jueves, 29 de diciembre de 2016

LA BOINA

Ayer,con alevosía y, casi, con nocturnidad el ayuntamiento de Madrid dispuso a su antojo de la vida de los ciudadano de Madrid y de fuera de Madrid. Con la habitual irresponsabilidad a la que nos tiene acostumbrados su alcaldesa (por llamarla de alguna manera) vuelve a tomar como rehenes a los ciudadanos. Pero esta vez ha ampliado su punto de mira a todos los demás españoles, impidiéndoles la libre circulación; un derecho reconocido que únicamente puede ser conculcado si se usan procedimientos dictatoriales, y caprichosos. Quienes deban atravesar Madrid procedentes de Cáceres para ir a cualquier otro destino, y su matrícula sea impar, no pueden hacerlo. Quienes deban atravesar Madrid para tomar un vuelo en el aeropuerto de Barajas,si su matrícula es impar, no podrán hacerlo.
La incompetente alcaldesa de Madrid no se ha enterado de que el sistema de las carreteras españolas es un sistema Radial; es decir, todas las grandes vías de comunicación terrestre confluyen en Madrid. Madrid es el centro neurológico de las comunicaciones españolas terrestres. Su paralización, extemporánea y precipitada, ambientálmente, servirá de poco; pero, el daño social y económico que producirá en la economía española, será inenarrable.
Todos aquellos vehículos que salen desde los cuatro puntos cardinales de la Península Ibérica, con destino Madrid u otros lugares, portando mercancías perecederas para abastecer los mercados madrileños y no madrileños ,si su matrícula es impar, no podrán hacerlo, y las mercancías y los mercados sufrirán perdidas millonarias.Todo ello en unas fechas en las que la demanda de productos perecederos es enorme.
Sería prolijo detallar todo lo que se verá afectado por esta irresponsable decisión; que, como siempre, pagarán todos menos la alcaldesa de Madrid.
Poner al frente del municipio capital de España a un equipo de sectarios y analfabetos sociales y económicos, ha sido un gran error; no sólo de sus votantes, sino del partido que la mantiene en el gobierno municipal.
Más allá de estas barbaridades locales, es importante poner de manifiesto un hecho incontestable. Nuestro mundo, el mundo que hemos creado en los cinco continentes, es contaminante.
Precisa de energía para satisfacer las necesidades que todos los individuos demandan para su bienestar; y esa energía, hoy por hoy, es esencialmente contaminante. Es el precio que debemos pagar por eso que denominamos "sociedad desarrollada". Un forma de vida a la que todos aspiramos, y a la que nadie está dispuesto a renunciar.
No existe eso que se ha dado en llamar "Desarrollo sostenible"; únicamente se da en las mentes de algunos, y en algún que otro laboratorio experimental.
No es sólo una cuestión de intereses económicos, que lo es; es una cuestión de posibilidad física.
Mientras el principio de conservación de la energía no se modifique, y no parece fácil, necesitamos energía para mover los cuerpos; ya sean maquinarias, o semovientes. Esa energía se encuentra en nuestro planeta en diversas formas; pero, es necesario transformarla para que sea de aplicación en el movimiento de los cuerpos.
Unas energías se transforman de forma más fácil que otras. Esa facilidad de transformación abarata su coste y permite su utilización y aplicación a los procesos industriales.
Como casi siempre me ocurre, pocos participarán de esta manera de pensar; sin embargo, la realidad que nos circunda me da la razón.
Únicamente existe una manera de eliminar de la faz de la Tierra la contaminación y todo lo que ello conlleva: renunciar al bienestar, y regresar a la época de las cavernas.
Posible es todo en la vida, menos evitar la muerte. La cuestión es, si estamos dispuestos a pagar tan elevado precio.

Espero que todos tengáis un fin año estupendo, y que el año 2017 sea mejor que este que nos deja.

jueves, 22 de diciembre de 2016

LA CLAUSULA

“El artículo 6, apartado 1, de la Directiva 93/13/CEE del Consejo, de 5 de abril de 1993, sobre las cláusulas abusivas en los contratos celebrados con consumidores, debe interpretarse en el sentido de que se opone a una jurisprudencia nacional que limita en el tiempo los efectos restitutorios vinculados a la declaración del carácter abusivo, en el sentido del artículo 3, apartado 1, de dicha Directiva, de una cláusula contenida en un contrato celebrado con un consumidor por un profesional, circunscribiendo tales efectos restitutorios exclusivamente a las cantidades pagadas indebidamente en aplicación de tal cláusula con posterioridad al pronunciamiento de la resolución judicial mediante la que se declaró el carácter abusivo de la cláusula en cuestión.”

Nunca tan pocas líneas han levantado tanta polvareda en el panorama social y económico de un país. Ha provocado ríos de tinta, caída de las bolsas y la aparición de una nueva figura del Derecho " El depredador de clausulas".
Aún no estaba seca la tinta de la famosa sentencia, los despachos de abogados, grandes, pequeños, y medio pensionistas, se han lanzado a la caza y captura de los "clausulistas", para ponerles los ojos como platos de la "pasta" que van a sacar al banco; pasta de la que ellos, se llevaran un buen bocado.
La pregunta que muchos os haréis es: Si ya hay una sentencia del Tribunal Europeo ¿para qué necesito un abogado?.
Os daré mi opinión, que no tengo la seguridad de que sea del todo correcta.
Al igual que las conocidas como Directivas Europeas que únicamente afectan a los Estados, y únicamente son de aplicación a los ciudadanos cuando son transcritas al ordenamiento jurídico español; las sentencias de los tribunales europeos, no son de ejecutabilidad hasta que dichas resoluciones sean incorporadas a la Jurisprudencia nacional española. Lo que implica que la restitución de las cantidades, en sede judicial, tiene aún un largo camino. Más corto recorrido tendrán aquellos que lleguen a acuerdos extrajudiciales con las Entidades Financieras.
Respecto a esta aplaudida sentencia, tengo una opinión discrepante del resto del mundo.
No sé dónde se encuentra la "delgada línea roja" que separa lo no abusivo, de lo abusivo. Lo financieramente necesario; de lo financieramente superfluo.
Las llamadas clausulas suelo, no son una única fórmula contractual uniforme para todas las Entidades Financiera. Cada Banco o Caja establecía las suyas en función de sus estrategias de mercado y sobre todo sobre la base de su estructura de costes. A Entidad más eficiente, menor tope en la clausula suelo.
Por establecer un ejemplo entendible para todos. La clausula suelo, viene a ser como : El mínimo  que todos pagamos en el recibo de la luz; la cuota de línea de nuestro teléfono, o el término fijo de la factura del gas.
Esta sentencia ha provocado reacciones de todo tipo, lanzando sobre las Entidades Financieras todo tipo de epítetos nada laudatorios, por supuesto.
Los "pregoneros" sociales han sacado toda la artillería para que las iras y las frustraciones de los individuos encuentren una diana sobre la que disparar.
Desde la noche los tiempos, las Sociedades han tenido dos dianas preferentes: La Iglesia y la Banca. Diana que se va situando frente a las masas de forma alternativa según los intereses.
Más allá del soporte legal que afiance la sentencia que, en mi opinión, es una sentencia abusiva, desproporcionada e irresponsable es criticable por lo siguiente. Es abusiva y desproporcionada, en contra de la ponderación y racionalidad presente en la del Tribunal Supremo de España.
Irresponsable en cuanto a la oportunidad de la misma, y las consecuencias que se pueden derivar de ella.
El Sistema Financiero Español está saliendo, a duras penas, del pozo en el que cayó, y los ciudadanos españoles nos tuvimos que rescatar para no perder los ahorros de todo el país. Porque, como he dicho en otras ocasiones, a quien se rescató, no fue a las Entidades; se rescató a todos los ciudadanos españoles que tenemos nuestros ahorros grandes o pequeños en los Bancos y Cajas de Ahorros.
Aún se están saneando los balances con duros ajustes en las cuentas de resultados; ajustes que, en buena medida, está recayendo sobre las espaldas de los trabajadores del sector tomando diversas formas: prejubilaciones (ya casi no se hacen); bajas incentivadas; reducción de jornadas y sueldos; traslados forzosos hasta que trabajador revienta, y todo elenco de formulas "magistrales" de lo más ingenioso en materia laboral, que llevan a los empleados al cuasi paro y la miseria.
Si en este escenario se "echa sobre las espaldas" de las magras cuentas de resultados estas enormes indemnizaciones, no es descartable que los españoles nos tengamos que rescatar una segunda vez; dándose la paradoja de que quienes recuperen esas cantidades por la aplicación de esta sentencia, deban retornar parte de ellas para salvar , de nuevo, sus ahorros.
Todos parecen interesados en echar una "palada" de tierra sobre la "tumba" del "moribundo" Sistema Financiero español; y sus señorías no han querido perder su oportunidad de participar en la muerte del ya, casi, cadáver.
¿Cuantos puestos de trabajo costará esta sentencia? Lo desconozco. ¿Cómo afectará a las posibilidades de financiación del desarrollo de la Industria, el Comercio, la Agricultura o los Particulares? No lo sé; pero, afectará. El fino “hilo” que comenzó a brotar del “grifo” del crédito, es posible que retorne a su cierre.
Sobre el Sistema Financiero español, pende la "espada de Damocles" llamada Basilea. Una "guillotina" que cercena de manera implacable las cuentas de resultados, con exigencias de provisiones sobre activos de riesgo. A más activos de riesgo, mayor castigo sobre las cuentas. ¿Cuáles son los mayores activos de riesgo de Bancos y Cajas?: Créditos y Préstamos; inversiones en empresas; y activos productivos. Si todo eso se ralentiza, se ralentiza el desarrollo económico español; un lujo que no nos podemos permitir como nación.

Las victorias "pírricas", no han sido a lo largo de la historia más que enormes fracasos.

lunes, 19 de diciembre de 2016

LAS SATURNALES

Todos los años, rendido el correspondiente homenaje a los muertos, entro en una etapa de creciente malestar y cabreo continuo. La razón es, el comienzo de los preparativos para la Navidad; unos preparativos que cada año comienzan antes. El "bombardeo" se inicia en las emisoras de radio y TV con interminables tandas de anuncios que nos ofrecen los más sugerentes perfumes y fragancias, acompañados de no menos sugerentes jóvenes bellos, elegantes y seductores; terminando la mayoría de los mismos con frases en inglés o francés, totalmente incompresibles para un ciudadanos medio. Es una perfecta "Feria de las vanidades".
Por esas fechas, también, comienza la preparación de las llamadas "Comidas de Empresa"; espectáculo bochornoso de hipocresía, en la mayoría de los casos, donde se simulan unos sentimientos de cariño y amistad que no se sienten, ni de lejos.
En cada familia el estrés comienza a tomar carta de naturaleza, una causa externa altera el tranquilo devenir de las familias: la cena de Nochebuena, o la comida de Navidad según las costumbres. ¿Quienes, dónde, qué, por qué no aquí, por qué te vas a casa de...? La tensión arterial comienza a hacer estragos, que llega a niveles de hipertensión para quienes tienen que preparar el llamado " Menú de Navidad".
Y la cena o comida de Navidad, en demasiadas ocasiones, termina como "el rosario de la aurora". Tan es así, que un dicho se ha convertido en frase popular:
- Tú, las Navidades, las pasas bien, o en familia.
Pero esto es sólo es el comienzo. Aún queda por delante un largo periplo festivomercantil que se prolongará hasta el día seis del año siguiente.
Comer, beber, gastar sin freno, son las señas de identidad de estos, para mí, larguísimos días que parecen no terminar nunca.
Y todos los años pregunto lo mismo ¿por qué se come, se bebe, y se gasta sin freno? Y todos los años recibo la misma respuesta: Porque es Navidad.
La celebración de la Navidad o Natividad, ha perdido la esencia judeocristiana de la que es origen: La venida al mundo de Cristo, el hijo de Dios.
La creencia, la fe en un Dios hecho hombre, ha dado paso a idolatrar a otros dioses, muy diferentes, que nada tienen ver con el que, según la tradición, nació en los aledaños de la ciudad judía de Belén: el dinero, y el placer.
Todo parece indicar que ha llegado el momento de cambiar esto, y regresar a nuestros orígenes romanos celebrando las conocidas como " Saturnales".
Este retorno traería consigo muchas ventajas, y dejaría en paz a Cristo.
Podríamos comer, beber, y desmadrarnos, tomando como pretexto a Saturno, que es un dios y un planeta que viene muy al pelo.
Acotaríamos la juerga a siete días, que ya está bien para ser una juerga.
Quienes realmente festejan la llegada de Jesucristo a este Valle de Lagrimas, creo, que verían con satisfacción que se dejara de usar al Hijo de Dios, como pretexto de bacanales y despilfarro.
Las Creencias, han dado paso a las Costumbres, que es la pérdida de la esencia de aquellas.
Seamos coherentes, y comamos, bebamos, y desmadrémonos, en loor de Saturno. Encendamos luces; pongamos guirnaldas de los más variados colores; toquemos turutas y zambombas, y, cómo no, invitemos a estas bacanales al orondo gordito de Laponia, que se ha colado en nuestra Cultura de manera silenciosa y sibilina.
A pesar de su “bonachona apariencia”, no es más que un “depredador” de las Tarjetas de Crédito. El Norte, siempre mercantilista, no quiso renunciar a la parte del negocio que iniciaron tres Magos de Oriente, y puso su “sucursal” en nuestros lares.
Él no ha venido al mundo a salvar a nadie; ha venido a sacar toda la pasta que pueda.
Con estos cambios, el recién nacido, en una humilde cueva en Judea, podrá dormir plácidamente sin escuchar tanto "ruido" molesto a su alrededor.

Si el hedonismo es nuestra seña de identidad, seamos hedonistas. Dejemos a Cristo con los cristianos, que no le faltará la  compañía de los que sí se alegran y festejan su llegada a este mundo cruel. Un mundo al que llegó de la manera más silenciosa y humilde que se pueda llegar.

sábado, 17 de diciembre de 2016

MACHISMO

Hace unos pocos días, publique en mi Blog un comentario sobre los "Ismos"; en él los califiqué conceptualmente como caracterizados por su esencia excluyente.
Toda Época histórica produce sus propios "Ismos", resultado de movimientos sociales, políticos o económicos. La época que nos ha tocado vivir no ha sido ajena a esta tendencia, y ha acuñado sus propios "Ismos". Unos han calado con más profundidad que otros; pero, todos han vivido sus tiempos de Gloria.
Muchos de los nuevos "Ismos", nacen no como principio y valoración de algo, sino como hecho antagónico a otros. Uno de ellos es el denominado "Machismo"; un "Ismo" confuso en su concepto, pero claro en su fin. Es lo antagónico al "Feminismo".
Lo que diferencia este "Ismo" de otros, es su origen. El denominado "Machismo" no nace de forma autónoma, lo hace desde el "Feminismo".
Esta significación, también de dudosa definición, precisaba para su perfeccionamiento un "alter ego" negativo; y así, desde el "Feminismo" se da vida al "Machismo".
Como en muchas ocasiones de la vida ocurre, el "hijo" supera al "padre" (en este caso a la madre); y las cuestiones relativas al denominado "Feminismo" son tratadas por su contrapuesto, el "Machismo".
La RAE define el Machismo como:"Actitud o manera de pensar de quien sostiene que el hombre es por naturaleza superior a la mujer." Una definición concreta y precisa que acota mucho la conceptualización del "Ismo".
A nadie se le escapa, que el recorrido social de esta definición en el siglo XXI, en la sociedad española, tiene un camino muy corto. Pocos hombres y mujeres, consideran que el hombre, por naturaleza, es superior a la mujer.
Y es aquí donde a las creadoras y/o creadores del "Machismo" se les fue el invento al suelo. Sobre la definición de la RAE, a pocos españoles se les podía aplicar ese apelativo despectivo; razón por lo que había que ampliar su ámbito de aplicación en el plano social.
Y la ampliación tomó carta de naturaleza, y de qué manera.
Un principio, casi legal, se impuso. La mujer no podía ser objeto de crítica en ningún ámbito, sin que al crítico se le colgara el Sambenito de " Machista".
El concepto tomó tanta fuerza, que en una confrontación, de cualquier tipo, hombre/mujer, aquel perdió el derecho a la presunción de inocencia. El Ordenamiento Jurídico, a rebufo de este movimiento social, se revolvió como un calcetín, y conculcó derechos fundamentales que todo acusado tiene, independientemente de su sexo.
Desde esta posición, la mujer ha dejado de ser una persona para convertirse en un "objeto sagrado de culto", al que sólo se puede adorar, ensalzar, y proteger hasta el ridículo.
Una de las Leyes más ridículas, que debería avergonzar al llamado "bello sexo", es la conocida como " Ley de Paridad". Una Ley que obliga a que todo puesto, premio, cargo, trabajo,...etc. deba tener OBLIGATORIAMENTE una paridad. Es irrelevante que la persona designada sea apta o no para el puesto, cargo, o premio; se le pone por el hecho de ser mujer.
Dudo mucho que a ninguna mujer, que no sea una advenediza, le produzca satisfacción que le premien, en el sentido que sea, por el hecho de ser mujer, y no por los valores o conocimientos que como persona tiene.
Pero, ya lo dijo el torero Rafael “El Gallo”: “hay gente pa to.” Incluso que haya a quienes les guste ganar la igualdad, gracias a la desigualdad.
¿Qué se ha conseguido? En mi opinión que personas como yo, que sin serlo, somos tildados de “machistas” tengamos que escribir estas cosas, por el regusto amargo que nos queda de ser tratados como lo que no somos.
En una visión más amplia, nada relevante se ha logrado. Es más, los repuntes de eso que se ha dado en llamar “machismo” se dan en edades más tempranas, y con formas mucho más virulentas que el “piropo” lanzado desde lo alto de un andamio, o a pie de calle.
El llamado “feminismo” que lucha por la igualdad, algo loable, debe asumir que entre iguales, no hay diferencias de trato, ni deferencias con el igual.
La igualdad es eso: la no diferenciación por ningún concepto; porque de lo contrario es una igualdad desigual, incompatible con la igualdad.

Ni que decir tiene, que muchos de los que hayáis leído esta entrada, ya me habréis colgado el Sambenito. Soy consciente de ello; pero, me es igual. Yo sé lo que soy. Lo que otros opinen de mí, hace mucho tiempo que dejó de importarme. Alguna ventaja tendría que tener por ser viejo.

martes, 13 de diciembre de 2016

PARA TODOS LOS PÚBLICOS

Desde hace unos años, de manera recurrente, el llamado " Mundo de la Cultura" no pierde ocasión de reivindicar la rebaja del mal llamado IVA cultural. Unos piden reducirlo hasta el 4% ,y otros se conforman con reducirlo al 10%; eso va en gustos.
Qué encierra esta legítima reivindicación. Depende de lo mal pensado que seas; por ello intentaré explicar mi visión del asunto de una manera clara, y los más sencilla posible.
El llamado "Mundo de la Cultura" está integrado, en su mayoría, por personas físicas o jurídicas que explotan un negocio. Ofrecen espectáculo a cambio de dinero, con el fin de lograr un beneficio.
Esa actividad empresarial, está sujeta a determinado impuestos, entre ellos el Impuesto Sobre el Valor Añadido ( IVA).
Hay impuestos que sí suponen un gasto para las empresas: Impuesto de Actividades Económicas, Impuesto de Sociedades, o Impuesto Sobre la Renta de las Personas Físicas.
Por el contrario, el IVA, es un impuesto neutro; es decir, no implica un coste en la cuenta de resultados empresarial.
El IVA es un impuesto que recae en el llamado Consumidor Final; los ciudadanos que acudimos al cine o al teatro.
Las empresas son meros recaudadores de ese impuesto, que deben ingresar en la Hacienda Pública lo recaudado en las taquillas.
¿Por qué esa virulenta reivindicación, si el IVA en nada les afecta?
Desde una postura bien pensante, se argumentaría: De esta manera el precio que deben pagar los espectadores por sus entradas sería inferior, y de ello se derivaría una mayor afluencia de público a las salas de espectáculos.
Desde una postura mal pensante, que es la mía, lo que se esconde detrás de la exigencia es un incremento de los ingresos, y no una reducción del coste para los espectadores.
Trataré de ilustrarlo con un pequeño ejemplo.
Coste de una entrada para el espectador: 121 € Importe que se descompone en:
Ingreso para la empresa: 100 €
IVA soportado por el espectador: 21 €
Si el IVA se redujera al 10% la situación sería:
Coste de la localidad: 110 €
Ingreso para la empresa:100 €
IVA soportado por el espectador: 10 €
El espectador se beneficiaría de un ahorro de 11 € en el precio de su entrada. Perfecto y justo.
Para los mal pensados. Reducción del IVA al 10 %.
Precio de la entrada 121 €
Ingreso para la empresa: 110 €
IVA soportado por el espectador: 11 €
Aumento de los ingresos para la empresa: 11€
Lo que en mi opinión esconde este movimiento del "Mundo de la Cultura", es aumentar sus ingresos mediante una Pseudo subvención o bonificación impositiva.
No parece justo que las arcas públicas dejen de ingresar por impuestos, y ese ingreso vaya a parar a las arcas de las empresas a cambio de nada.
Si se trata de beneficiar al consumidor final de la Cultura, algo loable; debe ser este quien reciba dichos beneficios mediante una reducción de los precios de las localidades.
Eso se llama Justicia Social Redistributiva. Lo otro es, enriquecimiento encubierto y engañoso.

viernes, 9 de diciembre de 2016

LOS DERECHOS

En toda Sociedad libre las personas son sujetos de Derechos y Obligaciones. Las obligaciones son algo que tengo bastante claro, y no hay demasiado campo para la especulación. Por ello me voy a centrar en el apartado de los Derechos.
Los derechos que acompañan a las personas yo los califico en dos categorías:
Derechos Reales, y
Derechos Ficticios.
Los primeros son aquellos que asisten al individuo desde el momento de su concepción hasta el momento de su desaparición, e incluso más allá de la muerte.
Los segundos son menos claros, y no acompañan al individuo desde el momento de su concepción hasta más allá de la muerte.
Dentro de este segundo grupo ha tomado carta de naturaleza el llamado Derecho a la Información; un derecho que, en demasiadas ocasiones, se sobrepone sobre los derechos que yo he dado en llamar Reales.
Ese falso derecho, no nace, como el resto de los derechos reales, del Derecho Natural, origen y principio de todos los demás. Su origen es puramente mercantil, y asociado a los intereses de un potentísimo Grupo de Presión llamada en sus orígenes: Prensa.
Un Grupo de Presión al que por su fuerza se le ha denominado: " El cuarto poder"; un ordinal que no es adecuado, pues, en realidad, es el poder supremo de las Sociedades denominadas libres.
Este “Cuarto Poder”, necesitaba un refugio jurídico desde el que poder hacer y deshacer a su antojo; y, claro está, lo consiguió.
El “Primer Poder”, sabedor de la fuerza de su rival, no dudó en diseñar unas reglas del juego para que los Medios de Comunicación pudieran actuar, casi, con total impunidad, y desarrolló legalmente el Derecho a la Información.
Con la fuerza que da el saberse respaldado por el Ordenamiento Jurídico, el campo estaba expedito para que el “Cuarto Poder”, con el tiempo, llegara a ser el “Primer Poder”.
Un poder no sujeto a la voluntad de los ciudadanos; un poder que no nace en las urnas; es una fuerza arrolladora que cómo un Leviatán hace y deshace en la sociedad; manipula las voluntades de los individuos realizando esa función tan moralmente discutible como es la "creación de opinión".
Cualquier Poder, ya sea Ejecutivo, Legislativo o Judicial, antes que a la voluntad popular se somete a la voluntad de los medios; pues no en vano ellos son capaces de destronar a reyes y gobiernos.
No es raro contemplar, con sonrojo, como los Poderes del Estado han sucumbido ante ellos. Su miedo es tan visceral que antes de tomar una decisión, sondean cual será la reacción del “Cuarto Poder”, mediante lo que, eufemísticamente, se ha dado en llamar: " Globos sondas".
Se filtra de manera intencionada una idea, y se espera la respuesta del "todopoderoso"; en función de la aquiescencia o no del “Cuarto Poder”; el “Primer Poder” actúa.
Como los Medios de Comunicación son grandes conocedores de la condición humana, no en vano llevan muchos años manipulándola, han conseguido el mejor aliado que pudiera encontrarse: el Pueblo. Un Pueblo al que han convertido en Juez y Fiscal de las causas que son de su interés. Un tribunal que en función de las "pruebas" que les brinda su "amo" absuelve o condena al "reo".
Cuando un "asunto" entra en el “Juzgado del Pueblo”, todo lo demás deja de tener valor. Si la sentencia del "tribunal popular" es condenatoria; no ha Justicia real que absuelva al "reo". Su cárcel será la Sociedad, en la que ocupará una "celda" con rejas mucho más infranqueables que las de hierro; las rejas del rechazo social.
La duración de las "condenas" de los "tribunales del Pueblo", no se miden por años. Su cálculo está en función de los minutos de televisión que se les dedique, o del número de portadas que la prensa escrita decida otorgarles.
En demasiadas ocasiones, el “Primer Poder” se rinde a los intereses del “Cuarto”, y en una flagrante conculcación de los derechos de las personas, proporciona a este toda la “munición” necesaria para que el "reo" sea “fusilado” inmisericorde.
Mientras la Justicia es lenta y torpe hasta no encontrar adjetivos para definirla; el "Tribunal del Pueblo", perfectamente lubricado y puesto a punto, actúa con la celeridad del rayo.
Sus "asuntos" se resuelven, en los veinte segundos que dura un titular televisivo. Antes de que el programa concluya, el Pueblo ya ha dictado "sentencia": el "reo", casi siempre, es encontrado culpable.
Ya no hay juez que pueda absolverte.
¿Derecho a un juicio justo? No me gastes bromas, por favor.
 

miércoles, 7 de diciembre de 2016

LA CONTRATA

De todos es sabido que una de los mayores nichos de corrupción se encuentra en la denominada Obra Pública. Administraciones, empresas, contratas, subcontratas, reformados, y un largo etc. forman el elenco de actores de esa gran comedia de las corruptelas.
La Contratación Pública, que no tiene nada de contratación ni tampoco de pública, es el comienzo de la inmensa "merienda de negros" en la que se "meriendan" los dineros de los ciudadanos.
En la mayoría de los casos, pocos son conscientes de la rapiña que rodea a las obras públicas, salvo que se lo pongan encima de la mesa.
El origen del problema está en el propio Sistema; un Sistema que se entrega en cuerpo y alma a las empresas licitadoras y adjudicatarias. Existe todo un Vademécum de tropelías que se cometen antes, mientras y después de las adjudicaciones.
El "truco" es muy viejo. Concursas con las llamadas "bajas temerarias" (en teoría estas bajas ya no se aceptan; pero solo en teoría); es decir, ofrecerte a hacer una obra determinada a un coste muy por debajo de lo que marca cualquier estudio económico sensato.
¿Cómo se llega a solventar esto? Muy sencillo. Una vez que la obra en cuestión es adjudicada, por lo general a una empresa "amiga", las partidas presupuestarias iniciales se modifican con los llamados " reformados". Los reformados son el "cajón de sastre" en los que cabe todo. Como esos reformados no salen a licitación pública, el equilibrio económico se consigue, y todos contentos.
La manera de evitar esta sangría económica, no es difícil; siempre, claro está, que se quiera terminar con ella.
La formula no es mágica, es, únicamente, sensata.
La Obra Pública debe ser acometida, financiada, y controlada por las Administraciones. Su Gestión nunca debe salir del ámbito de ellas. Cualquier Administración Pública tiene funcionarios suficientemente capacitados para realizarlo. Y de no tenerlos, es esa misma Administración la encargada de contratar los recursos pertinentes para su desarrollo.
Usando un termino urbanístico; las Obras Públicas deben ser realizadas mediante la figura de la "Auto promoción". Con esta manera de acometer un proyecto, el promotor controla todo lo relativo a la obra.
En el caso de la Administración el asunto es mucho más sencillo. Desde la adquisición de materiales hasta la contratación de la mano de obra, la realiza ella misma; sin intermediarios, ni intereses ajenos de ningún tipo.
Es evidente que como toda obra en la que interviene el Hombre, eliminar la corrupción en su totalidad, es imposible; pero, estoy convencido de que se reduciría de manera significativa, Y junto con ella, los costes económicos, y por ello, el esfuerzo de los ciudadanos se vería sustancialmente aminorado.