viernes, 28 de octubre de 2016

Ad resurgendum cum Christo


Desde su llegada al Papado, Francisco, no ha dejado de sorprenderme.
A pesar de mi lejanía con los pensamientos de la Iglesia Católica, todo lo que en su entorno se desarrolla me interesa desde un punto de vista sociológico.
Como casi todo español de mis años, fui educado en el seno de sus creencias, ritos y preceptos.
Los años y las reflexiones sobre Ella, me llevaron a un alejamiento paulatino que ha devenido en una indiferencia doctrinal, aunque como decía no sociológica.
La influencia de la Iglesia Católica en una parte importante de la población mundial, la hace ser un referente en el comportamiento de millones de personas.
Es desde esa óptica desde la que planteo mi análisis.
No es misión mía cuestionar las directrices y preceptos de la Iglesia Católica; sin embargo, sí me creo legitimado para  valorar sus implicaciones sociales, económicas y políticas.
Desde un punto de vista social, no deja de resultar paradójico que la misma pluma que acepta los cambios y la evolución de la Sociedad en materias de inclinaciones sexuales y disoluciones matrimoniales, retorne al averno del pasado más oscuro de la Iglesia Católica, con este asunto de la incineración, tratando de forma extremadamente dura a quienes no acaten esta directriz.
Negar el sacramento de los difuntos a quienes no cumplan esta norma, es excesivo, incluso para la Iglesia Católica, muy laxa en el tratamiento de comportamientos muchos más recriminables dentro de su propia organización.
El fondo de la norma parece ir dirigido a Sociedades, bien conocidas por Francisco, en las que, aún, el miedo forma parte importante de su Cultura en materia de creencias.
Desde el plano económico, aquí también ha estado poco fino el Jefe del Estado Vaticano.
Es posible que sus asesores hayan omitido informarle que, al menos en España, el morirse es una de las situaciones más costosas de la vida de una persona. Tampoco le habrán informado de la insultante especulación que se hace con los lugares sagrados; fuente de ingresos, no siempre claros de las arcas municipales.
Lo que el documento llama "lugar sagrado", no hay de duda de que será sagrado; pero, no es gratuito. Acceder a una sepultura, siempre es caro, muy caro; y en ocasiones imposibles de obtener. El enterramiento de una persona no es algo que pueda ser elegido; ha de ser en los Cementerios, único lugar en los que las autoridades permiten la inhumación de cadáveres.
¿Por qué la Iglesia Católica no tiene sus propios cementerios gratuitos, alejados de las tentaciones especulativas? No sería políticamente correcto, dar abiertamente mi opinión; sin embargo, creo que tiene mucho que ver con la Política.
Existe, claro está, el enterramiento de los pobres; y es ahí donde la información a Francisco tampoco le ha llegado con nitidez. Dice el documento: "se evita la posibilidad de olvido, falta de respeto y malos tratos, que pueden sobrevenir sobre todo una vez pasada la primera generación, así como prácticas inconvenientes o supersticiosas".  
No son las fosas comunes, los lugares en los que el respeto a los muertos se manifieste con más holgura. Quizás, comprobar los métodos de remoción de las tumbas, le aclararía muchas cosas.
Respecto al olvido, él sabe que no es un acto físico y palpable. El recuerdo y el olvido son aspectos de la condición humana alojados en las mentes de las personas.
Recordar u olvidar a los seres queridos, usando los mismo términos que el documento, es una cualidad del "Alma"; y es irrelevante si nuestro ser querido reposa en un lugar u otro, ni si su descomposición ha sido resultado de un proceso bacteriológico, o de un proceso físico por calor.
Las últimas palabras de la frase: "prácticas inconvenientes o supersticiosa".
No sé qué entiende el redactor del documento por "prácticas inconvenientes o supersticiosas" cuando todo lo regulado en él está plagado de dichos adjetivos.
La manera en la que se pretende "reconquistar" el terreno perdido por la Iglesia Católica, es, en mi opinión, cuando menos errática y desconcertante.
Largo y prolijo sería detallar los que en mi opinión son errores de estrategia en el devenir del Vaticano. Únicamente apuntaré dos:
1.- Continuar siendo un Estado, con todo lo que ello significa y lastra la credibilidad del Evangelio.
2.- El secular desprecio del papel de la mujer en la Iglesia. Menoscabar las funciones de más de la mitad de la población mundial, negándoles el pan y la sal; tratándolas, como a seres inferiores al hombre; dice mucho de lo lejos que se encuentran las Ideas y los Fundamentos de la Iglesia Católica de la realidad social.
http://www.vatican.va/roman_curia/congregations/cfaith/documents/rc_con_cfaith_doc_20160815_ad-resurgendum-cum-christo_sp.html
En este enlace podréis encontrar el documento en español.

lunes, 17 de octubre de 2016

LOS ISMOS

En el convulso año de 1968, muchas cosas ocurrían en el mundo. París ardía con la Revolución de los estudiantes de la Sorbonne; el Napalm seguía haciendo estragos en la jungla vietnamita; la llamada Guerra de los seis días, había puesto de manifiesto que el pueblo de Israel no iba a sufrir ningún Holocausto más.
A mis catorce años nada de aquello me interesaba. Mis cuitas iban por otros derroteros: último curso del bachillerato; último año en el Colegio; última reválida y nuevas asignaturas. Una de ellas fue: Sociología; concepto que no tenía yo demasiado claro y que el Hermano Pedro " El Tecla" había sido designado para desbrozarla en mi cabeza.
En una de las clases, al tiempo que levantaba su mano derecha que presentaba un anquilosado dedo meñique (de ahí el sobre nombre de " El tecla"), nos dijo:
- Hoy, hablaremos de los Ismos.
Mi cabeza, que como casi siempre estaba "a pájaros", entendió: " Itmos". No llegaba a comprender qué demonios tenían que ver los accidentes geográficos con la Sociología, por lo que tuve que dejar los "pájaros" y prestar atención.
La cosa no iba de accidentes geográficos, sino de algo mucho más serio y que sí tenía mucho que ver con la Sociología.
Los "Ismos" no eran otra cosa que las terminaciones gramaticales de las diferentes ideologías o movimientos de todo tipo que existían en el mundo: Cristian-ismo, Marx-ismo, Islam-ismo...etc.
Lo segundo que nos dijo fue que los " Ismos" eran la causa, en parte, de los grandes males que el Hombre padecía.
La razón que nos dio fue  que todos los "Ismos" son excluyentes, e intransigentes por naturaleza; lo que lleva, en los casos más extremos, al enfrentamiento con aquellos que no aceptan un "Ismo" en particular.
Desde aquel lejano 1968 no han cambiado mucho las cosas; y todos los peligros que el Hermano Pedro asignaba a los "Ismos", no sólo no han cambiado, sino que en muchos casos se han exacerbado hasta límites insospechados, dando lugar a un nuevo concepto sociológico como es el: Anti.
Los diferentes movimientos sociales han cambiado su filosofía del "Ismo", con su valor de Pro-..., para transformarse esencialmente en Anti-...
La idea del "Ismo" ha caído en desuso, y se promueve con fuerza el pensamiento "Anti".
No se aportan ideas para promover las mejoras sociales o económicas de los individuos; se acuñan pensamientos que en primer lugar buscan la oposición a otra idea, usando  la fuerza y la guerra, si ello fuera preciso, para conseguir  los objetivos de anulación del contrario.
Las generaciones de los " Ismos", casi, han desaparecido dando paso a las de los "Anti", sin que estos hayan tenido un paso previo por el estadio ideológico de aquellos.
En tiempos pasados, la radicalidad era la consecuencia del desarrollo intelectual de una ideología. La interpretación extrema del pensamiento político, religioso, o cultural, producía los movimientos "Anti".
Lo opuesto al Capitalismo era el Comunismo como contraposición al uso y remuneración de los factores de producción, y la conformación social de las "Clases". Con el tiempo, ese pensamiento evolucionó hasta posiciones más extremas, y nacieron sectores divergentes que pasaron de denominarse Comunistas, a considerarse fundamentalmente Anti-capitalista.
El objetivo ya no era la consecución de la igualdad mediante la "Lucha de Clases"; el objetivo era el exterminio del sistema Capitalista no desde la dialéctica, sino desde la confrontación por la fuerza.
En nuestros días, han surgido movimientos que se han autodenominado " Anti-sistema"; movimientos que surgen sin ser el resultado de un proceso de análisis dialéctico y filosófico de una idea y su desarrollo.
Han nacido siendo al mismo tiempo "Ismo" y "Anti"; ambos demasiado genéricos; consecuencia lógica de su vacío intelectual. Popul-ismo y Anti-sistema son conceptos tan ambiguos como difíciles de comprender.
Usan como herramienta esencial de su proyección, el lenguaje. Un lenguaje cuajado de palabras y expresiones corporales altamente efectistas ante los no iniciados; pero, vacío de contenido intelectual, y colmado de demasiada falacia, que es fácil de vender en un "mercado" repleto de muchos incautos "compradores".
El agotamiento de las Ideas clásicas ha tenido mucho que ver en el nacimiento de estos movimientos.
Los ideólogos han dejado de tener protagonismo, y por ello las ideas han desaparecido, dejando al individuo en un Limbo intelectual que no comprende.
Las ideas que no evolucionan dejan de ser ideas, y se convierten en lastre del proceso dialéctico y filosófico de los grupos sociales; abriendo las puertas a un Individuo carente de doctrinas y de principios de referencia, convirtiéndole en pasto fácil para los oportunistas y cazadores de "gangas" sociales con la única ambición de lograr el Poder.

Debemos retomar la esencia de los "Ismos" en su más amplio y fiel contenido. "Ismos" de pensamiento libre y democrático; participativos y no excluyentes. Unos "Ismos" cuya única arma sea la Dialéctica; y su fin, la mejora del Hombre como ser social que es; aunque muchas veces lo pongamos en duda.