jueves, 19 de enero de 2017

LA IZQUIERDA

Desde mi época como universitario, he seguido la Política y por extensión la de los Partidos Políticos, de una forma bastante continuada. Nunca he militado en ninguno, lo que me ha permitido tener una visión global y desapasionada de la misma.
La Universidad me enseñó, y ello lo viví en mi propia carne, que en Política todos mienten. Esa enseñanza, que no la aprendí en ningún aula, me la proporcionaron dos dirigentes sindicales de una empresa cuyo nombre no viene al caso. Tras arengar a la muchachada estudiantil, y colocarla en suerte para que se partieran la cara con los "grises", se marcharon en dirección contraria a donde se iba a repartir la "cera". Lección aprendida, y con nota.
Desde esa fecha, he contemplado cómo los Partidos y la clase política han evolucionado. Unos han virado a la izquierda, otros a la derecha; y otros, bastantes, directamente desaparecieron.
Realmente todo se circunscribía a dos grandes bloques: Izquierda, representada por PSOE y PCE o IU como fuerzas de "choque", y AP, o PP como fuerza contrapuesta.
En ambos bloque siempre se ha "sentido" desde fuera una solidez y coherencia bastante aceptable; algo que les ha funcionado muy bien.
Con la llegada del siglo XXI, uno de los partidos de la Izquierda: IU, comenzó a tener  serios problema de liderazgo. Relegado de su cargo, no sé si por razones de salud exclusivamente, el carismático " Califa", ninguno de sus sucesores fue capaz de aglutinar al electorado entorno a sus siglas, perdiendo, casi, la representación parlamentaria.
Este curioso fenómeno, se producía en momentos en los que la clase trabajadora estaba siendo castigada de manera brutal por la crisis económica más larga y profunda desde la Guerra Civil.
El partido de referencia de la lucha por los Derechos de los Trabajadores, carecía de todo lo que una formación política debe tener para ilusionar a los electores. Unos votantes que, en teoría, deberían haber buscado en IU el refugio de su desesperación. Sin embargo, nada de esto ocurrió.
De manos de un inexperto Secretario General se consumó la debacle. A cambio de unos míseros euros, se entregó el Partido a otros inexpertos que les dieron a unos pocos un plato de lentejas. Un Partido centenario había desaparecido, por la decisión de una sola persona, que únicamente buscaba su propia supervivencia.
Hoy, ya nadie habla de IU; y mucho menos del PCE. Sólo ocupan alguna portada cuando, haciendo el ridículo, protagonizan espectáculos circenses que producen rubor a quien los contempla.
Un muy triste final, para un Partido que tuvo su puesto en la Política española, y que supo aceptar unas reglas del juego de manera ejemplar.
No le fueron mejor las cosas a sus "primos" del PSOE. Desbancada la "vieja guardia", hicieron su aparición quienes se encontraban en el "banquillo". Personas que, sobre el papel, gozaban de experiencia en la vida política y en el propio Partido. Sin embargo, la cosa no terminaba de funcionar. Las luchas intestinas comenzaron a hacer su aparición, y las "navajas" se cobraron algunas "piezas" de valor.
Los Secretarios Generales llegaban al cargo tras haber ganado por la mínima, y sin lograr aunar esfuerzos y voluntades. Poco a poco, el electorado les fue abandonando; y las luchas internas se hacían cada vez más sangrientas; entrando en un proceso de acción y reacción, que ha desembocado en la actual situación del PSOE.
Una situación que no recuerdo haya revestido nunca los tintes de gravedad que ahora presenta. Un estado de cosas que están colocando al Partido al borde de la desaparición; paso siguiente, a la gravísima escisión que en estos momentos impera en él.
¿Por qué ha ocurrido esto? Desde mi atalaya libre de compromisos y ataduras, creo que la causa principal de ambas situaciones ha sido la entrada de la mediocridad en las Sedes de los Partidos. Una mediocridad de la que son conocedores sus portadores, y como siempre ocurre en los comportamientos de los mediocres, en ellos no se da la grandeza de miras.
Preocupados de vigilar a sus "enemigos", son incapaces de trasladar al elector, y al ciudadano en general, nuevas o viejas ideas que les ilusionen, y les hagan creer de nuevo en sus representantes.
No es sencillo para los mediocres tener ideas, y se aferran a los viejos esquemas usados en una Sociedad que ya no los acepta.
Los nuevos valores de la Izquierda, esa juventud que entró en la Política española como elefante en cacharrería, también ha dado ya todo lo que podía dar de sí. Y nos ofrece un nuevo espectáculo circense en el que los "gladiadores" usan todo tipo de "armas" para ensartarse unos a otros.
Tampoco tienen ideas que ofrecer. Unas arengas populistas, simplistas, vacías de contenido e imposibles de realizar, les elevaron. Ellos dijeron ser "El cambio". Ellos dijeron que no pertenecían a la "Casta". La cruda realidad ha demostrado que no disfrutan de una genética política diferente a los otros. Y al igual que sus fagocitados Comunistas, y de sus "primos" de la izquierda, andan a "navajazos" por las esquinas.
Han dejado pasar la mejor ocasión que la Historia les podría brindar, para ser realmente diferentes. Para intentar apoyar, de verdad, a los millones de trabajadores que no tienen un trabajo digno. Pero, para hacer eso, hay que ser algo más que un mediocre vendedor de humo, o un paranoico cuya cerrazón ha llevado a tener un país paralizado durante un año, y destrozado el Partido que le alzó hasta las más altas cotas de Poder dentro del mismo.
Mientras escribo estas líneas, el espectáculo continua. Los "actores" y "gladiadores" continúan ofreciendo sus "espectáculos", ante la mirada atónita de los que, como yo, no tienen ataduras partidistas.
Los leones del Congreso "Daoiz" y "Velarde" han vivido tiempos mejores desde que fueron fundidos con el bronce de los cañones arrebatados al enemigo en la batalla de   Wad-Ras, en la Guerra de África.

1 comentario:

  1. Muy bien, aunque haya cuestiones con las que no esté de acuerdo
    ¿Para cuando una entrada en tu blog sobre "la derecha".Sin ataduras

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