sábado, 30 de diciembre de 2017

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Es el número de mujeres muertas en España hasta hoy, día 30 de diciembre de 2017, por lo que se ha dado en llamar “Violencia de Genero” o “Violencia machista”, una adjetivación que trata de sacarla del contexto general de violencia que nos envuelve.
En mi opinión la violencia no es adjetivable; es pura y simple violencia.
Más allá de la denominación que se le dé, algo que es irrelevante, lo cierto es que existe, y nadie sabe cómo terminar con ella.
A pesar de todas las medidas judiciales, sociales, y de concienciación, lo indiscutible es que poco o nada se avanza; por no decir que cada año se retrocede.
Muchos han sido aquellos que han ofrecido una visión, desde mi punto de vista simplista, sobre el origen de esta escalada de violencia, atribuyéndola al denominado “Machismo”. En mi opinión la raíz de este problema es mucho más profunda y compleja, que una simple palabra, que pocos o nadie concreta.
Sería una osadía por mi parte tratar de exponer en unas pocas líneas, lo que considero es una de las fuentes, porque no hay una sola, de donde emana este tipo de violencia.
Sin embargo, unas pocas consideraciones sí pueden servirnos para, al menos, reflexionar sobre este penoso asunto.
Cuando nos encontramos ante cualquier problema hay que hacerse una pregunta, y buscar los distingos.
¿Por qué se ha disparado de manera tan desmesurada este tipo de violencia? Esa es la pregunta.
Los distingos, precisan realizar un estado de comparación entre dos situaciones prexistentes, para determinar dónde se encuentran las diferencias, que pudieran ser el origen del problema.
Comencemos por intentar buscar los distingos.
El primero que yo encuentro es el cambio producido en el papel social de la mujer, que ha supuesto un importante cambio de roles en su vida cotidiana.
Un segundo distingo lo podemos encontrar en el importante fenómeno de multiculturalidad que se ha producido en España en las relaciones de pareja.
Un tercer distingo puede parecer no serlo, y resultar paradójico; pero, veremos que no lo es tanto. Este no es otro, que la diferente velocidad con la que los cambios Culturales penetran en las mentes de las personas.
El primero de los distingos se explica por si sólo, y no creo que haya muchas personas que lo nieguen. Habrá discrepancia sobre si ese cambio es suficiente o no; pero, el cambio ha existido.
Los otros dos distingos, deben analizarse de forma conjunta pues su concatenación me parece evidente.
La multiculturalidad implica, en muchos casos, un choque frontal de dos Culturas, cuyas esencias no van parejas a los cambios sociales ocurridos en rol de la mujer.
El Grupo Cultural al que se pertenece es el “guardián” y el “garante” de sus usos y costumbre. Unos usos y costumbres en los que los papeles de hombres y mujeres se encuentran perfectamente marcados; otorgando, en algunos de ellos, al hombre una primacía de dominio sobre la mujer.
Esta prelación es, en muchos Grupos Sociales, incuestionable; pues considera al hombre como bastión, y sostén del clan.
Si en las relaciones hombre mujer, esa superioridad es puesta en cuestión, el Grupo desencadena sus mecanismos de autodefensa para que las cosas vayan por el camino que las costumbres marcan. Uno de esos mecanismos es la presión al hombre para que imponga su papel, de la manera que sea; incluso usando la fuerza si ello fuera preciso.
El hombre se encuentra, en muchas ocasiones, ante la disyuntiva de ser rechazado por el Grupo, o seguir integrado en él.
Esta presión del Clan, en no pocas ocasiones, es impulsada por las propias mujeres que forman parte de él, madres principalmente; que no aceptan que su hijo sea tachado en el grupo como cobarde o calzonazos.
Una expresión define lo que en muchos Grupos Sociales se presenta como lo que se espera de un varón:
-          Pórtate como un hombre.
En estas cuatro palabras, se encierra toda una manera de entender la vida. Algo que no es tan infrecuente como muchos creen, o como nos gustaría.
Cuando decimos:
-          Tienen que aceptar nuestra forma de vida.
Es más sencillo decirlo que hacerlo.
Pensar que las raíces culturales de un Grupo Social se pueden cambiar a golpe de Leyes, es no saber demasiado sobre las esencias de los Pueblos.

Mucho más podría decir; sin embargo, creo que con estas pinceladas tenemos un principio para reflexionar sobre este problema de nuestra Sociedad, que parece no querernos abandonar.

1 comentario:

  1. José Luís Martín García30 de diciembre de 2017, 19:02

    Coincido plenamente con las "pinceladas"que sirven de principio para tratar de diagnosticar la realidad actual,pero lamentablemente subrayo tu parrafo:"Pensar que las raíces culturales de un Grupo Social se pueden cambiar a golpe de Leyes, es no saber demasiado sobre las esencias de los Pueblos.".Y ahí lo tenemos crudo.

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