Elizabeth Magie en 1903, ideo un juego que más adelante tomó el
popular nombre de Monopoly.
Es este un juego, de compraventa, e intercambio de bienes raíces:
casas, hoteles…
Los dos elementos esenciales son: el dinero, y los bienes raíces.
Su objetivo, es arruinar al resto de los jugadores, y tener tu propia ciudad,
con casas, hoteles, estaciones…etc.
A pesar de ser un juego, tiene sus reglas, y no resulta fácil poder
“construir” una ciudad, partiendo de cero.
Si resulta complicado “construir” una ciudad en un juego de mesa, construir
un país, tampoco es nada sencillo; algo que algunos parece que han olvidado.
Lo principal que se necesita para hacerlo son “jugadores” en
número suficiente para poder comenzar.
Lo segundo es establecer unas reglas del juego, iguales para
todos, y que nadie se puede saltar.
Quienes pretenden crear en Cataluña un país, como si del juego del
Monopoly se tratara, ya han incumplido las dos primeras normas esenciales para
hacerlo.
Obligado es decir que si estos pilares no existen, no se puede levantar
nada.
Otro elemento esencial en el popular juego de mesa es el Dinero.
Sin él, no se pueden realizar transacciones, ni intercambios de bienes raíces;
y por ello el juego no puede iniciarse.
El país que pretenden construir unos pocos en Cataluña, carecerá
de este componente, y por ello ninguna transacción se podrá llevar a cabo.
En el juego del Monopoly, existe la Banca, que es la encargada de
proporcionar los “dineros” ( de mentira) para que el juego pueda iniciarse.
La Banca que surgiera en el nuevo país, al igual que en el juego
de mesa, sólo tendría dinero de mentira; un dinero que sirve para jugar en casa
en las tardes de lluvia; pero, no en la vida real.
Sin dinero real, nada se puede hacer; salvo que el país que nazca,
lo haga en el aislamiento, y retornar a la economía del trueque. Algo posible,
pero poco práctico.
Pagar la importación de mercancías, o la contratación de servicios
con butifarras, es bastante complicado; salvo que las butifarras coticen en los
Mercados de Divisas; algo, de momento, poco probable.
Quienes no puedan comprar ni vender por carecer de una moneda con
la que realizar los intercambios, no pueden subsistir, pues el país en ningún
aspecto, es auto suficiente.
Qué hacer, en la Industria del Automóvil, en la de los productos
químicos, en las Farmacéuticas; y en los miles y miles de sectores que precisan
intercambios comerciales, cuyo contravalor es siempre una moneda aceptada en
los Mercados Internacionales; Mercados en los que el “dinero” del Monopoly, no
sirve.
Las reglas del juego internacional, igual que las del Monopoly,
son rigurosas, e iguales para todos. Si el nuevo país las rompe, queda fuera
del juego, y se le expulsa de la “salita” donde se desarrolla la partida.
En el mundo real eso se llama: establecer fronteras. Fronteras que
se abren o se cierran a conveniencia de las partes.
El nuevo país, tendría vetados los movimientos con los países fronterizos,
tanto para personas, como mercancías, como para capitales.
Sus exportaciones estarían suspendidas, y sus importaciones también.
Habría que comenzar a negociar unas nuevas reglas del juego; algo difícil
de acordar, pues el establecimiento de condiciones arancelarias; de cupos de
productos. Los mercados interiores del país, no estaría sometidos a ninguna
regla de librecambio con el nuevo país.
Los ciudadanos no saldrían indemnes de esta contienda. Perderían
la condición de ciudadanos miembros de la UE; y con ello la libertad de tránsito
por los países de la Unión. Algo que les ocurriría a quienes pretendan entrar
al nuevo país, por las fronteras españolas. Fronteras que pueden ser abiertas o
cerradas, a gusto de las autoridades españolas.
Por su carácter, quizás lo más interesante que les ocurriría a los
ciudadanos de Cataluña, es la perdida de sus ahorros.
Fuera de la UE, se está fuera de la Zona Euro, y en consecuencia,
el euro dejará de ser moneda oficial del nuevo país; y los fondos bancarios
denominados en euros, ser redenominados a la nueva moneda país. Una moneda, que no
contará con respaldo en metales preciosos, o de una Autoridad Monetaria solvente;
pues el Banco Central Europeo dejará de prestar su apoyo a esos depósitos. Lo
mismo que hará el Fondo de Garantía de Depósitos del Estado español.
Jugar al Monoply, es relativamente fácil; y el perder o ganar, es
irrelevante.
Jugar al Nuevo País, es muy dificultoso; y el perder, o ganar, es
muy relevante.