viernes, 8 de enero de 2016

LOS NIÑOS

Una de las cosas que más odio en este mundo es, la instrumentalización de los niños para lograr realizar objetivos espurios, bastardos e ilegítimos; ya sean mercantiles, políticos, o ideológicos.
Las Navidades del año 2015 podrán pasar a la Historia con el nombre de " Navidades de la Vergüenza".
En algunas ciudades españolas, gobernadas por afiliados a los que se ha dado en llamar " Partidos Emergentes", conocedores sus ediles de la gran repercusión que cualquier acto que altere el natural y tradicional desenvolvimiento de los días de Navidad goza de amplia repercusión mediática; no perdieron ni un minuto, en hacerse ver, y atacar de forma indiscriminada las bases mismas del cristianismo y de nuestra civilización.
Si el origen del cristianismo se simboliza en el nacimiento de un Niño/Dios en una cueva de la lejana población de Belén, se hacía necesario atajar "el mal" desde la raíz.
Con la cortada que les proporcionaban las palabras del Papa Benedicto XVI, sobre el valor real de la Biblia en este asunto (Afirmaciones como: en la cueva no habían ningún burro, ni ninguna vaca. O aquello de que los Reyes Magos llegaron desde Andalucía), hechas en su libro " La infancia de Jesús"; comenzaron a desmontar, "físicamente", todo lo que pudiera recordar el nacimiento de Jesucristo.
Belenes que llevaban expuestos durante siglos en lugares emblemáticos de la ciudad, se eliminaron, en muchos casos con nocturnidad.
La representación del Niño/Dios que nacía para traernos en mensaje de la Paz y del Amor; fue, borrado del mapa.
¿Qué razón había, si es que puede existir una razón para semejante vileza, que justificara tal cosa? Una muy importante. No herir la sensibilidad de los no creyentes.
Argumento tan estúpido, no puede salir más que de cabezas enfermas.
La Biblia, fuente de la tradición y religión cristiana, refiere la llegada de unos llamados " Magos de Oriente" quienes guiados por una estrella, fueron conducidos hasta el lugar del nacimiento del Niño/Dios. Allí, le adoraron y regalos tres presentes: oro, incienso y mirra. Artículos de gran valor en los años en los que se data el Nuevo Testamento.
¿Por qué tres reyes ataviados con ricos ropajes fueron los elegidos? La simbología no tiene dudas: la sumisión del poder humano sobre el divino; y la pleitesía que representa la entrega de los productos de más valor en la Tierra.
La evolución de los tiempos ha fusionado los tres elementos esenciales de esta parte del Nuevo Testamento: niño, reyes magos y regalos se han hecho un todo monolítico.
Esa fusión se representa en las llamadas " Cabalgatas de Reyes" en las que se presenta los tres valores: Los Niños, quienes simbolizan la bondad, la inocencia y el futuro del mundo. Los Reyes Magos que rinden honores a esos pequeños, que encarnan las columnas que soportarán el peso del Mundo el día de mañana, y a los que en señal de reconocimiento entregan sus regalos.
A contemplar esas representaciones callejeras, acuden cada año millones de niños, con la ilusión de poder ver de cerca a esos " Reyes Magos". La pureza de su mirada, los nervios que en su interior sienten por saber qué regalo de los miles que llevan los " Pajes" le corresponderán, denotan la limpieza de espíritu de un niño.
¿Qué mejor oportunidad que esta para manipular a los más pequeños? No existe ninguna forma humana de concentrar tanto "público" para ofrecer un mitin político e ideológico; cuyo trasfondo es el siguiente. "Niños: lo que os han venido contando hasta ahora es todo mentira, secuela de una sociedad que os ha estado engañando durante siglos. Los llamados "Reyes Magos", no vestían ricos ropajes, sino trajes ligeros y alegres, propios de unas personas libres y democráticas. Las espectaculares carrozas que hasta ahora ocupaban nuestras calles, no eran más que alardes de despilfarro de una sociedad corrompida. La realidad más social, étnica, y multicultural, son unas cuantas bicicletas, guiadas por niños y mayores, y unas carrozas que no son tales sino, equilibrados elementos auto reciclables, que no dañan el medio ambiente.
No contentos con el mensaje estético, ya de por sí impactante, pertrechados de focos y micrófonos lanzaron su "meeting" para que los conceptos quedaran perfectamente unidos en los cerebros de los más pequeños.
Otra de las cuestiones que más me subleva, es la cobardía. En este caso, la de los cristianos; que se han dejado insultar, humillar, ofender, degradar, avergonzar, denigrar, confundir, deshonrar, desdeñar, rendir, afrentar, despreciar, envilecer, doblegar, someter, mortificar, menospreciar, menoscabar, sojuzgar, insultar, oprimir, empequeñecer, apocar, encoger, arrastrar. Todo ello, sin mover un dedo. Sin decir una sola palabra; sin las más pequeña recriminación hecha ante los poderes públicos que de manera tan abyecta actuaban. Ni curas, ni canónigos, ni obispos, ni arzobispos, ni cardenales han dicho esta boca es mía.

Si los primeros me indignan, por su utilización de la infancia; estos, me repugnan por su apatía, abandono, dejadez, desidia, indiferencia, indolencia, abulia y pereza.   

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