martes, 29 de noviembre de 2016

LA SOLIDARIDAD

Se define Solidaridad como: Adhesión o apoyo incondicional a causas o intereses ajenos, especialmente en situaciones comprometidas o difíciles.
De la definición oficial de este valor social me quedo con lo que para mí es esencial: Apoyo incondicional.
El término incondicional, es lo que marca la esencia del concepto, y lo que diferencia la Solidaridad, del Apoyo Social.
Este matiz que parece demasiado sutil, en mi opinión, encierra una gran brecha entre lo que es verdadera Solidaridad, de aquella que no es tal.
Estableceré dos maneras de entenderla y por ello las llamaré: Solidaridad Real, y Solidaridad Ficticia; una es autentica, y la otra no lo es tanto.
Desgajaré lo que cada una de ellas es para mí, basándome en el ya mencionado concepto de "Apoyo incondicional".
Incondicional es aquello que no está sometido a ninguna restricción, ni limitado por nada que impida apoyar una causa.
Quien pone en práctica la Solidaridad Real lo hace de forma anónima, desinteresada, y con el único fin de ayudar, de manera directa y efectiva, a la causa hacía la que ha dirigido su Solidaridad. Este tipo  puede tomar diversas formas: unas materiales, otras dinerarias, o bien formativas y divulgativas.
Las materiales se practican de manera personal y directa, prestando ayuda a quienes sufren por la causa. Es la implicación mayor; la más valiente y, en ocasiones, arriesgada.
Las dinerarias son aquellas en las que la persona solidaria, por las razones que sean, no tiene la valentía o la fuerza para poder aplicarla de manera directa, y colabora económicamente en la erradicación del mal.
Las formativas y divulgativas, tienen un valor muy importante para preparar a las personas que sufren un mal, a sus allegados, amigos y familiares a conocer las causas del mal; así como las diferentes formas de aminorar las secuelas o daños que el mal haya causado.
Si de una enfermedad se trata, el conocimiento de la misma, sus causas, sus efectos y sus secuelas, es algo tan importante como el tratamiento médico de la misma.
Esta solidaridad real, es la que se realiza en silencio, sin hacer ruido, sin testigos y sin cámaras.
La Solidaridad Ficticia, es otra cosa muy diferente. Es bullanguera, ruidosa, bastante teatral y que huye del anonimato. Quiere público a su alrededor; cuanto más mejor. Le gusta la publicidad.
En los últimos tiempos esta Solidaridad de nuevo cuño ha proliferado, y de qué manera.
Sus formas de manifestación toman las más variadas maneras; quién, se desnuda; quién, posa para un calendario; quién, se encadena; quién se pone a correr como un poseso.
En esta categoría existen, en mi opinión, dos subcategorías: aquellos que actúan de una manera limpia y con buena voluntad, y aquellos que, escondidos detrás del telón solidario, persiguen objetivos personales que nada tienen que ver con la causa que dicen defender y apoyar.
Es esta última subcategoría es la que me produce una especial irritación, por su hipocresía y cinismo. Unos y otras aprovechan determinados movimientos solidarios para colar una "cuña" publicitaria. Bajo una apariencia de buenismo, se envía un mensaje subliminal de marcado carácter mercantil: "Compra mi producto; mira lo bueno que soy".

Sé que tras estas líneas nada cambiará; sin embargo, si consigo mover a una sola persona de una categoría a otra, me daré por satisfecho. Si no lo consigo, será que, como en tantas ocasiones, no tendré razón.  

1 comentario:

  1. Aunque has hecho un análisis muy acertado, creo que solidaridad solo;todo demás, tiene su propia definición en la Rae.

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