Desde que en los ya lejanos años cincuenta del siglo XX, se fundó
o formó la CECA ( Comunidad Europea del Carbón y del Acero) muchas cosas han
ocurrido en la vieja Europa.
Aquella semilla que se sembró en los áridos campos del viejo
continente, germinó; sin embargo, la planta, tras un aparente desarrollo fuerte
y compacto, comenzó a declinar, hasta que en nuestros días sus frutos son
escasos y raquíticos.
Los excesos de injertos quitaron fuerza al tronco y sus raíces
fueron incapaces de proporcionar la sabia necesaria a todo el árbol.
Quienes en su día desarrollaron la idea de una Unión Europea como
contrapeso a las fuerzas económicas imperantes: EEUU y Japón, acertaron en sus
inicios. Sin embargo aquellos que tomaron el relevo de los pioneros de la idea
cometieron diversos errores garrafales que hoy pueden llevarnos a la desaparición
de la Unión Europea como bloque político y económico.
Su primer error fue el pretender hacer en poco tiempo un
"País" a imagen de los EEUU sin sopesar que el país más poderoso de
la tierra necesitó más de doscientos años y una guerra civil para ser lo que
es.
Y algo mucho más importante que nunca se ha dado en la UE: la
voluntad de TODOS los ciudadanos de ser un gran país.
El segundo error que cometieron fue su incapacidad de aglutinar a
los diversos Pueblos que la fueron integrando. Esos Pueblos tienen demasiada
Historia a sus espaldas, demasiado orgullo patrio, y demasiadas cuentas aún por
saldar como para conseguir que renunciaran a parte de todo ello; y sin renuncias,
no hay Unión Europea.
El tercer error fue no aplicar la teoría económica del " Stop
and Go" que no es otra cosa que "parar, consolidar y volver a
arrancar".
Únicamente fueron capaces de construir una enorme mole
administrativa que para muy poco sirve, dado su carácter no ejecutivo, ni
vinculante para los ciudadanos lo que eterniza cualquier proceso.
Mientras escribo estas líneas vienen a mi memoria las reflexiones
del profesor José Luis Sampedro en una conferencia que pronunció cuando la UE
comenzaba su andadura.
Su escepticismo lo resumió en dos ejemplos claros de la
inoperancia de UE. Uno fue el tiempo que tardaron en decidir el color del
Pasaporte de UE. Creo recordar que habló de tres años. El otro ejemplo con el
que nos ilustró fue el tiempo y el esfuerzo que se dedicó a acordar las
dimensiones de las jaulas de las gallinas ponedoras.
El sabio profesor, que sabía más por viejo que por profesor, como
siempre acertó en el centro de la diana.
Con dos sencillos ejemplos, nos puso sobre la mesa lo que él
intuía ya en aquellos años como una enorme dificultad.
Muchos años después, viví en "carne propia" lo que es la
inoperancia de la UE.
El 21 de abril del año 2004 la Unión Europea aprobó la Directiva
comunitaria conocida como MiFID, acrónimo de Markets in Financial Instruments
Directive, cuyo fin era, en grandes líneas, la protección de los pequeños
inversores en su acceso a los instrumentos financieros que se comercializaban
en la UE.
Esa Directiva Comunitaria no fue transpuesta al ordenamiento jurídico
español hasta el mes de NOVIEMBRE DEL AÑO 2007. Es decir, se tardaron casi CUATRO
años en que fuera de obligado cumplimiento para los ciudadanos y sociedades
españolas.
Y el tiempo pudo ser aún mayor de no mediar la amenaza de
sanciones hacia España de no hacerlo de manera inmediata.
En estos días se habla y se opina sobre la salida del Reino Unido
de la UE. Casi todos hablan de las consecuencias de su hipotética salida; pero,
pocos son lo que opinan sobre las razones de esta posible salida.
En mi opinión, el problema surgió en la entrada. No demasiados
británicos estaban de acuerdo con esa entrada; su idiosincrasia de país
independiente y libre de ataduras, les hacía ser demasiado reticentes a la
integración.
La actual "jaula de grillos" en la que ha devenido la
Unión, parece que les ha dado la razón a los llamados Euro-excépticos.
La salida del Reino Unido de la Unión Europea, será, sin duda, un
golpe mortal para la continuidad de esta como bloque político y social.
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