domingo, 27 de noviembre de 2016

LAS REGLAS DE GATE

El salón del instituto se encontraba lleno de un público expectante; algo lógico cuando la persona a la que se esperaba era uno de los hombres más ricos y poderosos del planeta: Bill Gates, quien había estudiado en ese mismo centro.
Su solo nombre atrae como la magnetita al hierro. El interés por escuchar a un hombre hecho a sí mismo, tiene una pizca de morbo y un mucho de admiración.
El público se acomodó para prestar atención a la que se esperaba larga intervención del conferenciante.
Los organizadores habían denominado a la comparecencia con una frase que no decía gran cosa: "Reglas para jóvenes". Es obvio decir que con este titulo el local estaba lleno de muchachos que entonces cursaban sus estudios en el viejo instituto.
Lo que estos jóvenes no sospechaban era que iban a asistir a la conferencia más corta de la Historia.
El señor Gate comenzó su intervención y la concluyó, así.
Regla Uno: La vida no es justa, acostúmbrate a ello.
Regla dos: Al mundo no le importa tu autoestima. El mundo espera que logres algo, independientemente de que te sientas bien o no contigo mismo.
Regla tres. No ganarás tres mil euros mensuales justo después de haber salido del Instituto ni de la Universidad, y no serás un Vicepresidente hasta que con tu esfuerzo hayas ganado ambos logros.
Regla cuatro: Si piensas que tu profesor es duro, espera a que tengas un jefe. Ese sí que no tendrá vocación de enseñanza, ni la paciencia requerida.
Regla cinco: Dedicarse a trabajar en una pizzería no te quita dignidad. Tus abuelos tenían una palabra diferente para escribirlo, lo llamaban: oportunidad.
Regla seis: Si metes la pata , no es culpa de tus padres, así que no lloriquees por tus errores; aprende de ellos.
Regla siete:Antes de que nacieras, tus padres no eran tan aburridos como son ahora. Ellos empezaron a serlo para pagar tus cuentas, limpiar tu ropa y escucharte hablar acerca de la nueva onda en la que estabas. Así que antes de emprender tu lucha por las selvas vírgenes contaminadas por la generación de tus padres, inicia el camino limpiando las cosas de tu propia vida, empezando por tu habitación.
Regla ocho: En la escuela puede haberse eliminado la diferencia entre ganadores y perdedores; pero, en la vida real no. En algunas escuelas ya no se pierden años lectivos y te dan las oportunidades que necesites para encontrar la respuesta correcta en tus exámenes y para que tus tareas sean cada vez más fáciles. Eso no tiene ninguna semejanza con la vida real.
Regla nueve: La vida no se divide en semestres. No tendrás vacaciones largas en lugares lejanos, y muy pocos jefes se interesarán en ayudarte a que te encuentres a ti mismo. Todo esto lo tendrás que hacer en tu tiempo libre.
Regla diez: La televisión no es la vida diaria. En la vida cotidiana, la gente de verdad tiene que salir del café de la película para irse a trabajar.
Regla once: Sé amable con los empollones. Existen muchas posibilidades de que termines trabajando para uno de ellos.
El señor Gates, cerró su cuaderno y se marchó.

1 comentario: