viernes, 14 de julio de 2017

LA ESO

ESO es el acrónimo de Educación Secundaria Obligatoria.
Muchas veces me he preguntado el porqué la denominaron Educación y no Enseñanza.
La misión principal de un Sistema de Enseñanza es enseñar. La Educación es un corolario de aquella, y corresponde más al ámbito familiar que al académico.
El Tiempo, ese valor que todo lo aclara, me ha dado la explicación pertinente.
En estos días se ha constatado que la función de nuestro Sistema Educativo, no es enseñar; y su complemento, aprender.
No. La función de nuestro Sistema Educativo (bien denominado), no es enseñar, y su complemento aprender, al menos en nuestra querida Extremadura.
Se ha decidido, de manera unilateral, que el aprender no es importante; es algo accesorio, y siempre dejado a la libre elección del alumno.
Si el joven quiere aprender, que aprenda; si no quiere hacerlo que no lo haga; saldrá de las aulas con el mismo título que aquellos que se decantaron por la primera opción.
El panorama no es muy alentador. Dicen, que este curso académico, el 27,8 de los alumnos de la ESO obtendrán su título sin haber acreditado los conocimientos necesarios para conseguirlo.
Hijos y padres, saltarán de alegría al comprobar que el niño mayor, “se ha sacado la ESO”.
Su hermano menor, que las caza al vuelo, dice; si mi hermano que no ha aprobado porque es más vago que la chaqueta de un guarda, ha conseguido el título ¿para qué demonios voy a estudiar? Si el resultado va a ser el mismo.
Dedicaré mi tiempo a jugar a Play, y que estudie Rita "la Cantaora".
En cada casa de Extremadura, se repetirá esta situación, una y otra vez.
Como el niño se ha sacado la ESO, pues le compramos la moto, si no la tiene, y un Iphone, que por 30 euros al mes lo consigo. Lógico, al niño hay que premiarle, porque ya tiene el título de la ESO.
Y ahora ¿qué?
 Ahora al Bachillerato, que como el niño tiene el título de la ESO, y su capacidad para abordarlo ha sido acreditada de manera oficial, pues “palante como los de Alicante”.
Y aquí, empezamos a darnos con la cruda realidad.
El niño que es un zote, por mucho título que esgrima, se encuentra con que empiezan a “pintar bastos”.
No son ni el Rey, ni el Caballo de Bastos, es sólo la Sota; pero, aunque sea la Sota, no dejan de ser Bastos.
El muro con el que se encuentran delante, sin ser la Muralla China, para quien carece de los conocimientos mínimos, se hace inalcanzable. Y se va dejando llevar.
Un año tras otro, a fuerza de empujones, y algún que otro aprobado, sin merecerlo, consigue terminar el Bachillerato con sus buenos 19 años corridos.
Con otro título bajo el brazo, el niño y los papás, se han venido arriba.
Hijo, tú tienes que ir a la Universidad. Eso a los oídos del zote, porque sigue siendo un zote, suena a música celestial. ¡¡¡Universitario: cómo mola!!!
Pero hay que pasar la prueba de acceso o la reválida, que no tengo muy claro ahora que es lo que pasa. El niño se presenta, y ¿qué ocurre? El niño la supera.
De manera incomprensible, la ha superado. Una media ponderada, de la raíz cuadrada de Pi, ha dado como resultado un 5.
El niño puede entrar en la Universidad. En qué facultad, en cualquiera que le acepte con una nota de un cinco.
Y el niño qué dice; pues el niño, no dice nada. A él le da lo mismo. En la primera que cuele.
Y el niño comienza unos estudios universitarios, sin tener ni la más repajolera idea de en qué se ha matriculado.
Y como en la Universidad, sí pintan el Rey y el Caballo de Bastos (de la baraja española, claro), el niño se encuentra más perdido que un “pulpo en un garaje”.
No sabe ni de dónde le vienen las bofetadas.
Aquí papá, como ya tiene que rascarse el bolsillo con las matrículas, al observar los nulos resultados que obtiene el niño, comienza a moverse nervioso en el sillón.
A papá el niño le habla de “Bolonia” y de cosas que no entiende.Él sólo sabe que el niño tiene 24 años, y no acaba la carrera.  
Y visto lo visto, se preguntan papá y mamá: Cómo es posible que si el niño ha superado todo, no pueda sacar una carrerilla de tres al cuarto.
Y un “Pepito Grillo” que se les acerca por detrás, les dice:

-“Acordaos de la ESO”

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