La corriente Liberal decimonónica que se extendió por España tras
la Guerra de la Independencia, supuso un cambio fundamental en la vida del
país.
La eliminación del Régimen absolutista de los Borbones, no fue el
único gran cambio derivado del movimiento Liberal.
Un giro profundo en las ideas en materia religiosa, se coló en el
torrente liberal, con la proclamación de la Libertad Religiosa, y la abolición
de la Inquisición como corolario de ella.
Como tantas veces ocurre en España, el termino Libertad, no tarda
mucho en transformarse en movimientos “Anti”; y el movimiento Liberal no fue
una excepción.
No tardó demasiado tiempo en que el término Libertad de Culto, se
transformara en un movimiento Anticlerical perfectamente organizado.
El acoso a la Iglesia Católica, desde las más altas instancias del
Estado, se tradujo en persecución abierta con dos exponentes máximos de ella: la
Expulsión de los Jesuitas, y la denominada Desamortización de Mendizabal.
El estigma que acompaña a los integrantes de la Compañía de Jesús,
fue utilizado una vez más para quitarse de en medio a una congregación con alto
predicamento entre las clases acomodadas de la Sociedad española, y por su alto
nivel de influencia a través de la formación de los jóvenes.
La Desamortización de Mendizabal, fue el eufemismo usado para
legalizar el expolio de los bienes de la Iglesia, y facilitar la obtención de
pingües beneficios de los favorecidos en el “sorteo”.
El movimiento anticlerical en España, como el río Guadiana, surge
con mayor o menor intensidad a lo largo de nuestra Historia.
Casi dos siglos después de la llegada de la corriente Liberal, ha
surgido en España un movimiento neoanticlerical que ha recogido lo peor de los
movimientos que de igual signo les han precedido.
Una enorme diferencia separa este actual con aquellos que
surgieron en el siglo XIX que fueron ideológicos y económicos fundamentalmente.
Este neoanticlericalismo, surge no como una idea filosófica nueva, o con un
interés económico; nace fundado en el odio a la Religión. Pero no a la Religión
como concepto filosófico Global; no, nace basado en odio a la Religión Católica
exclusivamente.
No es una oposición dialéctica, nacida de la distinta concepción
de la Cultura del Hombre; se manifiesta mediante la brutal agresión a los
símbolos más sagrados de ella, y regodeándose en el escarnio público de todo lo
que simbolizan sus creencias.
En las manifestaciones públicas de ese odio, no deja de sorprender
el papel relevante que las mujeres toman en el vilipendio de la Iglesia
Católica.
Unas desnudándose en templo e iglesias, o ante los representantes
de aquella. Otras realizando los actos más obscenos que la imaginación pueda
concebir, todo con el único propósito de escarnecer y pisotear las creencias de
millones de Seres Humanos.
Los medios de comunicación, no son ajenos a estos movimientos
llevados a cabo por jóvenes descerebrados. De forma impetuosa se hacen eco de
todo aquello que, cierto o falso, es usado como arma arrojadiza contra la
Iglesia Católica, en la certeza de que todo ello les reportará el aplauso de
una buena parte de la Sociedad española. Una Sociedad en la que los valores, no
sólo de nuestra Civilización Judeo Cristiana, han desaparecido; sino de una
Sociedad en la que han dejado de existir los valores morales de cualquier
signo.
Internalizados los principios del hedonismo en la mayoría,
únicamente se responde a los instintos más primarios que le son servidos en
bandeja de plata, como la cabeza del Bautista al rey Herodes.
Por doquier surgen las nuevas Salomé que quieren recibir en prenda
la cabeza, no del Bautista, sino de la Iglesia toda.
¿Cuál es la razón de este odio en personas generalmente jóvenes?
En mi opinión, ni ellos mismo lo saben.
La ausencia de un desarrollo intelectual elemental, les impide
anteponer ideas frente a ideas, desde el respeto hacia el otro.
Pero en una Sociedad en la que los valores esenciales de la
Persona se han olvidado; sólo el escarnio forma parte del bagaje intelectual de
muchos; quizás de demasiados.
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