
A mis catorce años nada de aquello me interesaba. Mis cuitas iban
por otros derroteros: último curso del bachillerato; último año en el Colegio;
última reválida y nuevas asignaturas. Una de ellas fue: Sociología; concepto
que no tenía yo demasiado claro y que el Hermano Pedro " El Tecla"
había sido designado para desbrozarla en mi cabeza.
En una de las clases, al tiempo que levantaba su mano derecha que
presentaba un anquilosado dedo meñique (de ahí el sobre nombre de " El
tecla"), nos dijo:
- Hoy, hablaremos de los Ismos.
Mi cabeza, que como casi siempre estaba "a pájaros",
entendió: " Itmos". No llegaba a comprender qué demonios tenían que
ver los accidentes geográficos con la Sociología, por lo que tuve que dejar los
"pájaros" y prestar atención.
La cosa no iba de accidentes geográficos, sino de algo mucho más
serio y que sí tenía mucho que ver con la Sociología.
Los "Ismos" no eran otra cosa que las terminaciones
gramaticales de las diferentes ideologías o movimientos de todo tipo que existían en el mundo:
Cristian-ismo, Marx-ismo, Islam-ismo...etc.
Lo segundo que nos dijo fue que los " Ismos" eran la
causa, en parte, de los grandes males que el Hombre padecía.
La razón que nos dio fue
que todos los "Ismos" son excluyentes, e intransigentes por
naturaleza; lo que lleva, en los casos más extremos, al enfrentamiento con
aquellos que no aceptan un "Ismo" en particular.
Desde aquel lejano 1968 no han cambiado mucho las cosas; y todos
los peligros que el Hermano Pedro asignaba a los "Ismos", no sólo no
han cambiado, sino que en muchos casos se han exacerbado hasta límites
insospechados, dando lugar a un nuevo concepto sociológico como es el: Anti.
Los diferentes movimientos sociales han cambiado su filosofía del
"Ismo", con su valor de Pro-..., para transformarse esencialmente en
Anti-...
La idea del "Ismo" ha caído en desuso, y se promueve con
fuerza el pensamiento "Anti".
No se aportan ideas para promover las mejoras sociales o
económicas de los individuos; se acuñan pensamientos que en primer lugar buscan
la oposición a otra idea, usando la
fuerza y la guerra, si ello fuera preciso, para conseguir los objetivos de anulación del contrario.
Las generaciones de los " Ismos", casi, han desaparecido
dando paso a las de los "Anti", sin que estos hayan tenido un paso
previo por el estadio ideológico de aquellos.
En tiempos pasados, la radicalidad era la consecuencia del
desarrollo intelectual de una ideología. La interpretación extrema del
pensamiento político, religioso, o cultural, producía los movimientos
"Anti".
Lo opuesto al Capitalismo era el Comunismo como contraposición al
uso y remuneración de los factores de producción, y la conformación social de
las "Clases". Con el tiempo, ese pensamiento evolucionó hasta posiciones
más extremas, y nacieron sectores divergentes que pasaron de denominarse
Comunistas, a considerarse fundamentalmente Anti-capitalista.
El objetivo ya no era la consecución de la igualdad mediante la "Lucha
de Clases"; el objetivo era el exterminio del sistema Capitalista no desde
la dialéctica, sino desde la confrontación por la fuerza.
En nuestros días, han surgido movimientos que se han
autodenominado " Anti-sistema"; movimientos que surgen sin ser el
resultado de un proceso de análisis dialéctico y filosófico de una idea y su
desarrollo.
Han nacido siendo al mismo tiempo "Ismo" y
"Anti"; ambos demasiado genéricos; consecuencia lógica de su vacío intelectual. Popul-ismo y Anti-sistema son conceptos tan ambiguos como
difíciles de comprender.
Usan como herramienta esencial de su proyección, el lenguaje. Un
lenguaje cuajado de palabras y expresiones corporales altamente efectistas ante
los no iniciados; pero, vacío de contenido intelectual, y colmado de demasiada
falacia, que es fácil de vender en un "mercado" repleto de muchos
incautos "compradores".
El agotamiento de las Ideas clásicas ha tenido mucho que ver en el
nacimiento de estos movimientos.
Los ideólogos han dejado de tener protagonismo, y por ello las
ideas han desaparecido, dejando al individuo en un Limbo intelectual que no
comprende.
Las ideas que no evolucionan dejan de ser ideas, y se convierten
en lastre del proceso dialéctico y filosófico de los grupos sociales; abriendo
las puertas a un Individuo carente de doctrinas y de principios de referencia,
convirtiéndole en pasto fácil para los oportunistas y cazadores de
"gangas" sociales con la única ambición de lograr el Poder.
Debemos retomar la esencia de los "Ismos" en su más
amplio y fiel contenido. "Ismos" de pensamiento libre y democrático;
participativos y no excluyentes. Unos "Ismos" cuya única arma sea la
Dialéctica; y su fin, la mejora del Hombre como ser social que es; aunque muchas
veces lo pongamos en duda.
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