
El culpable de este arrebato ha sido un partido político (sí, lo
siento; pero, es la verdad) del que se esperaba más. tanto en las urnas como en
su actividad diaria en Parlamentos autonómicos y Ayuntamientos. El partido en
cuestión no es otro que Ciudadanos.
Al igual que Podemos, irrumpió con fuerza en el panorama político
español, pues insuflaba un aire de frescura y juventud. Los resultados en las
urnas fueron a todas luces decepcionantes, por mucho que lo quieran adornar de
éxito, como hacen todos.
¿Qué ha ocurrido para semejante "pinchazo"? Para
responder a esta pregunta es preciso recurrir al diccionario de expresiones
castizas. Frases como:
- Ni chicha, ni limoná.
- Eres como el perro del hortelano.
- Nada y guardar la ropa.
Son frases que tienen en común el ser usadas para indicar
ambigüedad, indefinición, o inseguridad.
Durante la reciente campaña electoral, se han definido como un
partido de "Centro", algo, que ya denota ambigüedad, indefinición, o
inseguridad.
Decir, en España, que se es de centro, es estar abocado al fracaso,
por la sencilla razón de que muchos de nosotros no entendemos que significa, de
verdad, esa ubicación en el mundo de las ideas políticas.
Desde la restauración de la Democracia en España (muchos dicen la
llegada de la Democracia, algo que no es cierto, pues en España ha habido
Democracia mucho antes de 1977) ninguno de los Partidos Políticos que se han
definido de " Centro" han tenida una vida larga.
Unión de Centro Democrático; Centro Democrático y Social, y otros
del mismo corte, tuvieron una existencia efímera.
Volviendo a las expresiones populares, los españoles usamos
algunas para definir que nos gustan las posiciones concretas. Frases como:
- Al pan, pan; y al vino, vino.
- El agua, clara; y el chocolate espeso.
Delimitan nuestro carácter.
Durante la campaña electoral se pudo apreciar que el partido
liderado por el señor Rivera, "cobardeaba en tablas", otra expresión
para definir que, a la hora de la verdad, se echaba para atrás.
Todo esto fue percibido por los ciudadanos a la hora de votar, que
prefirieron " lo malo conocido, a lo bueno por conocer" y se quedaron
con el PP.
Durante la campaña dijeron a "bombo y platillo" (hoy me
apoyo en las frases) que permitirían gobernar a la "lista" más votada.
Sin embargo, han manifestado de manera contundente que votarán, no, a la
candidatura más votada.
El detonante que me ha llevado a coger "la pluma" y
escribir, ha sido la noticia de su voto en contra para desbloquear los
presupuestos municipales del Ayuntamiento de Cáceres. Al tiempo que el PSOE que,
en un acto de coherencia y responsabilidad, se han abstenido permitiendo
desbloquear la situación que impedía el desarrollo normal de la actividad
municipal, los concejales, o el concejal, de Ciudadanos (que no sé los que
tienen), han ejercido eso que se está convirtiendo en una costumbre, y que no
es otra cosa que la ambigüedad, la indefinición o la inseguridad.
Ser la "china" en el zapato; obstruir por obstruir;
querer ser "Goliat" siendo "David" (y aquí no se reproduce
el hecho bíblico), tiene una corta vida, y en política, la acorta aún más.
Si por esas cosas de la vida, en España hubiera que repetir las
Elecciones Generales; me juego " un real de alpiste" a que el
batacazo del partido nacido en Cataluña, sería monumental.
¿Por qué?; porque:
- "Han enseñado la patita".
- "Se les ha visto el plumero".
El lenguaje popular español tiene un diccionario, mucho más completo que
el de la RAE o el de María Moliner, del que tomar las palabras para exteriorizar
sus pensamientos