El uno de enero de 1986, se hizo efectiva la entrada de España en la Unión Europea. Esa fecha cambió el rumbo, sobre todo, de la Economía española. Desde ese punto de vista se inició, la "Edad Moderna" en España. Muchas reglas del juego cambiaron; pero, como tantas veces nos ocurre a lo largo de nuestra Historia, los jugadores, algunos jugadores, no supieron entender las nuevas reglas del juego, y siguieron usando la misma baraja sucia y grasienta de siglos atrás.
Con el paso del tiempo nuevos jugadores entraron en la partida, e impusieron otras reglas del juego adicionales; y algunos jugadores españoles siguieron usando la misma baraja que, con el paso del tiempo, estaba más y más ajada.
Encerrados en su burbuja creyeron que eran inmunes a las corrientes imperantes en el mundo, a las que se les dio en nombre genérico de "Globalización". Sin embargo, y, a pesar de las contundentes evidencias, muchos siguieron aplicando el viejo dicho español " El buen paño en el arca se vende". En pero, la implacable fuerza del desarrollo comercial, les estalló en la cara, y les demostró, una vez más, que el paño nunca se vende en el arca por muy bueno que sea.
La vieja y ajada baraja se les rompió entre las manos, y ya era imposible entrar de nuevo en la partida.
Uno de los sectores que estuvo jugando con la vieja baraja fue el Agroganadero, que no quiso leer el manual que reseñaba cuales eran las reglas con las que se jugaría la partida. Las reglas eran sencillas. Te dejamos que ganes algunas partidas; pero, con el dinero que ganes, debes aprender a jugar tú solo.
Los jugadores del Agro, viendo que una y otra vez ganaban las partidas, olvidaron la obligación que esas ganancias llevaban inherentes, y olvidaron aprender.
Cuando el "Jefe de Sala" dijo,
"Señores, ahora tienen ustedes que jugar solos. A partir de este momento el croupier, no les ayudará a que ganen. Si han aprendio a jugar, ganarán; si no lo han hecho, perderán"
Los viejos jugadores, creyeron que esa era una manera de hablar. Sin embargo, cuando las cartas se repartieron, observaron que el croupier, ya no les ayudaba; y que comenzaban a perder una y otra vez.
Los otros jugadores, ganaban, unas veces más y otras menos; pero, siempre ganaban.
Los desesperados jugadores, recurrieron al Jefe de Sala para que les echara una mano; porque, de lo contrario tendrían que abandonar la partida. Este les dijo:
"¿Más ayuda?. Os he estado ayudando durante décadas. Os advertí de que con las ganancias deberíais aprender a jugar, y no lo habéis hecho. Ahora, otros jugadores necesitan de mi ayuda."
Treinta y cuatro años después, los desconcertados jugadores del Agro español,no encuentran el camino que hace tres décadas debieron comenzar a andar. El camino de la modernización; el camino de mecanizaciòn, el camino de diversificación; el camino de la comercialización; el camino del control de los mercados; en estos momentos es, de difícil acceso.
El torrente de la globalización, de las compras a golpe de APP, lo arrastran todo.
Los jugadores españoles, no entendieron que debían convertirse en empresarios; y no en receptores de ganancias de una partida en la que se hacían trampas en su favor.
Desde el punto de vista de los mercados y las comunicaciones, la Tierra, ha encogido. Los modernos medios de transporte colocan los productos desde la otra parte del mundo en pocas jornadas, a precios de casi imposible competencia. Se clama a los ciudadanos apoyo para lo nacional. Pero, los bolsillos de los españoles, no está para caridades, y esa caridad la comienza por él mismo. Busca el producto que permita, con el mismo dinero,obtener más cantidad. Porque, es condición humana, buscar lo más asequible a los bolsillos.
Las inclinaciones de los ciudadanos a la manera de cómo gastar su renta disponible ha cambiado mucho, muchísimo. No sólo porque esta se ha estancado; sino, porque se prefiere pagar x dinero a una compañía de telefonía para tener el mejor móvil, y la velocidad más alta en Internet, a gastar ese dinero en pagar un sobreprecio en alimentación. Para la mayoría de los ciudadanos, le es irrelevante que los plátanos sean de Canarias o de Perú. Siempre comprará el más barato; porque sus gustos, han cambiado.
El consumidor, a diferencia de los profesionales del Agro, ha entendido las reglas del juego; y ha adaptado sus prioridades a esas reglas, creando hasta sus propios mercados secundarios. Su vida está gestionada desde un móvil. Sentado en la parada del Bus, vive su vida. Mientras llega el de la línea 7, compra y vende y consume bienes y servicios. Una APP, le trae la comida, o un artilugio que se fabrica en nuestras antípodas.
El 1 de enero de 1986, está ya demasiado lejos. Y muchos aún no se han movido de aquel día.
No hay comentarios:
Publicar un comentario