar que pocos disfrutaban. Sin embargo, lejos de acobardarse, lucharon con todas sus fuerzas y realizaron todos los sacrificios posibles para intentar salir del pozo de miseria en el que se encontraban, y dar a sus hijos una vida mejor.
No fue el esfuerzo físico el peor de sus enemigos; eran hombres y mujeres curtidos en el trabajo y eso no les asustaba. El peor de sus sacrificios fue el tener que abandonar su tierra.
Pocos nos acordamos ya de aquellos hombres, analfabetos en su mayoría, que se hacinaban en los andenes de las estaciones, a la espera de un tren que les llevaría a lo desconocido.
En sus pobres maletas de cartón, poco equipaje había; sin embargo, su peso era enorme; la ignorancia y el miedo, lastraban los bultos que arrastraban en un cruel viaje, en muchos casos sin retorno.
No se acobardaron por ello; sabían que, a miles de kilómetros, sus mujeres e hijos necesitaban de su esfuerzo para no morir de hambre.
A duras penas fueron capaces de aprender a hablar un idioma desconocido, cuando ni siquiera eran capaces de escribir en su lengua materna; pero lo hicieron.
No resulta fácil, en nuestra cómoda vida del siglo XXI, imaginar lo que aquellos hombres sintieron y sufrieron ante las dificultades que tuvieron que superar. No gozaron de ayudas, de subsidios, de ONGs que les echaran una mano en aquellos duros momentos.
Unos sucios barracones, unos trabajos que nadie quería realizar, unos salarios ínfimos, fueron su seña de identidad.
Su "maná" en forma de Marcos alemanes, Francos suizos o franceses, comenzó a llegar poco a poco hasta las resecas tierras extremeñas. Poco a poco, sus familias comenzaron a disfrutar de un cierto bienestar que nunca hubieran logrado de no ser por quienes en la distancia bebían el amargo trago de la emigración.
Cuando en nuestros días muchos, quizás demasiados, insultan y reniegan de su tierra; cuando esa Patria es ofendida y menospreciada por señoritos de manos pulidas y corazón endurecido; me siento orgulloso de ser descendiente de unos hombres y mujeres que lucharon hasta extenuación por proporcionarnos a todos una vida mejor.
Ellos son los cimientos de la Patria; estas son las columnas que nos sostienen, y no deberíamos consentir que se falte al respeto a una obra que costó sangre, sudor y lágrimas.

Sólo tengo como arma este humilde púlpito, y desde él apelo a vuestro orgullo como descendientes de aquellos hombres y mujeres que, a pesar de lo cruelmente que les trató la vida, jamás renunciaron a sus raíces; jamás renegaron de su Patria; nunca ofendieron a su bandera, a sus símbolos, a las imágenes que veneraron hasta el día de su muerte; porque su tierra no eran los gobernantes, ni los patronos; ni los ricos, ni los corruptos, ni los dictadores; su tierra era el lugar donde nacieron, donde nacieron y fueron enterrados sus padres y los padres de sus padres. ¿Quién osaría menospreciar el lugar donde reposan quienes te dieron la vida? Únicamente gente sin alma y sin conciencia puede albergar sentimientos tan en contra de la estirpe de sus antepasados.           

LAS PALABRAS

Forma parte de la condición humana, expresarse mediante las palabras; no en  vano somos lo que Aristóteles dijo del Hombre que era “ Un animal social”.
Las palabras toman un especial significado cuando de referirse a un acontecimiento extraordinario se trata. De esta forma, si un acto alegre y gratificante nos acontece, expresamos nuestra alegría con un batería de expresiones ya acuñadas. De igual manera, si  el hecho ocurrido es triste y luctuoso,  recurrimos a las preestablecidas para expresar nuestro dolor, real o fingido.
El trece de noviembre pasado, ocurrió en Paris el cruel episodio que todos conocemos; acto, que dio lugar a toda una serie de manifestaciones de dolor y de repulsa, acompañadas de las más diversas expresiones de condolencia.
De forma paralela, hicieron su aparición palabras como dialogo, tolerancia, empatía, que pulularon por doquier y fueron usadas y abusadas hasta el cansancio.
¿Qué nexo de unión tenían todas ellas?, su falta de contenido. Una palabra vacía, no es nada; una palabra, que no esté acompañada de un fondo real, se queda en sólo palabra.
Quienes hablan de diálogo, deben dar contenido a la expresión. ¿Cómo se carga de contenido la palabra, “diálogo”? Explicando quienes deben de dialogar, y cuáles son las materias  sobre las que se debe entablar ese dialogo; pues, para que exista tal dialogo debe haber, al menos, dos partes que quieran hablar.
Tras los hechos de Paris, me he preguntado ¿con quién hay que dialogar?   Y, sinceramente, no he encontrado respuesta. En un grupo cultural, en el que la violencia es tolerada, cuando no inducida, si esta se ejerce en nombre de una Religión, es muy complicado de hallar un interlocutor válido. Si la violencia política se mezcla con el odio intercultural y la animadversión religiosa, hallar un punto de encuentro, por mínimo que sea, es prácticamente imposible.
Otro de los ejercicios que se han practicado estos días, ha sido el de la búsqueda de los culpables últimos que han llevado a los atentados. Aquí se han manifestado opiniones de todas clases; cada una de ellas con su carga política. En este punto sí que se han leído y oído toda clase de opiniones; algunas de ellas, ciertamente curiosas. Cada cual ha lanzado los dardos dialécticos según su interés.
De todo lo escuchado y leído y visto, no he conseguido obtener una respuesta concreta a mi pregunta sobre ¿con quién dialogar, de qué dialogar y dónde hacerlo?
La segunda palabra que más he escuchado ha sido, “la tolerancia”. Al igual que en la anterior del dialogo, la tolerancia implica una dualidad; necesita una voluntad de respeto por ambas partes. No puede haber tolerancia si una de ellas no cede un ápice en sus posiciones. Si sólo una parte está dispuesta a transigir, la tolerancia no es tal, y se convierte en sometimiento.
Si complicado es encontrar los elementos imprescindible para el dialogo, hallar puntos de encuentro de tolerancia, que permita una armónica convivencia, es casi imposible.
Históricamente, las Religiones han sido uno de los elementos en la vida de los Hombres que se ha devenido como más intransigente. Los muertos habidos, en nombre de Dios, a lo largo de los tiempos son incalculables.
A cómo hacer efectiva la tolerancia; tampoco tengo respuesta.
Si existe una palabra difícil de llenar de contenido, esa es: “la empatía”. Personalmente opino que esta palabra no debería figurar en nuestro diccionario. La razón que me lleva a expresarme así, es su imposibilidad de perfeccionamiento.
La RAE define “Empatía” como: “Sentimiento de identificación con algo o alguien”. O “Capacidad de identificarse con alguien y compartir sus sentimientos”.
No creo que ningún ser humano pueda compartir los sentimientos de otro. Se puede ser muchas cosas con otra persona; pero, sentir como el otro siente es imposible. Si esa empatía se debe realizar entre personas de diferentes Culturas, la imposibilidad primaria se convierte en doble, si es que ello fuera posible.

La palabra es la esencia de la comunicación y de la convivencia; sin embargo, si la palabra es vana, el viento se la lleva con mucha facilidad.  

LAS QUIEBRAS

Desde que los comerciantes fenicios surcaron los mares en busca de nuevas vías de comercio, el mundo de lo mercantil ha vivido diferentes etapas. Desde que los banqueros venecianos comenzaron a financiar las operaciones relacionadas con el comercio, aparecieron las figuras del deudor y del acreedor; figuras, cuyas relaciones han sido reguladas de muy diferentes maneras según los países y las épocas. Tiempos hubo, en las que el acreedor podía reclamar al deudor el pago de su deuda con su propio corazón. El inigualable Shakespeare, lo puso de manifiesto en su obra " El mercader de Venecia". Otros países y otros tiempos dulcificaron las legislaciones y redujeron las penas de los quebrados a penas de prisión.
Por no quebrar, los comerciantes acudían a cualquier medio para evitarla; no solo por el desprestigio que ello suponía sino por el castigo al que se enfrentaba el quebrado.
El paso del tiempo, la complejidad de las actividades mercantiles, la cada vez más sospechosa implicación de los legisladores con los grandes y poderosos empresarios, trajo consigo la aparición del Derecho Mercantil y su legislación, de la que emanó el "delito mercantil".
El delito mercantil supuso la práctica eliminación de la carga penal que arrastraban los deudores que no hacían frente a sus obligaciones.
Esa legislación, mucho más laxa que las anteriores, propició que las quiebras dejaran de ser un estigma para el empresario, y se convirtiera en un instrumento, en muchos casos, de robo y estafa a terceros que se encontraron impotentes para recobrar lo que en justicia se les debía.
En los últimos años hemos asistido en España, y en el Mundo, a un importante número de quiebras de grandes grupos empresariales, que, de la noche a la mañana, se han derrumbado como un castillo de naipes, arruinando a millones de pequeños inversores y trabajadores a los que han destrozado la vida.
En nuestro país, no han sido pocos los casos en los que este fenómeno de la quiebra se ha dado, tomando en España una curiosa deriva.
Pocos, muy pocos, de los empresarios o administradores que las han provocado, han puesto un pie en la cárcel. Un ejército de expertos en Derecho Mercantil y Penal, bucean en las turbias aguas de la Ley para librar a sus clientes del molesto asunto.
Mientras continúan haciendo ostentación de sus felices vidas, miles de afectados, gritan, como posesos, de puerta en puerta, reclamando Justicia. Una justicia que, en muy contadas ocasiones, y después de años de lucha, les llega; pero, tan mermada, que apenas se le puede denominar Justicia.
En la actualidad estamos asistiendo al desmantelamiento de una de las más importantes empresas españolas; que, en poco más de veinticuatro horas, ha pasado de la pujanza del Ibex a la quiebra total.
En los cómodos sillones de su Consejo de Administración, ilustres traseros de la política han sentado sus posaderas, y obtenido pingües beneficios. Beneficios que, ahora, los pagadores quieren cobrarse en forma de intervención estatal; es decir, buscando que seamos todos los españoles quienes paguemos los desafueros causados por los depredadores de la empresa. Depredadores que ya se habían cobrado parte de la "pieza" a lo largo de los años, y de obtener insultantes indemnizaciones que ahora pretenden que paguemos entre todos.
 Tres cosas tengo por ciertas:
1.- Los españoles pagaremos.
2.- Los trabajadores pagarán.
3.- Los delincuentes, no pagaran.
Sobre la cubierta de sus lujosos yates, luciendo su Rolex y deleitándose con un carísimo licor, contemplarán como unos y otros buscan la manera de engañar a los españoles, para que pasemos por taquilla, sin parecer que lo hacemos.
¿Preocupados? En absoluto. Tienen la tranquilidad de tener cogidos por las "pelotas" a elementos influyentes, que serían capaces de cambiar el sistema de rotación de la tierra, con tal de proteger sus riquezas acumuladas.        
Si les fuera de aplicación una legislación mercantil que tuviera un artículo que dijera:
"El quebrado, fuera persona física o jurídica, ingresará de forma inmediata en prisión, sin juicio, hasta que sus acreedores hayan percibido el total montante de su derecho, más los intereses legales devengados.

Suficiente.