lunes, 30 de enero de 2017

EL ORDAGO

En el interesante y divertido juego del Mus, la apuesta definitiva es el envite conocido como Órdago. Con él, quien lo echa se juega el todo por el todo. El Órdago se puede echar de "farol" o "amarrado". Es misión de la pareja contraria arriesgarse a saber si el envite es de "farol", o el contrincante va "amarrado".
Es una situación en la que no hay salida, o lo aceptas, o te "repuchas".
Si lo aceptas, y lo pierdes; todo se va al garete. Si te "repuchas", nunca sabrás si tu contrincante iba de farol o no.
Es importante conocer la psicología de tus adversarios, y su tendencia al riesgo, y jugar de "farol", para tomar una u otra decisión.
Toda esta digresión museística viene a cuento de las noticias que en estos últimos días se viene conociendo en el llamado "Caso Pujol".
Desde hace varios años, raro es el día en el que no nos desayunamos con alguna nueva investigación de algún miembro de esta familia; alguna comparecencia en sede judicial, e incluso en algún Parlamento Autonómico.
Los millones que se barajan como supuestas defraudaciones, cobros ilegales y comisiones por favores concedidos, son incuantificables. Países de los cinco Continentes son citados como lugares en los que los supuestos dineros malversado han sido colocados, bien en forma de cuentas opacas, bien en forma de inversiones lucrativas.
Tras todo este ruido mediático y judicial, un denominador común se nos presenta. Un denominador común que ha significado que ningún miembro de tan larga, acaudalada y presuntamente defraudadora familia, haya pasado ni un sólo segundo de su vida en prisión preventiva para evitar la destrucción de pruebas o el riesgo de fuga a un país sin tratado de extradición.
En este tipo de delitos, en los que la sorpresa en la captura de información para ser puesta a buen recaudo, es esencial; han ocurrido curiosas coincidencias. La más sorprendente ha sido el anuncio, casi en el BOE, de los pasos que jueces, fiscales y policía iban a dar en cada momento.
Los investigados han permanecido siempre libres para hacer, deshacer, manipular o destruir, toda aquella información que les pudiera perjudicar.
En un momento dado, el Jefe del Clan sintió sobre su cogote el "aliento" de la Justicia, y una posibilidad bastante alta de dar con sus huesos en la cárcel. Eso ocurrió allá por el año 2015.
No estaba el anciano político dispuesto a cambiar de tálamo nupcial, y como buen jugador de Mus se la jugó: Echó un Órdago a la Grande diciendo:
- " Si voy a la cárcel publicaré un dossier que tumbará la Democracia en España"
El envite estaba echado, y tocaba a los contrarios decidir si se aceptaba el Órdago, o no.
Las preguntas que se comenzaron a hacer fueron las que se hacen en toda las partidas de Mus cuando alguien echa un Órdago a la Grande.
- Cuantos reyes tienes? Yo, ninguno. Pues yo, tengo uno. Y viene el dilema: ¿Tendrá este tipo tres reyes, y un tres?
Ante la duda, los jugadores contrarios, decidieron no aceptar el Órdago, y dejar que le viejo político siguiera durmiendo en su tálamo nupcial.
Hoy, en el año 2017, llegan a mano de un juez, informes o notas internas de los investigadores, que vincula el emérito Juan Carlos, con los tranfulleos familiares. Una notas en las que, al parecer, no quedan muy bien parados los Servicios de Inteligencia, a los que se les pone en la diana, como negociadores con el echador de Órdagos para que no descubra cuantos Reyes tiene en su jugada.
Todo parece indicar que el ex Presidente de la Generalidad de Cataluña, no iba de farol, y que su Órdago a la Grande iba bien "amarrado"; pero, no con cuatro reyes. El astuto jugador sólo tenía un "rey" en la mano; pero, suficiente para ganar el envite.
La “partida” aún no ha concluido.

Pero el “viejo político” se ha apuntado los primeros “amarracos”.

viernes, 20 de enero de 2017

CLAUSULA VERSUS HACIENDA

Algunos me habéis pedido que explique más ampliamente cómo puede afectar la posición de la Agencia Tributaria respecto a las devoluciones de los importes cobrados indebidamente por las denominadas "Clausula suelo".
Antes que nada unas consideraciones, para evitar malos entendidos.
1.- No soy experto fiscal, y sólo emito mi opinión a título personal y  sin valor de asesoramiento ninguno; como si fuera una charla de amigos en un bar.
2.- Explico la cuestión, desde una perspectiva general, sin entrar en considerar la situación fiscal de cada persona.
3.- Antes de tomar una decisión, será preciso asesorarse por un experto.
Dicho esto, comienzo.
Para la Agencia Tributaria será irrelevante si la devolución de importes proviene de sentencia judicial, o de acuerdo entre las partes; siempre, lo considerará un ingreso que habrá que incluir en nuestra declaración de la renta del ejercicio en el que se haya percibido la devolución.
La forma de tratar estos ingresos depende de una circunstancia importante: que el declarante haya efectuado deducciones por inversión en vivienda habitual, o no.
Si no se han efectuado deducciones, se declara ese ingreso como renta irregular en la declaración del ejercicio, y asunto concluido. 
Siempre teniendo en cuenta, que la cantidad recibida debe prorratearse entre los titulares del Préstamo Hipotecario, que en los supuestos más generales será el matrimonio.
Si los perceptores de las devoluciones se han deducido cantidades en las declaraciones del IRPF de años anteriores por el concepto de inversión en vivienda habitual, la cuestión es más compleja.
Las cuotas mensuales de los préstamos hipotecarios, en la mayoría de los casos, están calculadas por el llamado "sistema de amortización francés"; una formula en la que amortización de capital y pago de intereses se armonizan para que el prestatario pague siempre la misma cantidad.
Una cuota mensual 500 € llevará una parte de capital, y otra de intereses, que varían ambas en cada recibo, aunque el prestatario no lo perciba.
Ambos conceptos, amortización de capital, y pago de intereses tienen en la declaración del IRPF, un tratamiento diferenciado. Unas cantidades se deducían de la Base Imponible, y otras de la Base liquidable.
Al recibir el importe de la devolución, será preciso obtener de la Entidad Financiera, un cuadro de amortización nuevo, diferenciado anualmente, por cada ejercicio en el que nos hayamos deducido cantidades en el impuesto, y la “cláusula suelo” haya entrado en funcionamiento. Con diferenciación expresa de qué parte hubieran sido intereses, y qué parte capital.
Conseguidos esos datos, será obligatorio realizar declaraciones complementarias, por cada titular del préstamo, obteniendo una nueva cuota tributaria, por cada año en el que nos hayamos deducido las cantidades en el Impuesto.
Si la nueva cuota tributaria resulta a ingresar, habrá que pagar la diferencia entre lo ingresado en su día, o recibido como devolución, y la nueva cuota resultante. Si nuestros cálculos son correctos, habremos terminado; y estaremos a la espera de la liquidación que nos realizará la Agencia Tributaria de los intereses de demora devengados por las cantidades no ingresadas, o las recibida incorrectamente. Lo normal es que recibamos una por cada ejercicio impositivo.
En el caso de las declaraciones que hayan resultado con derecho a devolución, el procedimiento será el mismo; pero, sin efectuar ingreso alguno. Será la Agencia Tributaria quien nos reclamará los importes diferenciando dos conceptos: cantidades a devolver por percepción indebida, y los intereses de demora generados por las cantidades erróneamente deducidas.
Al tratarse de una autoliquidación complementaria, se pueden ingresar a cuenta de la liquidación definitiva, las cantidades resultantes. En ese caso, si los cálculos son correctos, la Agencia Tributaria, únicamente nos girará los intereses de demora.
Es importante tener en cuenta a la hora de hacer estas liquidaciones complementarias, la situación personal y fiscal de cada declarante en cada ejercicio fiscal; sin olvidar, las deducciones conseguidas por hijos menores, personas mayores o discapacitadas a nuestro cargo...etc. Es probable que a lo largo de los años estas situaciones hayan cambiado.
Y, por supuesto, la Legislación Fiscal aplicable a cada ejercicio que haya que reconstruir.
¿Qué ocurre si una persona no declara esas cantidades recibidas?
Es importante tener en cuenta que las Entidades Financieras informarán puntualmente a la Agencia Tributaria de las cantidades devueltas a cada titular del préstamo, por lo que sabrá quienes están afectados por esa cuestión.
La no declaración de los importes, dispara el mecanismo de prescripción, que significa que aquella tiene un plazo de cuatro años para realizar la reclamación. Una reclamación que se verá incrementada por dos conceptos:
1.- Sanción por no realizar la declaración complementaria en su momento. Una sanción que suele ser muy, muy fuerte.
2.- Nos cobrarán intereses de demora durante el tiempo que transcurra desde la fecha en que se debió realizar la no aplicación de la “cláusula suelo” y la fecha en que nos lo reclamen. Ese tiempo pueden ser muchos años, que calculado al interés legal del dinero en cada momento, puede resultar una cantidad desorbitada; que sumada al importe de la sanción, la hace más desorbitada aún.
Una pregunta que yo me hago y que no sé responder, es si en estas cuestiones Hacienda me podrá reclamar cantidades por plazo superior a los cuatro años.
Sin conocer la respuesta, me inclino a pensar que la Agencia Tributaria, basándose en la Sentencia del Tribunal Europeo, que da vía libre a la retroactividad sin plazo de prescripción; la Agencia, por analogía jurídica,  y afán recaudatorio, hará lo mismo.
Todo lo antedicho, puede ser, naturalmente, recurrido ante el  Organismo Recaudador; quien, como hace en la mayoría de los casos, denegará el recurso; abriéndonos, la vía judicial Contencioso Administrativa  
No sé si con estas notas he aclarado algo. En cualquier caso, por seguridad jurídica, se debe contratar a un experto.

jueves, 19 de enero de 2017

LA IZQUIERDA

Desde mi época como universitario, he seguido la Política y por extensión la de los Partidos Políticos, de una forma bastante continuada. Nunca he militado en ninguno, lo que me ha permitido tener una visión global y desapasionada de la misma.
La Universidad me enseñó, y ello lo viví en mi propia carne, que en Política todos mienten. Esa enseñanza, que no la aprendí en ningún aula, me la proporcionaron dos dirigentes sindicales de una empresa cuyo nombre no viene al caso. Tras arengar a la muchachada estudiantil, y colocarla en suerte para que se partieran la cara con los "grises", se marcharon en dirección contraria a donde se iba a repartir la "cera". Lección aprendida, y con nota.
Desde esa fecha, he contemplado cómo los Partidos y la clase política han evolucionado. Unos han virado a la izquierda, otros a la derecha; y otros, bastantes, directamente desaparecieron.
Realmente todo se circunscribía a dos grandes bloques: Izquierda, representada por PSOE y PCE o IU como fuerzas de "choque", y AP, o PP como fuerza contrapuesta.
En ambos bloque siempre se ha "sentido" desde fuera una solidez y coherencia bastante aceptable; algo que les ha funcionado muy bien.
Con la llegada del siglo XXI, uno de los partidos de la Izquierda: IU, comenzó a tener  serios problema de liderazgo. Relegado de su cargo, no sé si por razones de salud exclusivamente, el carismático " Califa", ninguno de sus sucesores fue capaz de aglutinar al electorado entorno a sus siglas, perdiendo, casi, la representación parlamentaria.
Este curioso fenómeno, se producía en momentos en los que la clase trabajadora estaba siendo castigada de manera brutal por la crisis económica más larga y profunda desde la Guerra Civil.
El partido de referencia de la lucha por los Derechos de los Trabajadores, carecía de todo lo que una formación política debe tener para ilusionar a los electores. Unos votantes que, en teoría, deberían haber buscado en IU el refugio de su desesperación. Sin embargo, nada de esto ocurrió.
De manos de un inexperto Secretario General se consumó la debacle. A cambio de unos míseros euros, se entregó el Partido a otros inexpertos que les dieron a unos pocos un plato de lentejas. Un Partido centenario había desaparecido, por la decisión de una sola persona, que únicamente buscaba su propia supervivencia.
Hoy, ya nadie habla de IU; y mucho menos del PCE. Sólo ocupan alguna portada cuando, haciendo el ridículo, protagonizan espectáculos circenses que producen rubor a quien los contempla.
Un muy triste final, para un Partido que tuvo su puesto en la Política española, y que supo aceptar unas reglas del juego de manera ejemplar.
No le fueron mejor las cosas a sus "primos" del PSOE. Desbancada la "vieja guardia", hicieron su aparición quienes se encontraban en el "banquillo". Personas que, sobre el papel, gozaban de experiencia en la vida política y en el propio Partido. Sin embargo, la cosa no terminaba de funcionar. Las luchas intestinas comenzaron a hacer su aparición, y las "navajas" se cobraron algunas "piezas" de valor.
Los Secretarios Generales llegaban al cargo tras haber ganado por la mínima, y sin lograr aunar esfuerzos y voluntades. Poco a poco, el electorado les fue abandonando; y las luchas internas se hacían cada vez más sangrientas; entrando en un proceso de acción y reacción, que ha desembocado en la actual situación del PSOE.
Una situación que no recuerdo haya revestido nunca los tintes de gravedad que ahora presenta. Un estado de cosas que están colocando al Partido al borde de la desaparición; paso siguiente, a la gravísima escisión que en estos momentos impera en él.
¿Por qué ha ocurrido esto? Desde mi atalaya libre de compromisos y ataduras, creo que la causa principal de ambas situaciones ha sido la entrada de la mediocridad en las Sedes de los Partidos. Una mediocridad de la que son conocedores sus portadores, y como siempre ocurre en los comportamientos de los mediocres, en ellos no se da la grandeza de miras.
Preocupados de vigilar a sus "enemigos", son incapaces de trasladar al elector, y al ciudadano en general, nuevas o viejas ideas que les ilusionen, y les hagan creer de nuevo en sus representantes.
No es sencillo para los mediocres tener ideas, y se aferran a los viejos esquemas usados en una Sociedad que ya no los acepta.
Los nuevos valores de la Izquierda, esa juventud que entró en la Política española como elefante en cacharrería, también ha dado ya todo lo que podía dar de sí. Y nos ofrece un nuevo espectáculo circense en el que los "gladiadores" usan todo tipo de "armas" para ensartarse unos a otros.
Tampoco tienen ideas que ofrecer. Unas arengas populistas, simplistas, vacías de contenido e imposibles de realizar, les elevaron. Ellos dijeron ser "El cambio". Ellos dijeron que no pertenecían a la "Casta". La cruda realidad ha demostrado que no disfrutan de una genética política diferente a los otros. Y al igual que sus fagocitados Comunistas, y de sus "primos" de la izquierda, andan a "navajazos" por las esquinas.
Han dejado pasar la mejor ocasión que la Historia les podría brindar, para ser realmente diferentes. Para intentar apoyar, de verdad, a los millones de trabajadores que no tienen un trabajo digno. Pero, para hacer eso, hay que ser algo más que un mediocre vendedor de humo, o un paranoico cuya cerrazón ha llevado a tener un país paralizado durante un año, y destrozado el Partido que le alzó hasta las más altas cotas de Poder dentro del mismo.
Mientras escribo estas líneas, el espectáculo continua. Los "actores" y "gladiadores" continúan ofreciendo sus "espectáculos", ante la mirada atónita de los que, como yo, no tienen ataduras partidistas.
Los leones del Congreso "Daoiz" y "Velarde" han vivido tiempos mejores desde que fueron fundidos con el bronce de los cañones arrebatados al enemigo en la batalla de   Wad-Ras, en la Guerra de África.

viernes, 13 de enero de 2017

LOS 60

Mi primer contacto con la Sociología vino de la mano del sociólogo y politólogo francés Maurice Duverger, y del español Juan Diez Nicolás. Ello ocurría en los comienzo de la década de los 70 del pasado siglo. Un inicio de década en la que aún resonaban los ecos del movimiento estudiantil conocido como Mayo del 68, o Mayo Francés, cuyo germen estuvo en los movimientos pacifistas surgidos en los Estados Unidos, como consecuencia de la Guerra de Vietnam.
Nunca hasta entonces había escuchado el término "Behaviorismo", y lo oí por primera vez de labios del Profesor Diez Nicolás, y leído en su libro "Entre el funcionalismo y la Dialéctica".
En mi aún no formada mente, el término me resultaba extraño y demasiado confuso, algo que me costó esclarecer. Comprendido su significado y su importancia en el estudio del Hombre como ser social, todo resultó mucho más claro.
A través del análisis del comportamiento de los individuos, se pueden obtener resultados bastante interesantes a través del tiempo.
Los años sesenta, en el conocido como mundo occidental, se produjeron los movimientos antes señalados que modificaron de manera profunda los comportamientos de los sujetos principalmente entre la juventud.
El movimiento Hippie inició el cambio del belicismo al pacifismo. El slogan lanzado por este movimiento " Haz el amor no la guerra" se extendió como una mancha de aceite en todos los países con influencias del norteamericano.
Tras una "travesía" de ocho años por el Atlántico, sus ideas recalaron en la Ciudad del Sol, y los estudiantes de la Sorbonne tomaron la antorcha de manos de los estadounidenses.
La influencia definitiva en España de ambos movimientos, hubo de esperar, hasta que aquel principio del Mayo Francés, " Prohibido Prohibir", pudo atravesar los Pirineos.
Hasta la llegada del cambio político a España, el movimiento se dejó ver casi en exclusiva en la Universidad española, en la que tomó un carácter más local, y dirigido esencialmente a buscar el cambio del Régimen nacido tras la Guerra Civil Española. Era un movimiento más político que social.
Es en los años 80 cuando se produce la gran explosión del cambio sociológico en España. Un cambio sociológico que contó con innumerables puntos de distribución y con una población joven, nacida después de la Guerra Civil, que ansiaba gozar de Libertad.
Ese cambio trajo consigo un torrente de nuevas formas de relación social, hasta entonces desconocidas, que acuñó expresiones como "Pasotismos". "Sexo, Drogas y Rock and Roll" y otras muchas de parecido matiz.
Fue una verdadera explosión social que lo invadió todo; sin distinción de clases sociales, ni entornos geográficos. Ricos y pobres; urbanos y rurales bebieron del aquel "néctar" que se les ofrecía.
Había nacido en España el Neo Epicureísmo. La idea del placer como elemento esencial de la vida, y la vida tranquila como meta final de devenir del Hombre, eran los ejes fundamentales sobre los que pivotaba la nueva sociedad española.
Los tres elementos esenciales nacidos, tomaron carta de naturaleza a todos los niveles, y el sexo, las drogas, y el Rock and Roll, fueron las señas de identidad de buena parte de la población joven.
Sin embargo, no todo era bello y placentero. El Individuo buscaba algo más; algo, que le habían enseñad: que con todo aquello conseguiría: la Felicidad. Pero, la Felicidad no la encontraban, y se trataba de localizarla a través de caminos tortuosos;  vías angostas sobre las que dejaban jirones de su vida. Siempre con el mismo resultado: no se lograba alcanzar la Felicidad.
Quienes fueron los pioneros de aquella búsqueda infructuosa de la Felicidad, como corolario final del Placer, dejaron el testigo de esa búsqueda a sus descendientes. A ellos les cedió la, en apariencia, fácil misión de encontrarla. Los maestros dieron a los alumnos todas las herramientas para que les fuera fácil desbrozar el camino que les permitiera llegar al Destino soñado.
Desde el útero materno el Individuo siente que todo en su alrededor le empuja a ser Feliz. Los obstáculo que la Vida pudiera colocarle en su camino, son previamente retirados por sus protectores; una función que desempeñan todos los que se mueven a su alrededor; desde las más altas Instancias, hasta los más cercanos progenitores. Un elenco constituido por quienes buscaron la Felicidad por todos los rincones, y no la encontraron. Únicamente consiguieron breves momentos de placer, casi siempre físicos, cuando no alguna adicción nada placentera, y por supuesto muy alejada de la Felicidad.
Los retoños crecen rodeados de un mundo que se les presenta como fácil, y que en apariencia es fácil; pero, siguen sin encontrar la Felicidad. Retoman el viejo método de sus padres de "Sexo, Drogas, y Rock and Roll", pero, a edades mucho más tempranas.
Pocos son los que reconocen que el error se ha producido, e intentan remediarlo; sin embargo, el Neo Epicureísmo tiene las raíces demasiado profundas como para que unas pocas manos lo puedan arrancar. Antes, de poder llegar al “árbol”, se debe sortear la enorme barrera de defensores que el "árbol" tiene, y que no están dispuestos a admitir su error.
Las consecuencias que se derivan, comienzan a escandalizar a algunos; que pretenden eliminarlas, sin erradicar la causa del mal.
Tras lanzarles al erróneo camino en busca de lo imposible, les quieren reprimir por intentar lograr el objetivo que les han fijado como meta.
Un fenómeno no previsto, se está produciendo: el  efecto "boomerang". Un efecto que,  tampoco,  casi nadie quiere admitir, y muchos comienzan a sentir en sus propias carnes.
Jóvenes y adolescentes convertidos en auténticos dictadores. Jóvenes y adolescentes, cada día más violentos. Jóvenes y adolescentes, carentes de cualquier sentido del respeto y de la responsabilidad. Jóvenes y adolescentes, totalmente desconcertados, sin horizontes, sin referentes, sin valores. Unos jóvenes y adolescentes: infelices.

¿Carpe Diem?... No, gracias.

martes, 10 de enero de 2017

LA DEUDA

He estado estos últimos días un poco perezoso para coger "la pluma". Hoy lo hago para tratar y analizar un hecho, no nuevo, pero preocupante: "LA DEUDA PUBLICA ESPAÑOLA".
La Deuda Pública, en adelante DP, es el dinero que los Estados precisan para cubrir los gastos y las inversiones públicas que no pueden ser pagados o financiados con los ingresos que el Estado percibe por impuestos, tasas, o subvenciones.
La DP no es algo malo en sí mismo; siempre que ese endeudamiento, se utilice para inversiones productivas que puedan retornar su importe y devolver las cantidades recibidas.
La cuestión se vuelve más sensible cuando la DP se emite para conseguir fondos que paguen gastos corrientes, o inversiones no productivas. En estas situaciones no se realiza el efecto retorno de la misma forma que en el caso anterior.
Esta situación, tampoco es grave en si misma; siempre que el Estado pueda ingresar cantidades suficientes para hacer frente a sus compromisos de pagos. Esos ingresos sólo deben provenir de los impuestos o las subvenciones. De esta manera el ciclo y el flujo de tesorería se mantiene equilibrado, y no debe haber problemas mayores.
La cuestión de la DP, entra en zona resbaladiza cuando los ingresos impositivos y las subvenciones no pueden hacer frente a los compromisos de pagos, y por lo tanto no poder crear la denominada " Reserva de Deuda".
Esto puede deberse a varias razones: que los ingresos hayan disminuido como consecuencia de una disminución de la actividad económica; o bien porque la parte destinada a esa "Reserva de Deuda" se ha utilizado para otros fines no presupuestados.
Sin haber dotado esa "Reserva de Deuda" llegado el vencimiento del préstamo, y no poder hacer frente a los compromisos contraídos por el Estado, no hay otra solución que solicitar al acreedor, el aplazamiento del pago.
En este punto pueden ocurrir dos cosas, principalmente:
1.- El acreedor accede a la renovación del empréstito a un nuevo precio, generalmente más alto, y el proceso del pago se aplaza; pero ha introducido un nuevo elemento distorsionador de las Cuentas Públicas. La "Reserva de Deuda" se incrementa por una mayor carga financiera, por lo que el "esfuerzo" de tesorería se ve aumentado.
2.- Que el acreedor no quiera seguir en el riesgo y exija el pago. En este caso hay que acudir de nuevo a los Mercados para conseguir los fondos con que liquidar al acreedor.
Si la gestión del déficit no se contrala, el proceso anterior debe repetirse, una y otra vez, de manera que la DP va creciendo de manera incontrolada, lastrando la Economía del país y asumiendo el riesgo del deterioro de su solvencia.
Si el crecimiento de un país no remonta, y los impuestos no son capaces de asumir la "Reserva de Deuda" y los gastos inherentes al sostenimiento del Estado, la solvencia se ve comprometida con dos posibles consecuencias.
1.- La exigencia de los acreedores a cobrar, al menos, parte de lo debido.
2.- Exigir una "Prima de Riesgo" por el dinero que nos prestan.
Ambas situaciones, obligan al Estado a tener que dedicar cantidades de dinero para hacer frente a estas obligaciones; para lo cual, únicamente, existen dos soluciones:
a) Incremento de los impuestos, con lo que ello lleva implícito.
b) Recortes de los gastos del Estado, cuya carga social, y por extensión, política, es de todos conocida.
En España, nadie, al parecer, está dispuesto a asumir ninguna de las dos soluciones. Y el primero que no está dispuesto a asumirlo es el ciudadano. Máxime cuando contempla que en derredor suyo, se despilfarra por parte de las Instituciones el dinero, su dinero, a manos llenas.
La "solución" que se está adoptando es la peor de todas: la huida hacia adelante.

Una huida que se encontrará, antes o después, con el precipicio. En ese momento, el efecto de la "frenada" será nefasto. Y como siempre ocurre, la Tercera Ley de Newton o principio de acción y reacción que establece que siempre que un objeto ejerce una fuerza sobre un segundo objeto, este ejerce una fuerza de igual magnitud y dirección pero en sentido opuesto sobre el primero, afectará a los más débiles, los que no tienen la fuerza suficiente para contrarrestar el empuje.

lunes, 2 de enero de 2017

REGRESO AL FUTURO

Casi concluidas las Saturnales de 2016, retomo la "pluma" para reflexionar sobre aquello que me importa o que me lleva a recapacitar. En esta ocasión mis pensamientos no me han trasladado demasiado lejos; sólo debo retornar al día de ayer a las 00,01 horas.
En esa "mágica" hora, en casi todo el globo terráqueo, millones y millones de personas celebrábamos, con enorme algazara, la recalada de un Nuevo Año. Besos, abrazos, buenos deseos y parabienes, todo ello regado con abundantes dosis de alcohol, tras haber ingerido, los más afortunados, opíparas viandas.
A la mañana siguiente, tras haber dormido poco y mal, retorno a mi rutina. Un café ligero, y a ver qué ocurre por el mundo. Y ¿qué ocurría en el mundo? pues exactamente lo mismo que cualquier otro día: tragedias, muerte, desolación, injusticias.
Con la casa en silencio, la familia dormía, mi reflexión no pudo derivar nada más que a analizar el por qué año tras año; siglo tras siglo, celebramos el cambio de algo, cuando en realidad no cambia nada.
Desde la noche de los tiempos el Hombre ha sobrevivido intentando comprender el mundo que le rodea, lo que dio lugar a todo tipo de supersticiones y leyendas. Supersticiones y leyendas que se debían concebir para sobrellevar lo contradictorio de su existir.
El Ser Humano necesita refrendar el concepto de Ser Superior, en relación a cualquier otro ser vivo, que puebla nuestro Planeta. Nos dimos el calificativo de Seres Inteligentes, en contraposición con los brutos que nos rodean. Y a fuerza de repetirnos el halago nos lo hemos creído.
La creencia se arraigó de manera tan poderosa, que llegamos a pensar que, de un día para otro, podemos cambiar nuestro Destino. Convertir lo malo en bueno; lo feo en bello; lo grande en pequeño. Todo ello en el breve espacio de tiempo de un segundo.
Nuestro Regreso al Futuro, no existe; es una enorme mentira que nos repetimos año tras año, con el fin de darnos valor para continuar nuestro peregrinar hasta que el Hado nos marque el final del camino.
En estos días, en los que el azar me ha llevado a sacar de la estantería el libro de Giovanni Papini "El juicio Universal", su lectura ha potenciado mis cuitas sobre el Hombre.
Ese "juicio" al que el autor somete a personajes reales y ficticios, ya desaparecidos, traslada al papel lo que el Ser Humano alberga en su interior.
Los más grandes Hombres desgranan, ante el Ángel, sus "pecados" en la Tierra; con un resultado, casi idéntico, entre todos ellos. La maldad, es el común denominador. Ricos y pobres; poderosos o humildes; todos adolecen de las mismas debilidades: la soberbia, la lujuria, el despotismo...etc.
Pocos son los que se presentan ante el Gran Juez con la conciencia limpia.
No pocos de ellos, reprochan al Sumo Hacedor el haber actuado en la vida de la manera perversa que lo hicieron.
El autor pone en boca de sus personajes una cuestión siempre discutida: Si Dios hizo al Hombre a su imagen y semejanza; ¿por qué impera la maldad en nuestros corazones?

Para tan ardua cuestión cada uno de nosotros tendrá una respuesta; todas ellas válidas, según nuestra manera de entender al Ser Humano.