sábado, 25 de marzo de 2017

RIO REVUELTO

Desde hace algún tiempo, la mayoría de los españoles se han vuelto analfabetos de forma masiva. Nadie de los millones de personas que han realizado una actividad financiera con un Banco o Caja, sabía lo que hacía; algo que dice muy poco de la capacidad intelectual de los españoles.
En las “revueltas aguas” que surgieron a rebufo de la situación de las Entidades Financieras, muchos echaron sus cañas para ver qué se podía pescar.
Gabinetes de abogados encontraron una mina de oro, en ese “rio revuelto”, y, con no demasiados escrúpulos, se lanzaron a la caza y captura del “ignorante”.
La intervención de los Tribunales, españoles y de la UE, echaron su “cuarto a espadas” para que las aguas se oscurecieran aún más.
Un argumento, falaz; pero, efectivo, fue el santo y seña de los “pescadores”: “Hemos sido engañados”; “No sabíamos lo que firmábamos”; “no nos explicaron nada”. Argumentos de poca solidez jurídica, y fácilmente desmontables; pero, que calaron profundamente en la sensibilidad de nuestros togados, y los ajenos.
En ese “torrente herrumbroso” en el que se echaron las “cañas”; había, también, “pescadores de altura”.
Uno de estos “buque insignia” de la “flota” fue Iberdrola, que quiso echar sus redes (estos no pescaban con caña) para recoger lo que se pudieran.  
De todos es conocido el fiasco que supuso la salida a Bolsa de las acciones de Bankia. A pesar de las campanas que sonaron en Wall Street, todos los expertos, y no tan expertos, sabíamos que aquello era totalmente inviable.
Ya he dicho en alguna ocasión que un edificio construido con escombros, tiene poca resistencia.
La Oferta Pública de Acciones del nuevo banco, no suscitó el entusiasmo de los inversores internacionales; quienes, valoraron la acción a precio de “bono basura”.
Se tocó a rebato para colocar las acciones entre inversores españoles, entre los que se encontró Iberdrola.
Es bastante probable que las acciones comerciales que se realizaron para colocar los títulos no fueran realizadas con las exigencias que la MiFID obliga; y que para salvar el escollo, se hicieran mangas y capirotes.
Pero, engañar a una de las más potentes empresas de España, no parece que fuera algo tan sencillo; sin embargo, mientras sus colegas internacionales dieron calabazas a Bankia, la Eléctrica se echó en los brazos de la Entidad Financiera. ¿Por qué?
Esta es mi teoría.
La colocación de las acciones entre minoristas, costó “sangre”, sin que por ello se llegara a cubrir el total de la emisión, lo que hacía necesario llamar a la puerta de “un grande” en demanda de socorro.
La buena sintonía de las empresas Eléctricas, inmersas en aquel tiempo en una dura negociación legislativa que regulara las nuevas fuentes de energía, hacía de estas empresas, el “socio” ideal para sacar a Bankia del atolladero.
Creo que no es descabellado defender la hipótesis de una negociación bilateral entre Ejecutivo y/o legislativo con Iberdrola, para que en un “quid pro quo” todo quedara arreglado.
Tampoco creo que sea descabellado sostener la hipótesis de que esas negociaciones dieron su fruto, e Iberdrola entró como socio de referencia en el ya Banco.
Si levantamos la mirada, en el “horizonte” se puede contemplar una cierta concordancia temporal entre esta entrada accionarial, y los extraños, e incomprensible, movimientos regulatorios del Sector Eléctrico español. Desde subvenciones, pasando por la ridícula “Ley del Sol”; las subastas de Energía, y el indescifrable sistema de tarifación a los consumidores, parecen avalar la hipótesis de un acuerdo bilateral, o trilateral.
Sin embargo, algo no ha debido funcionar todo lo bien que se pensaba, y la Eléctrica quiso  recuperar las inversiones realizadas. Es posible que, forzada por sus accionistas, a los que el “enredo” nos les convenció demasiado, la Empresa tuvo que salir a “pescar” en el “rio revuelto”.
Su argumento, el mismo que los pequeños “pescadores”: habían sido engañados.
Tan endeble base jurídica ha tenido la lógica (cosa rara) respuesta del Tribunal de Primera Instancia, en la que viene a decir, más o menos: Hombre, decir que ustedes fueron engañados, es ridículo.
Pero, si cuela, cuela. Aunque como todo “poderoso” sabe, aún queda el recurso ante el Tribunal Supremo. En él las cosas pueden dar un giro de 180 grados, y tengamos que ser, de nuevo, los españolitos quienes paguemos a la Empresa Eléctrica su nefasta inversión.
No tengo claro cómo nos sacarán la “pasta”; pero, de que nos la sacan; estoy convencido.

martes, 21 de marzo de 2017

MiFID

Pocos españoles saben, la trascendencia que para muchas vidas han tenido estas cuatro letras, que corresponden al acrónimo de Markets in Financial Instruments Directive.
MiFID es una Directiva Comunitaria que se aprobó para regular y proteger la comercialización de los diferentes Instrumentos Financieros entre los inversores.
Esta Directiva Comunitaria vio la luz en el Boletín de la Comunidad Europea en el año 2004; sin embargo no fue transpuesta al Ordenamiento Jurídico Español hasta el año 2007.
La MiFID, tiene un objetivo principal: Proteger a los inversores particulares, ella los denomina “minoristas” de los posibles abusos que puedan cometer los comercializadores de los diferentes Instrumentos Financieros.
¿Por qué un retraso de casi cuatro años en su implantación en España?
Antes de responder a la pregunta debo situar al lector en un escenario en el que intervinieron diversos “actores”, todos ellos fundamentales para comprender, por qué ocurrió lo que ocurrió, y por qué hoy se pagan aún sus consecuencias.
1.- Las Directivas de la UE, únicamente obligan a los Estados, y no son de aplicación a las personas, físicas o jurídicas, de un país hasta que esa Directiva se encuentra integrada en la Legislación del país.
2.- BASILEA. Se conocen como “Acuerdos de Basilea” las normas emanadas por el “Comité Europeo de Supervisión Bancaria”, cuyo objetivo principal es velar por la solidez y solvencia de las Entidades Financieras. Solvencia que se trata de conseguir mediante la obligación de que estas tengan un grado de capitalización suficiente (Capital+ reservas+ otros recursos propios) que garanticen una respuesta financiera suficiente a un potencial problema.
Veamos qué papel jugaron estos acuerdos de Basilea en el desarrollo de los acontecimientos, y cómo afectaron, principalmente, a las Cajas de Ahorros.
De los varios componentes del Balance de las Entidades de Crédito que servían como base para el cálculo de los Recursos Propios, uno de ellos era la Inversión Crediticia; una inversión que, en esos años, estaba teniendo crecimientos espectaculares, lo que hacía que a más Crédito, más necesidad de Recursos Propios.
Las Cajas de Ahorros, sólo podían capitalizarse por la vía de los resultados, previa detracción de las Dotaciones a la Obra Social.
Al ser insuficiente esta vía, las Cajas comenzaron a comercializar y situar entre sus clientes, Institucionales y Minoristas, diversos Instrumentos Financieros de alto riesgo para el inversor: Cuotas Participativas (Sucedáneo de las acciones); Obligaciones Subordinadas, Participaciones Preferentes, y otros.
¿Qué tenían en común estos Instrumentos Financieros? La absoluta vulnerabilidad del Inversor en caso de problemas de la Entidad Emisora.
¿Cómo fue posible entonces su colocación entre los clientes minoristas? Se usaron, fundamentalmente, dos acciones: Una.- Ocultar la realidad de lo que se estaba adquiriendo, y, en algunos casos, mentir sobre la realidad, dándole la apariencia de ser un Plazo Fijo tradicional con liquidez inmediata.
Segunda.- Ofrecer por ellos un mejor tipo de interés. Obviamente, de esta manera, no era difícil “colocar” los títulos; todo eran ventajas.
Pero ¿cómo hacer “líquidos” unos activos sólo reembolsables a su vencimiento. Sencillo: se crearon “mercados secundarios” internos, donde la propia Entidad, “casaba” las órdenes de compra con las de venta, y todo permanecía en orden.
3.- Llega la MiFID. La Publicación de la Directiva Comunitaria MiFID, desmontaba de raíz todo este “tinglado”, y hacía casi imposible la colocación de estos títulos, lo que por otra parte ponía en riesgo el poder cumplir las exigencias de Basilea sobre Recursos Propios. Las Entidades usaron todos los medios posibles para retrasar al máximo la implantación en España de aquella normativa, algo que consiguieron durante casi cuatro años.
Las llamadas de atención de la UE, obligaron a España a, de manera precipitada, aprobar y publicar la Directiva.
La dura Directiva Comunitaria, ya hecha Ley en España, hacía casi imposible la colocación de más títulos entre los clientes particulares, pero era necesario seguir emitiendo títulos para cumplir con Basilea.
Aquí la imaginación se echó al monte. Cada cual buscaba un camino que, bordeando la MiFID, permitiera seguir colocando títulos. Se acudió a empresas “amigas” para que, a cambio de unas buenas condiciones financieras de sus líneas de crédito, adquirieran esos Instrumentos. Al tratarse de Empresas y no de particulares, la MiFID era mucho menos exigente; pues se suponía que una empresa sabía lo que adquiría.
Sin embargo existía una bomba de relojería que podía estallar en cualquier momento; y, claro, estalló.
Esta bomba no era otra que la “liquidez” prometida a los confiados inversores.
La MiFID obligaba a tramitar las órdenes de venta de títulos según hubieran entrado en el Sistema del Mercado; un Mercado Secundario ya regulado, y que no permitía “casar” las órdenes a capricho de la Entidad, y mucho menos dejarlas en autocartera.
Comenzaron a surgir las desconfianzas, al no poder cruzar las órdenes, y por tanto el cliente no recibía los fondos invertidos con la rapidez prometida.
Había que dar una solución rápida a este problema. De nuevo hubo que recurrir a Entidades de Inversión “amigas” que a cambio de unos intereses adecuados, se comprometían a recomprar los títulos vendidos por los clientes, con lo cual la tranquilidad volvió a las Entidades.
Pero, era tal el número de títulos emitidos que hasta esta solución se colapsó; y ocurrió lo que todos sabemos. Los inversores minoristas se vieron atrapados en un Mercado, en el que no sabían que estaban, y con unos títulos en sus manos que no valían ni el papel en el que estaban impresos.
Muchos, demasiados, aún se encuentran atrapados; y sólo unos pocos afortunados han podido salir de ese “pozo” al que les tiraron sin ellos saberlo.
Más larga y prolija podría ser esta explicación, somera, de lo acontecido; pero, creo que es suficiente para que se pueda entender los ocurrido.

sábado, 18 de marzo de 2017

EL CEREBRO

Sin lugar a dudas, el cerebro humano es el órgano más perfecto del que ha sido dotado el Ser Humano.
Es la “maquina” esencial de nuestra existencia, sin el cual el cuerpo humano dejaría de ser tal. Cuando él deja de funcionar, todo ha concluido.
En él se desarrollan las funciones conscientes, y las inconscientes, que mantienen en funcionamiento nuestro cuerpo físico; sin embargo, el cerebro humano, realiza funciones metafísicas que algunos han dado en llamar: intelecto, conciencia, e incluso, hay quienes afirman que en él reside el Alma.
Son estas últimas funciones las que determinan la vida de los Individuos, con ellas se procesan nuestros sentimientos, nuestras ideas, y se analiza, mediante procesos racionales, la información que nos llega.
A medida que la Sociedad en la que el Hombre desarrolla su vida cambia; nuestro cerebro cambia al mismo ritmo, con el fin de adaptar nuestra capacidad de análisis y compresión, y obtener conclusiones coherentes a la información recibida.
La Sociedad,  llamada Occidental, del siglo XXI, puede ser denominada como la Era de la Información. Una información que llega a nuestro cerebro a borbotones por los medios más diversos.
A diferencia de nuestros antepasados, que recibían la información de manera pausada, y por pocas fuentes; nosotros la recibimos a raudales, de manera instantánea, y por fuentes de lo más heterogéneo.
A diferencia de nuestros antepasados cuyos cerebros podían analizar y procesar esa información de manera armónica y sosegada; en nuestra Sociedad actual, no hay tiempo material para que nuestro cerebro analice la recibida, antes de que le llegue otra.
A diferencia de nuestros antepasados, a los que la transmisión oral era casi su única manera de percepción; el Hombre de hoy, ha reducido la transmisión oral en favor de la visual.
En esa gran cascada de datos que nuestro cerebro se ve obligado a procesar en nanosegundos, se encuentran todo tipo de referencias; unas ciertas, otras falsas, y muchas, muchas medias verdades.
Sin tiempo para procesar todas, nos vemos obligados a seleccionar y elegir con cuales nos sentimos identificados sin pararnos a analizar lo que de cierto encierran.
Esa necesidad imperiosa de optar por unas, nos hace vulnerables; una debilidad que muchos creadores de opinión utilizan para conseguir sus objetivos.
Se ha desarrollado toda una ciencia de la manipulación de los individuos, que permite presentarnos como verdad indiscutible, cuestiones que son perfectamente discutibles, de cuyo análisis se podría demostrar su falsedad.
Las llamadas Redes Sociales son el perfecto hilo conductor de estas estrategias de tergiversación de la realidad expuesta. En segundos, millones de personas reciben la información y sobre ella se va construyendo un “edificio” de  medias verdades, o mentiras sin más.
Nada hay tan efectivo como lanzar un mensaje en 180 caracteres para que se produzca la reacción esperada. Saben que los receptores no aceptan más información que aquella que se plasma en unos pocos caracteres; con tan magro bagaje, se construye una opinión; y sobre ella, otras que crecen de manera exponencial. La falsía, se ha traslado y convertido en verdad, en unos pocos segundos.
Los gurús de las redes, saben que se puede mentir en 180 caracteres; pero, que desmontar la mentira costaría muchos más, y que nadie la leerá. El objetivo se consigue sin grandes esfuerzos.
Nuestro cerebro, que debe adaptarse al medio, se modifica para, únicamente, valorar mensajes cortos; y, habituado a ello, rechaza el esfuerzo de razonar sobre envíos más largos.
Poco a poco, sin que muchos se den cuenta, los cerebros de los Individuos se van forjando a golpe de caracteres de nuestro móvil, o Tablet, perdiendo la capacidad de llevar a término un proceso racional completo, que les permita determinar qué de cierto o razonable contiene la información que nos suministran.
Al igual que el ojo se hace “vago” si no se le obliga a esforzarse; de la misma manera nuestro cerebro se está haciendo, paso a paso, también “vago”.
Este largo escrito, será leído por unos pocos de vosotros. Los más ni siquiera se molestarán en comprobar qué contiene. La razón: demasiadas letras juntas.

Pensar se está convirtiendo en una actividad molesta y desagradable; ya se avanza a pasos agigantados hacia un “encefalograma social plano”. 

miércoles, 8 de marzo de 2017

EL PERRO DE SAN ROQUE

Cuando comencé a pronunciar mis primeras palabras, un leve problema, en lo que se denomina “frenillo”, me impedía pronunciar con corrección las palabras que contenían la letra “R”.
Para solucionar el problema de la molesta telilla, había dos soluciones; un pequeño corte para liberar el tejido, o unos ejercicios fonéticos.
El segundo método consistía en repetir una y otra vez, palabras y frases que contuvieran la letra “r” en su pronunciación fuerte, como aquella que dice:
“El perro de san Roque, no tiene rabo, porque Ramón Ramírez se lo ha robado”
Ayer nuestros diputados, quitaron carta de naturaleza a la pedagógica frase, al trasponer al Ordenamiento Jurídico español, un acuerdo tomado en la Unión Europea en el año 1987 que prohíbe cortar los rabos de los canes.
Treinta años después (eso se llama agilidad) el Parlamento español, haciéndose eco del “clamor popular de los españoles”, ha decidido tomar cartas en el asunto, y acabar con ese estado de cosas que hace vivir en “permanente angustia” a los españoles.
Sin nada que hacer, y aburridos como ovejas (perdón a las ovejas) en sus cómodos escaños de la Carrera de San Jerónimo, han querido poner final a su insoportable tedio dándose algo que hacer.
Han enviado heraldos a todas las dependencias del Congreso en busca de un entretenimiento que llevarse a la boca.
A los pocos días uno de los comisionados, descendió al Hemiciclo gritando como un poseso:
-          Eureka, Eureka, lo tengo.
La expectación fue tan grande que la Presidenta, convocó de inmediato un Pleno para escuchar las palabras del ponente y su ponencia.
Con la gravedad que el caso requería, el Portavoz del Partido proponente, subió al atril y tras pedir permiso a la Presidencia, se dirigió a sus señorías con estas palabras:
-          A nuestro Grupo Parlamentario nos preocupa profundamente el asunto de los rabos de los perros. (algunas caras de sorpresa)
-          Estudios realizados por eminentes sociólogos, nos transmiten la inquietud de los ciudadanos por los rabos de los perros, y exigen de este Parlamento, tramitar por el procedimiento de Urgencia (bueno, treinta años después) este gravísimo asunto.
La expectación en el Hemiciclo era máxima; no porque a los diputados les importara un pimiento los rabos de los perros; su alegría estaba más que justificada. Por fin habían logrado encontrar algo con lo que entretenerse, y consumir las horas hasta que llegara el tiempo de abandonar el escaño, precipitadamente, para salir a ver el partido de la Champions o ir a las rebajas de El Corte Ingles.
Los portavoces de los Grupos, a la salida (a los que no gusta el futbol, claro) improvisaban ruedas de prensa para destacar lo importante que era para nuestro país, que los rabos de los perros permanecieran en su sitio durante toda la vida del can.
Alguno de ellos se lamentaba de que sus enmiendas transaccionales, en las que se pedían poder cortar algunos rabos, no hubieran sido secundadas por el resto de Grupos. A pesar de ello se congratulaba de que a partir de hoy los “Perros de San Roque, sí tendrán rabo; porque ningún Ramón Ramírez se lo podrá cortar”.
Algunos de los Representantes del Pueblo español, tras el partido, y Cubata en mano, comentaban en animada tertulia.
-          Bueno, machos, (eran todos hombres) y mañana ¿qué? ¿Qué hacemos después de leernos el As, el Marca, y el Mundo Deportivo.
El rostro de los diputados, perdió el color, y un sudor frio recorrió su cuerpo al pensar que de nuevo estaban si nada que hacer durante horas, días y meses.
El más desesperado del grupo, tiró de Tablet, y busco en San Google, las normas europeas que regulan la reproducción de la rana verde en cautividad, y que no estuvieran traspuestas a nuestro Ordenamiento Jurídico.
Hábil con la Tablet, son muchas horas jugando con ella al Candy Crush, no tardó en encontrar lo que buscaba, y con un: Lo tengo. Llevo la tranquilidad a sus compañeros de Grupo. Tranquilidad que les permitió tomar con sosiego otro Cubata.
Pues a esto es a lo que dedican su tiempo, y nuestro dinero, los padres de la Patria.
La incertidumbre en el pago de las Pensiones; la ausencia de Presupuestos; la pendiente aclaración sobre la que, dicen, será la nueva Reforma Laboral; los movimientos cada vez más osados de los dirigentes catalanes para declarar la independencia.
Todo eso queda al margen; lo prioritario son, los rabos de los canes.

Los mejores amigos del Hombre (me refiero naturalmente a los perros) no tienen ni idea del dineral que nos ha costado a los españoles, el que puedan mantener en su lugar sus apéndices coxiales (perdón por el palabro).  

sábado, 4 de marzo de 2017

CERVANTES

Que somos un país de papanatas, estoy convencido.
Que somos un país de cursis, cristalino.
Que somos un país, sin identidad, pocos lo discuten.
En nuestro devenir autodestructivo, el idioma de Cervantes ha formado parte esencial de la estrategia.
En la endogamia suicida en la que hemos caído, se busca y se rebusca en archivos y lugares con el único objetivo de encontrar vocablos, más o menos desconocidos, y convertirlos en Idioma Oficial del Lugar.
Sobre esos vocablos, más o menos desconocido, se construye una nueva Historia del lugar, y se mete, a “sangre y fuego”, en las cabezas de los más indefensos.
No contentos con despreciar la lengua castellana en favor de dialectos que nadie habla, hemos abierto nuestras fronteras para que nos invadan anglicismos sin cuento.
Como si de una inmensa mancha de aceite se tratara, los “palabros” anglosajones se cuelan por las rendijas de nuestros, escasamente poblados, cerebros para construir una especie de engendro gramatical que algunos ya han bautizado como “spanglish”; un engendro más que añadir al cúmulo de ellos que nos rodean y nos asedian.
Cualquier analfabeto funcional que pulula por nuestras plazas y calles, hace alarde de una “cultura” anglosajona que echa para atrás.
Quien con dificultades puede leer el cartel que anuncia “Carga y descarga” alardea de hacer “running” (no sé si se escribe así).
Frente a él, un coleguita, de parecidas luces, presume de ser un “coaching” (tampoco sé si se escribe así).
Como loros que repiten lo oído, sin saber lo que dicen, sus lenguas pronuncian todo tipo de anglicismos sin saber por qué razón lo hacen. Es lo nuevo, lo guay, lo que se lleva.
Mientras a London, la denominamos Londres, o a New York, Nueva York, castellanizando lo inglés; las palabras castellanas, o españolas, las derivamos al inglés.
A un corredor, le llamamos “runner”; y a un entrenador “coach”.
Pero no son los analfabetos funcionales los responsables de esta nefasta situación; ellos únicamente repiten, como loros, lo que se les sirve a través de ese aluvión de información que son los llamados “Medios”.
Y aquí ya no sirve el calificativo de analfabetos funcionales; porque como el valor en la “mili” se supone que saben leer, y que comprenden lo que leen. Aunque bien pensado, no sé si es mucho suponer.
En su machacona cruzada por destrozar la lengua que hablan quinientos millones de personas, repiten una y otra vez, con palabras, dichas o escritas, todo tipo de barbarismos lingüísticos.
Al tiempo que la lectura ha dejado de formar del bagaje cultural de muchos de nosotros, fijamos nuestras miradas y nuestros “pensamientos” en esos maléficos artilugios con pantallas, sobre los que NO escribimos.
Se comenzó generando un denominado “lenguaje del móvil”, que fue uno de los hechos más dañinos para nuestro idioma, y para la Cultura general de jóvenes, y no tan jóvenes.
Aquellos jeroglíficos, en un mundo de vagos, parecía un “trabajo” demasiado duro al tener que pulsar varias veces un teclado para escribir una “palabra”. Escribir “xq” para preguntar ¿Por qué? Era algo demasiado penoso.
Los “salvadores” del mundo de la Lengua, pronto pusieron remedio a tan arduo trabajo, y crearon los “emoticonos”.
El “emoticono” es a la Cultura contemporánea, lo que el jeroglífico a la Cultura egipcia. Un único símbolo nos permite expresar una idea.
A diferencia de los jeroglíficos egipcios, que había que escribir o esculpir; el “emoticono” es mucho más amable, y sencillo; pones el dedito en el simbolito, y ya está.
De esta manera, atacada por todos los frentes, la lengua de Cervantes, se va deshaciendo hecha girones; perdiendo batalla tras batalla, en su desigual lucha contra el entorno que la rodea.
Quizás, Alonso Quijano no estaba tan descaminado al confundir con Gigantes, los Molinos de Viento.
Tampoco descarto que “El manco de Lepanto”, además de un enorme hombre de letras, fuera un visionario, y un perfecto conocedor del espíritu de los españoles. Un espíritu voluble, quebradizo ante las influencias externas, y un espíritu destructivo de lo nuestro.
Deberé releer, una vez más, El Quijote, y buscar en él, las señales premonitorias de D. Miguel sobre el futuro de España, y el comportamiento de los españoles.


viernes, 3 de marzo de 2017

EL DATO

El veterano locutor y periodista José María García, en sus tiempos de gloria, hizo popular una frase que usaba como muletilla: " Ojo al dato". El dato era el motor de arranque de la noticia y el comentario.
El dato era lo que daba sentido y fuerza a sus intervenciones; era, la piedra angular de su construcción dialéctica.
Muchos años después, el dato sigue siendo la quintaesencia de la información, y por supuesto de la desinformación.
Todo lo que se dice, o se escribe, está respaldado por los datos. Sin datos no hay información, o desinformación que sobreviva.
Cuando el dato se convierte en resultado estadístico, se llega al clímax; el dato alcanza la categoría de "dios". Si alguien dice " tengo los datos", es equivalente a decir " hablo por boca de los "dioses".
Los humanos, miembros de las llamadas Sociedades Desarrolladas, somos adictos consumidores de datos. La información, la desinformación, e incluso la publicidad, en buena medida están reducidas a datos, en su forma más abreviada, sutil, e impactante: el porcentaje.
El porcentaje diferencia, lo bueno de lo malo; lo correcto de lo incorrecto; lo normal y lo anormal.
No sentirse dentro de un porcentaje, puede resultar catastrófico, y cuando menos frustrante; o como a mí me ocurre, sentirse un "bicho raro".
Pero, en realidad, el dato es un "dios" con los pies de barro; mejor dicho, de arcilla.
El dato, como la arcilla, es maleable y moldeable.
Al igual que el alfarero con un "pegote" de arcilla moldea la figura de un niño; el mismo alfarero, con el mismo "pegote" de arcilla, puede moldear la figura de un asno.
Los modernos "alfareros" del dato, por vía de la información, moldean a su gusto esa "arcilla" para conseguir el objeto deseado.
Unos datos tomarán una forma u otra según la tendencia artística del "alfarero". La "arcilla" siempre es la misma, como el dato es único e invariable; sin embargo, moldeado convenientemente, su aspecto será muy distinto.
Viene toda esta digresión, a cuento de una noticia/articulo, sobre las diferencias en las Pensiones percibidas por pensionistas del País Vasco con las cantidades que reciben por este concepto extremeños o gallegos.
El "alfarero" de los datos, ha modelado un "monstruo", y como tal nos lo ha presentado para "demostrar" el trato desigual dado a unos y otros pensionistas.
Antes de que la "arcilla" estadística entre en el horno y se endurezca, voy a construir mi propia "figura" con la misma "arcilla".
Mi figura será una dama, no diré bella, pero desde luego no será un "monstruo" horrible.
Quizás el único elemento igualitario en España en estos momentos es, la Seguridad Social. El tratamiento de los cotizantes, es igual para todos. No hay discriminación por razón de pertenencia a una Comunidad Autónoma o a otra. No existen agravios comparativos, entre unos ciudadanos y otros.
Al modelar mi figura uso la "arcilla" del dato con delicadeza y suavidad.
El bloque central de la "arcilla" de las Pensiones es, la Base Reguladora: ella es la piedra angular que sostiene el resto de componentes de la figura. Es la que determina el tamaño de la figura (la Pensión).
El cálculo de esa Base Reguladora, es igual para todos los cotizantes, y por lo tanto cumple a la perfección la ecuación:
A igual importe cotizado, a igual periodo cotizado, igual Base Reguladora e igual Pensión. La "figura" está concluida y con buena apariencia.
Si en la "figura" se mezcla "arcilla" de diferentes texturas, y colores; y las manos del "alfarero" son torpes e imprecisas; el resultado será una "figura" de aspecto monstruoso.
Es difícil para el común de los mortales, saber cuándo el "alfarero" ha trabajado la "arcilla" de forma honesta y profesional. Sólo existe una manera de minimizar los "daños" de la "figura" que nos venden: pensar, razonar, y no dejarse llevar por el impulso que el "alfarero" quiere provocar en nosotros.

Usando un símil taurino diría: ante el "dato", como decía Juan Belmonte: Parar, templar, y mandar.